Este artista utiliza restos de cosas inservibles para animarlas y darle vida a estas esculturas. El nombre de esta obra es “La vie est truelle” o en su literal traducción: “La vida es llana”. El artista se llama Gilbert Legrand y nos da una gigante lección de que las cosas más simples pueden adquirir la complejidad deseada solo con la imaginación, después de todo la vida no es tan cotidiana si a nuestros “cachibaches” le imprimimos algo de creatividad.