Revista En Femenino

La violencia obstétrica existe aunque se silencie

Por Titiroca

No hace mucho leí un tuit de una doctora que comentaba que no le gustaba el término violencia obstétrica porque, según ella, es emergencia obstétrica. Claro, ella intenta barrer para casa tratando de esconder lo que muchas mujeres sufren en sus partos de manera innecesaria, sin justificación médica. Pero EXISTE.

Violencia obstétrica es cualquier acción durante el embarazo que patologice los genitales humanos mediante un trato deshumanizado por parte de los sanitarios.
La violencia obstétrica existe aunque se silencie

Cuando llega el día del parto, vamos al hospital con ciertos miedos, incertidumbre, ilusión y a veces ya con dolor. Confiamos en los médicos y en la ciencia. La intervención por parte de los profesionales sanitarios en el proceso de parto tiene que estar plenamente justificado, sólo deben interferir en el nacimiento si hay una causa evidente, pero en ocasiones no sucede así, y acabamos violentadas por el trato recibido.

La violencia obstétrica existe

    Existe violencia obstétrica cuando te realizan una inducción al parto o una cesárea, sugerida por el ginecólogo, sin haberte sometido a ninguna prueba cuyo resultado avale dicha intervención. (Éste es uno de los inconvenientes de dar a luz en una clínica privada).
La violencia obstétrica existe aunque se silencie
    Es violencia obstétrica cuando te realizan la maniobra de Hamilton, de , te rompen la bolsa amniótica, te hacen una episiotomía o hasta ponerte un enema, sin necesidad médica que lo justifique, sin que exista una patología. Te aplican innecesariamente procedimientos o intervenciones sin previo aviso sólo porque es el protocolo del hospital, el cual tú desconoces por completo.
    Hay violencia obstétrica cuando no responden a tus preguntas, ni te informan ni te piden tu consentimiento de lo que están realizando o van a realizar. ¡¡Es MI parto, MI cuerpo y MI bebé!!
    Existe, también, cuando te tratan con desprecio, te humillan. Además, cuando eres primeriza, te etiquetan de pesada, quejica, ignorante, exagerada, etc. A mi me ocurrió. Y me hicieron sentir fatal e impotente, sin estar en igualdad de condiciones para poder contestar o parar los pies por ese maltrato. ¡¡Ser primeriza no significa ser idiota!! Y mucho menos merece ningún tipo de humillación.
La violencia obstétrica existe aunque se silencie

Y aunque muchos profesionales de la salud definen estos casos como mala praxis, no significa que no sean a su vez violencia obstétrica. No se nos trata como personas, si no como objetos o trozos de carne, a los que hay que seguir un protocolo de actuación sin importar lo demás.

Lo sorprendente es que muchos profesionales sanitarios son mujeres, y probablemente también madres, pero su falta de empatía y profesionalidad les hace actuar de esa forma, con ese trato deshumanizado. No se paran a ver que somos PERSONAS, sufriendo dolor, con miedo, incertidumbre por lo que pueda salir mal, sin nadie que nos informe ni nos aporte algo de calma y tranquilidad en esos momentos.

La violencia obstétrica existe aunque se silencie

Y claro, toda esta violencia obstétrica deriva en unas secuelas tanto físicas como psicológicas difíciles de olvidar, que van desde depresión postparto, estrés postraumático, incontinencia urinaria, dolor al mantener relaciones sexuales, dolor crónico de espalda, hasta la mutilación vaginal, dificultades para amamanar, desgarros, ansiedad, problemas de apego con el bebé, etc.

Así que dejemos de invisibilizar la violencia obstétrica porque EXISTE y es una violación de los derechos humanos de las mujeres.


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