Revista Cultura y Ocio

La visita de Himmler a España

Por Liber
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El 30 de octubre de 1940, Adolf Hitler se entrevista con Francisco Franco en la estación de tren de la localidad francesa de Hendaya, con el fin de analizar las implicaciones de una posible intervención española en la Segunda Guerra Mundia l a favor de las fuerzas del Eje, sin llegar finalmente a alcanzarse resultados significativos para ninguna de las partes.

Unos días antes de la famosa visita del Führer, Heinrich Himmler había viajado a España para, entre otras cosas, entrevistarse con Franco. Evidentemente, el Reichsführer de las SS abordaría las cuestiones de seguridad a la hora de organizar el encuentro entre ambos dictadores en Hendaya.

Pero lo cierto es que Himmler también tenía por objetivo tratar las crecientes relaciones policiales hispano-germanas, así como recabar datos de carácter místico-ocultista. No obstante, los informes oficiales dieron la impresión de que la visita del Reichsführer de las SS era principalmente una escapada turística. Heinrich Himmler comenzó su visita oficial a España en San Sebastián, el 19 de octubre de 1940.

El 20 de octubre de 1940, Himmler llega en tren a Madrid. Según el Völkischer Beobachter (haz clic aquí si deseas conocer más sobre este diario alemán), las calles que conducen a la Estación del Norte estaban repletas de gente al lado de falangistas uniformados junto a unidades de la nueva policía española, alineadas hasta el Ritz. Las banderas ondeaban por todo Madrid para celebrar la efemérides. El Reichsführer de las SS fue saludado con entusiasmo por la población a lo largo de su desplazamiento en coche por las calles de la capital.

Heinrich Himmler pasando revista a tropas falangistas en San Sebastián. GureGipuzkoa.net - CC BY-SA 3.0 ES: KUTXA FOTOTEKA. FONDO MARIN. PASCUAL MARIN. En esta fotografía, Heinrich Himmler aparece con un mando de la Policía Armada (a su derecha) y con José Finat y Escrivá de Romaní, Conde de Mayalde, Director de Seguridad y artífice la visita (a su izquierda), con el uniforme falangista (boina roja y camisa azul), a la salida de la Diputación de Guipúzcoa. GureGipuzkoa.net - CC BY-SA 3.0 ES: KUTXA FOTOTEKA. FONDO MARIN. PASCUAL MARIN.

Desde San Sebastián, Himmler se dirigió a Burgos. El alcalde publicó el siguiente bando con motivo de su visita.

Ese mismo día, Himmler fue recibido por Franco, y por la tarde acudió a una corrida de toros organizada en su honor (se dice que se mareó durante la corrida). El 21 de octubre, Himmler fue a Toledo para visitar fortificaciones históricas, como el mítico Alcázar de Toledo, que se había convertido en lugar de peregrinaje para los vencedores de la Guerra Civil Española.

Bando de Florentino Martínez Mata, alcalde de Burgos por aquel entonces, anunciando la visita de "Enrique" Himmler y encomiando a los burgaleses a participar en los actos públicos previstos en Burgos. Heinrich Himmler admirando las obras del Museo del Prado durante su visita a Madrid. Fuente y autoría: Deconocida [CC-BY-SA 3.0], vía segunda-guerra-mundial.tumblr.com

El 22 de octubre, el Reichsführer visitó el museo arqueológico de Madrid, estudió meticulosamente un mapa de las invasiones bárbaras y le pidió al director del museo varias copias de algunos materiales allí expuestos.

¿Buscaría el Reichsführer de las SS materiales para su Ahnenerbe (Sociedad para la Investigación y Enseñanza sobre la Herencia Ancestral Alemana)? A la luz de los hechos todo parece indicar que sí.

Por la tarde, Himmler intervino en un encuentro con la rama del NSDAP en Madrid, en el que compartió con los asistentes algunas de sus impresiones sobre sus viajes recientes.

Franco, Himmler y Súñer en la recepción oficial del Palacio del Pardo en Madrid. Bundesarchiv, Bild 183-L15327 / CC-BY-SA, vía Wikimedia Commons. Cartel promocional de la corrida de toros en honor al Reichsführer de las SS Heinrich Himmler. Heinrich Himmler y el General Moscardó visitando las ruinas del Alcázar de Toledo, símbolo de resistencia para el bando nacional. Bundesarchiv, Bild 183-2005-0601-500 / CC-BY-SA, vía Wikimedia Commons. Emblema de la Ahnenerbe. La Ahnenerbe, sociedad presidida por el propio Himmler, trataba de demostrar mediante la arqueología y otras disciplinas la supuesta superioridad de la raza aria. Lo cierto es que el viaje de Himmler a España también tuvo un carácter ocultista, que quedó reflejado en ciertas citas de la agenda del Reichsführer de las SS: visitas a las excavaciones visigodas de Castiltierrra en Segovia, al monasterio de El Escorial en Madrid, a la judería de la ciudad de Toledo (con un cabalista) y al monasterio de Montserrat, tratando de buscar evidencias del Arca de la Alianza y del Santo Grial. El ocultismo y la política se entralazaban en la mente del misterioso Himmler. Cabe destacar que Himmler trabó especial amistad con Julio Martínez Santaolalla, comisario general de Excavaciones Arqueológicas y germanófilo defensor de las teorías de arianización indoeruopeas en España.

El Völkischer Beobachter recogió las siguientes palabras de Himmler: uno todavía puede ver en las fisionomías del norte de España rastros de sangre alemana que ha ido perdiendo el Reich a lo largo de los siglos".

Himmler pasó entonces a hablar del gran proyecto de asentamiento al este de Alemania, contando con el entusiamos y los asistentes de todos los allí reunidos.

El 23 de octubre, Himmler voló a Barcelona y desde allí se volvió a Alemania al día siguiente. En Barcelona, Himmler, que no era particularmente amigo del catolicismo, hizo una visita al monasterio de Montserrat.

Allí fue recibido por un joven fraile, Andreu Ripol, que hablaba perfecto alemán. Gracias a su testimonio, hemos podido saber que Himmler andaba a la búsqueda del Santo Grial que le diera los poderes necesarios para ganar la Segunda Guerra Mundial.

Heinrich Himmler saludando a los monjes del monasterio de Montserrat durante su visita a Barcelona. Fuente y autoría: Deconocida [CC-BY-SA 3.0], vía segunda-guerra-mundial.tumblr.com

Ripol también comentó la curiosa obsesión de Himmler con los arios, hasta el punto de afirmar que Jesucristo era ario y no judío. Quizás eso explicase la extraña ansia del Reichführer por encontrar y preservar reliquias de supuestos poderes míticos que tendrían su origen en un pueblo que detestaba personalmente hasta el extremo.


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