Un notable profesor de la universidad católica barcelonesa Raimundo Lulio, creada por jesuitas y protegida por la Generalidad, afirma que la Virgen María votó “sí” al independentismo catalán.
“La Virgen votó sí” titula el antropólogo Jordi Sánchez Torrens un artículo publicado en la revista “Catalunya Cristiana”, que parece dictado tras vivir milagros como los de las pastorcillas de Lourdes y Fátima.
Es un evangelio maravilloso: el entusiasmo independentista de Sánchez es tan ardiente como su amor mariano (cuidado, nada de Rajoy).
El primer portento es que el día de las elecciones municipales, el 24 de mayo, coincidía con “el de María Auxiliadora. María, la experta en decir “sí” desde la Anunciación hasta la Cruz”.
Se introduce en vericuetos del positivismo cristiano para concluir, sin revelar si oyó voces, que María votó lógicamente “sí” a la independencia.
Sánchez aparece en las redes sociales como “Program Coordinator: Religion in the Shaping of European Cultural Identity”, programa sobre religión y formación de la identidad cultural europea que se promociona en las redes sociales como si dependiera de la UE enlazándose a una web de la Comisión Europea.
Pero es una falsedad, un pecado que la Virgen no debería tolerarle, porque esa iniciativa, con el acrónimo de RISECI, presentada como una red continental sobre la cristiandad, sólo tiene como afiliados un centro esloveno, dos profesores de una universidad de Edimburgo, Escocia, y una pequeña fundación-hotel protestante sueca.
Así se descubre otro intento nacionalista de abrir nuevas “embajadas”; cubrir huecos de falsa influencia internacional para extraer subvenciones mientras se presume de predicar el independentismo por el mundo, en este caso, bajo la advocación milagrosa de la Virgen María.
Hasta aquí llega, siempre empujando, el fervoroso esfuerzo místico de los milagreros y dulces pastorcillos independentistas.
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