Mary Shelley:
Cuando se lee su nombre, indiscutiblemente, lo primero que salta a la mente es la imagen de Frankenstein. El relato de Shelley significó el nacimiento de una de las criaturas más significativas del mundo del terror, que aún hoy en día sigue siendo parte inseparable de este universo. Fue en mayo de 1816, cuando Mary Shelley veraneaba en compañía del poeta Lord Byron, el médico John Polidori y su esposo, el también poeta, Percy Shelley que decidieron realizar una competencia de historias de terror, y de la dotada pluma de la escritora, nació la criatura hoy bien conocida. El personaje nació inspirado por un sueño que había perturbado a la autora la noche anterior y decidió usarlo para ganar la competencia, más tarde la historia creció y fue publicada bajo autoría anónima, inmediatamente la sociedad de aquel entonces determinó que un relato tan terrorífico no podía ser autoría de Mary, sino de su esposo Percy Shelley pues aquellas horrendas descripciones eran imposibles de concebir por una sensible mente femenina.
Louise May Alcott:
Otro nombre bien conocido y asociado a otra de los grandes clásicos imprescindibles de la literatura, pero nada fue fácil para la autora de "Mujercitas", quien previendo que no sería tomada en serio si publicaba con su verdadero nombre, concibió sus primeras obras bajo el seudónimo A.M. Barnard. Con este alias escribió cuentos, conocidos en la época victoriana como "relatos melodramáticos", protagonizados por personajes ambiciosos que no dudaban en usar los medios más truculentos y vengativos para lograr sus objetivos. En estos textos la autora derrocha una increíble fineza literaria mientras trataba, desde un punto de vista poco común, temas como el adulterio o el incesto. Los relatos de Louise alcanzaron gran fama y aún así la escritora luchó enormemente para publicar "Mujercitas" bajo su verdadero nombre, quizá previendo la trascendencia de la obra y temiendo fuese rechazada por su género, negándole la oportunidad a su gran trabajo.
Amantine Aurore Dupin:
Firmaba sus libros primeramente como George Sand, fue una mujer peculiar en su tiempo. Vestía con ropa de hombre y nunca renegó de la literatura, aunque no fuera " cosa de mujeres". Además d escritora fue periodista y revolucionaria. En 1831 escribió su primera novela, junto a Jules Sandeau, de quien tomó el apellido con que bautizó a su alter ego literario, George Sand. Su obra más famosa fue "Indiana" y fue publicada en 1832, pero ya no utilizaba el seudónimo concebido para su primera novela, sino su propio nombre. Fue una autora muy controversial y prolífica y una voz revolucionaria muy destacada en su época. Emily Brontë:
Las hermanas Brontë fueron una estirpe talentosa que sobresalió en su tiempo, Emily, se destacó como una excelente pianista y poetisa, con una obra repleta de observaciones sobre la naturaleza y reflexiones filosóficas. En 1846 publicó sus primeros poemas junto a sus hermanas bajo el seudónimo Ellis Bell y un año más tarde publicó su única y conocidísima novela: "Cumbres Borrascosas", la publicación fue muy bien acogida en su época y con el paso de tiempo debido a su complejidad y profundidad ha llegado a formar parte de la cima de la literatura universal y la maestría expuesta por "Ellis Bell" ha sido comparada con la del mismísimo William ShakespeareCecilia Bölh de Farber :
La obra de Bölh es considerada el vínculo entre costumbrismo, la novela romántica y el realismo, aunque tuvo que ocultar su gran talento tras el seudónimo masculino Fernán Caballero. Su obra más famosa se titula " La Gaviota" y en ella narra el triunfo y la desgracia de una joven dotada de una voz hermosa, que sobresale en los escenarios de Madrid y Sevilla, a la par que se enamora de un torero que muere trágicamente en la plaza. Tras el argumento central de la novela, Bölh aborda temas como el costumbrismo, el abandono de la tradición y la vida campesina en aras de una vida más cómoda, retratando completamente la sociedad española del siglo XIX. A pesar de la magistralidad de su obra, Cecilia no la publicó hasta que enviudó de su tercer matrimonio y se vio en tal necesidad económica que su única opción fue probar suerte en la literatura tras un nombre masculino.Esta es solo una muestra de algunas de las valerosas escritoras que empuñaron la pluma con dotes únicos en un tiempo donde se menospreciaba la inteligencia femenina, sobreviviendo a la censura, el machismo y la discriminación en una época donde se consideraba que:" La literatura no puede ser asunto de la vida de una mujer, y no debería ser así"