Revista Cine
Nuevo intento de Shyamalan de ganarse a un público hace tiempo perdido, esta vez con un convencional largometraje de terror rodado con una, casi siempre justificada, cámara casera. Intrigando más que asustando, nos consigue meter en la piel de los personajes, pero algunas de las situaciones cómicas introducidas por desgracia rozan lo ridículo, sobretodo por culpa de un insoportable niño coprotagonista. La marcada estructura narrativa, una tensión in crescendo y lo poco que dura, hace que digiramos con facilidad la película, aunque su enigma central esté muy cogido por los pelos y no sea tan efectista como cabría esperar.Mi puntuación: 4/10