Revista Coaching

La vida tiene caprichos, caprichos tiene la vida

Por Admin24 @Notepares_

La vida tiene caprichos, caprichos tiene la vida.

Hay varias formas del concepto vida. Cada uno dentro de unos límites elegimos quien queremos ser. Y eso a veces implica tomar decisiones, actuar, pensar y reflexionar. Lo que se llama conciencia. Que simplemente es es el conocimiento de nosotros mismos un ser arrojado a un mundo que desconoce, lo que permite hacernos una idea de la persona que eres, somos y seremos.

Por eso somos únicos, porque tenemos la capacidad de idealizarse, de verse en un futuro, de poder recrearse y expandirse es lo que le hace una persona “especial”. Es decir, que podemos imaginarnos en un futuro, de las cosas son a nuestra medida. A veces me imagino un mundo, situaciones a mi medida hechas a mis medida infinitas veces. Esto también se hace visible al pasado. ¿Cómo hubiera sido ese momento si hubiera actuado de forma diferente? ¿Qué hubiera pasado? O ¿Qué no hubiera pasado? Estas preguntas sin respuesta son a veces las que nos hacemos.

Por eso el tiempo y el espacio es el conocimiento. Cada persona debe tener su propia forma de ver el tiempo y el espacio. No hay una forma correcta de enfocar la vida. Y el mundo es impredecible. Por eso la vida es caprichosa. Y no hay segundas oportunidades.

No podemos medir el efecto de nuestro actos, decir la palabra en el momento adecuado y en el contesto adecuado. Y aunque esa palabra, no consiga el efecto deseado, no ha muerto. Y aunque no se consiga el efecto adecuado esta palabra se ocultará para volver a transformar. Y a eso se le llama ser un soñador o soñadora.

A veces en la vida hay que entender lo absurdo de la vida y entender el absurdo, el caos en el que estamos sumergidos, y eso es lo que hace que en la vida tenga un aliciente especial. Las cosas pasan pero no desaparecen.

Por eso si no hay misterio es un mundo muerto. En la vida hay más fracasos que triunfos. Las cosas se escapan de mi control y por lo tanto no siempre salen como me gustaría. Pero a pesar de ello, y aunque se toque fondo siempre hay que pensar que las cosas que se han hecho y no han salido bien, cabe la posibilidad de qué en un lejano día vengan transformadas.

Parece absurda la idea de que en la vida las acciones tengan transcendencia pero la tiene. Y da igual si has sido la mejor persona del mundo y todo te ha salido mal que haber sido la peor persona y que te salga bien.


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