También aportó la Milicia Cristiana a nuestra Semana Santa una tercera talla procesional, una «Virgen de la Soledad» (o «de los Dolores» se la denomina indistintamente) diferente de la de San Francisco y con la que esta congregación organizó un nuevo desfile, el llamado «de la Soledad», desarrollado al amanecer del Sábado Santo desde su sede.
El autor y fecha de realización de la mencionada imagen, que era de vestir lo desconocemos la cual, en Abril de 1.834 quedó colocada en el retablo de la capilla que pertenecía a los Condes de Mansilla (previo permiso del titular) dentro de la iglesia de la Compañía.
Tal capilla era la más cercana a la cabecera del templo por el lado de la Epístola. En el mencionado altar existía anteriormente un veneradísimo cuadro representando a Nuestra Señora del Pópulo, que fue trasladado con este motivo al cuerpo superior del mismo. Pero la talla debía ser más antigua, pues en 1.819 -y seguramente antes- ya se celebraba el desfile penitencial de la madrugada de Sábado Santo, el cual data de los tiempos del Obispo Menéndez de Luarca, quien falleció ese año. En las Reglas que para gobierno de la Hermandad y Milicia Cristiana han de observarse por los individuos de que se componga dadas en 5 de Junio de 1.836, figuran entre las obligaciones del Padre Espiritual, Presidente de la congregación, las siguientes: «(..) prevenir lo conveniente al sacristán de lo que haya de hacerse en las funciones
de la Octava del Corpus, procesiones del Santísimo Rosario, Soledad y encarcelados (…)»
Francisco Gutiérrez Díaz, Imaginería desaparecida de la Semana Santa Santanderina
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