Revista Cultura y Ocio
"Ustedes no necesitan, por supuesto, que les explique qué es un sicario. Mi abuelo sí, necesitaría, pero mi abuelo murió hace años y años. Se murió mi pobre abuelo sin conocer el tren elevado ni los sicarios, fumando cigarrillos Victoria que usted, apuesto, no ha oído siquiera mencionar."
Lugares que se nos antojan lejanos y están casi a la vuelta de la esquina, historias que siendo reales nos parecen casi una película, realidades... Todos esos motivos y la calidad que siempre se ha dicho, posee Vallejo, fueron los motivos que provocaron mi acercamiento al libro que hoy traigo a mi estantería virtual. Hoy traigo, La virgen de los sicarios.
Estamos en Medellín, en los años 90, un lugar terrible. Allí regresa Fernando, un escritor que ya tiene una edad y se enamora de Alexis, un sicario con el que mantiene una relación hasta que es asesinado. Entonces iniciará otra relación con otro joven, parecido al anterior, para ir repitiendo gestos y rutinas.
Vallejo nació en Medellín, y Medellín podría decirse que es el protagonista de esta historia. No absoluto, no, comparte protagonismo con la muerte. Aunque también hay una historia de amor, casi dos. Y lo hace en apenas 120 páginas en una historia cargada de crítica, ironía y una terrible realidad, la de Medellín. Nos presenta esta ciudad en los 90 a través de un narrador que regresa a ella para mostrarnos una figura habitual: el sicario. Vemos una historia plagada de muerte, la gente muere por mil motivos, la mayoría de ellos absurdos, hasta que la muerte se convierte en algo natural. Los asesinatos que nos escandalizan al principio, son aceptados por el lector a medida que avanza la historia, dejamos de horrorizarnos, y eso si que puede ser lo horrible. Eso es lo que nos da una mínima conciencia de lo que allí nos narran. Vallejo nos habla también de los estratos de la ciudad, la iglesia y la devoción, la política... a todos critica mientas nos desmenuza una escueta historia, en la que además la homosexualidad está en el punto de partida. Pero tampoco necesita más espacio para hacerlo.
No pretende hacernos pasar su historia por algo real, sabemos que es ficción. Pero también nos deja plena conciencia de que eso existe, de que esos devotos sicarios que no pasan de muchachos existen, o existieron, y de que estamos conociendo una ciudad en la que la infancia tiene las horas contadas. Vemos pobreza, mucha, decepción... y nos acercamos a una sociedad dura en la que el narcotráfico es algo habitual. Es imposible que permanezcamos indiferentes a lo que nos relata Vallejo en una historia que viene agilizada, y mucho, por su sentido del humor. Sería algo terrible leer lo mismo sin un cinismo palpable en cada párrafo y al mismo tiempo puede ser terrible leerlo y percibir ese sentido del humor.
Pero el libro merece la pena. Aunque no busque sorprendernos ni engancharnos ni enamorarnos. La literatura sirve muchas veces para que hagamos viajes y nadie dijo que todos los destinos tuvieran que ser idílicos. De la película no puedo decir nada, puesto que no la he visto. Se que obtuvo una buena crítica en su momento, pero nada más, así que si alguien la ha visto, se aceptan comentarios.
Y vosotros, es lunes ¿Con qué historia comenzáis la semana?
Gracias