Mi bebé cumple hoy 7 meses y ya se notan cambios muy significativos. Acabamos de empezar la alimentación complementaria y no ha sido un inicio fácil aunque asumo parte de la responsabilidad y ahora os explicaré por qué. También es evidente el desarrollo de su visión y se ha convertido en un gran observador. A mí me tiene locamente enamorada con su mirada, qué os voy a decir... pero ¿sabes cómo ve un bebé de 7 meses? Si sigues leyendo, te lo cuento.
El hecho de trabajar desde casa y reducir en un principio mi nivel de trabajo, ha hecho que me relajara mucho con el tema de la alimentación y lo acabase dejando todo para "mañana". El "mañana" se ha convertido ya en 7 meses en los que aún sigo sin verle preparado para iniciar el Baby Led Weaning, ya sabéis, la "técnica" de alimentar al bebé a base de sólidos directamente sin necesidad de pasar por purés. Ni siquiera lo veo preparado para continuar con purés. Así que sí, efectivamente seguimos con lactancia materna exclusiva.
Con Ares fue todo más fácil aunque también empecé antes. Pero con Goran no tengo ninguna necesidad de correr. Me he cansado de escuchar a todo el mundo y he decidido hacer lo que yo creo que es mejor para él.
Hace unos días publiqué un vídeo en mis redes sociales dándole la papilla a Goran y donde se podía ver claramente su reflejo de extrusión. Hubo consejos y comentarios de todo tipo, que si la papilla era demasiado espesa (ya expliqué en los comentarios que se la dábamos más líquida al principio pero al no cerrar la boca se le caía toda), que se la pusiera mejor en un biberón (también expliqué en los comentarios que no acepta ninguna tetina que no sea la mía natural), o que directamente pasara de las papillas de cereales y fuera directamente a la fruta, la verdura y la carne. Os agradezco tanto todos vuestros consejos que sois una verdadera fuente inspiración para mí.
Es tan curioso como su hermano y empieza a balbucerar pa pa pa pa y a hacer pedorretas. Es simpático como él sólo y se ríe con sólo mirarle. A veces incluso no puedo mirarle mientras le doy el pecho porque deja de hacerlo para reírse. Se me cae la baba cuando me reconoce llegar desde la distancia y le cambia totalmente la cara a entusiasmado. Se nota que se le ha desarrollado ya la visión del color (esto ocurre entre los dos y los cuatro meses). Ya reconoce los objetos y los busca. Observa las caras con mucha atención y diferencia los sonidos: mi voz, la música de los juguetes, a los abuelos... Pero lo que más le gusta es observar a Ares haciendo de las suyas y siempre se ríe con él.
Me pregunto desde cuándo ha podido verme con nitidez. Por eso me puse a investigar y descubrí la aplicación de Vision Direct diseñada por un óptico del Reino Unido, que te permite ver cómo se desarrolla la vista de un bebé en su primer año y leer un montón de consejos sobre su desarrollo. Es una herramienta muy sencilla de usar y sólo necesitas indicar la edad del bebé para hacerte una idea de su campo de visión en cada franja de edad. ¡Tenéis que probarla! es súper interesante.
Pero con todo esto, llega también la parte menos bonita, esa dependencia que nos hemos creado, que ¡ojo!, no digo que no sea buena, sino que como todas las adicciones, deberían poder regularse, aunque en ese caso dejaría de ser una adicción. Me siento justo en ese momento en el que no puedo hacer nada que me ocupe más de una franja determinada de tiempo y con esto llega el conflicto: reuniones de trabajo, posibilidad de dedicar un tiempo para mí o incluso la imposibilidad de escaparme con mi pareja a solas una noche (que hay ganas, no te voy a engañar). A esto se le añade un estrés que llegados a este punto veo totalmente innecesario. ¿Sabes de lo que hablo? Y si estás pensando en por qué no le doy biberón, ya te digo que los hemos probado casi todos, incluidos los que simulan la lactancia materna por el tipo de succión, diferentes tetinas, las más anatómicas y similares al pezón materno, con mi leche, con leche de fórmula... y en cuanto lo ve cierra con fuerza su boca, gira la cabeza y la aparta con la mano.
Así que no nos queda otra, esperar y guiarnos por su tiempo. Sin prisas, sin presión. Pero que nunca deje de sonreír.
Si tienes curiosidad por saber cómo gestionamos el tema, puedes seguir nuestras aventuras a través de mis redes sociales 🙂
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