"La Villa" es una novela que llegó a mi casa por sorpresa y no llegó sola, trajo consigo una de las lecturas que ahora llevo entre manos (Netherwood). Lo cierto es que cuando recibí por correo el boletín de novedades las dos me llamaron la atención y me las apunté para comprarlas próximamente, pero no las solicité, sobre todo porque reseñar se me hace cuesta arriba y no quería tener compromisos con nadie, pero ya que me las han enviado y además eran lecturas que yo misma pretendía comprar, aquí va mi opinión de la primera de ellas.
Sin llegar a ser una lectura de cinco estrellas, he de decir que me ha gustado. Suponía que así sería tras leer su argumento y ver que tenía todos los ingredientes para resultar una entretenida lectura.
Tess es una mujer de cuarenta años, madre soltera, y cuya vida discurre con total normalidad en Pridehaven, Inglaterra. Tiene un trabajo en el que espera ascender, una hija de 18 años que no tiene nada claro qué hacer con su vida y una buena relación con Flavia y Lenny, sus padres.
Un día, por sorpresa, recibe una carta en la que se le comunica que acaba de heredar una villa siciliana llamada "Villa Sirena", pero debe desplazarse hasta allí antes de aceptar su herencia y decidir qué quiere hacer con ella. Es cierto que su madre es de origen siciliano, pero Flavia nunca ha querido hablarle de su pasado allí y por supuesto ella no ha puesto un pie en la isla, solo sabe que la persona que le ha dejado esa herencia es Edward Westerman, alguien para quien la familia de su madre trabajó hace décadas.
¿Qué hacer entonces? Pues ir hasta allí, por mucho que su madre hubiera preferido que no lo hiciera y mientras tanto darle a su adolescente hija un poco de "manga ancha" confiando en que sea lo suficientemente madura para pasar unos días sola sin que pase nada.
Además piensa que una vez en Sicilia, concretamente en Cetaria, es posible que pueda conocer la historia de su madre, esa historia que ella jamás ha querido compartir, pero lo cierto es que cuanto más intenta averiguar, más son las preguntas que quedan sin respuesta.
Mientras tanto en Inglaterra, Flavia piensa, que quizás ha llegado el momento de desvelar a su hija la historia de su vida y decide escribirla en un cuaderno, a la vez que que va añadiendo en su narración las recetas más sabrosas que sabe elaborar. Su relato es una de las mejores partes de la novela porque consigue hacernos ver estupendamente la complicada vida de las mujeres en Sicilia en los años cuarenta en un entorno dominado siempre por los hombres. Veremos el contraste entre Flavia y su hermana María. Una con tantos planes y otra tan tradicional y conformista.
La comida siciliana abarca el contraste [...] dulce y amargo, fuerte y suave, dulce y salado, caliente y frío...
Por otro lado su hija Ginny vive en un mar de dudas. No acaba de decidir si estudiar o no una carrera como desea su madre. No sabe si está enamorada o no de Ben (su peluquero), o si conocer a su padre, que desapareció antes de que ella naciera, es una buena idea.
La verdad es que es una novela muy entretenida que en mi opinión va de menos a más. Supongo que el personaje que menos me ha interesado, es Ginny, pero no porque esté mal construido, simplemente ocurre que últimamente me cuesta empatizar con personajes adolescentes, pero tanto la historia que va contando Flavia, como la que va viviendo Tess en Cetaria, me han gustado mucho. Confieso también que al principio Flavia me parecía una mujer demasiado cabezota. Lo de no haber hablado nunca a su hija de su vida en Sicilia, de no explicarle por qué se fue de allí, no lo acababa de entender, pero al terminar la novela, la he comprendido un poquito más, aunque sigo sin compartir su forma de actuar.
Mientras Flavia va desvelando su vida en Sicilia, donde todo giraba en torno a otras dos familias además de la suya, vemos que Tess se encuentra con descendientes de esas familias y aunque hayan pasado más de treinta años, parece que los errores del pasado y las antiguas enemistades se van heredando en una tierra donde nadie olvida. De la mano de Tess nos moveremos por un idílico entorno del que enseguida se enamora y en el que se siente cómoda, mientras capea las luces y las sombras del lugar que fue la cuna de su madre y de las gentes que lo habitan.
... Sicilia era una tierra de contrastes. Belleza y fealdad. Luz y oscuridad. Romanticismo y peligrosidad.
"La Villa" es una bonita novela, que nos transporta con sus descripciones a Cetaria, que consigue hacernos la boca agua, con la cantidad de sabrosas y coloridas recetas que Flavia ha ido elaborando a lo largo de su vida y que nos habla de amor, de las difíciles relaciones de familia en un entorno muy cerrado, sobre todo cuando se espera que alguien haga algo sin discutirlo simplemente porque así debe hacerse, porque la tradición manda y es lo que siempre se ha hecho, donde tener ilusiones por algo más, no estaba bien visto, sobre todo si eras una mujer. Nos habla de las equivocaciones que a veces llegamos a cometer, de las consecuencias sobre terceras personas por las decisiones tomadas (equivocadas o no) y de saber reconocer los errores y llegar a perdonarlos... o no.
Una buena historia, con tesoro incluído, que es muy entretenida y que resultará ideal para las tardes de verano que se aproximan.