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La visita, ¿qué haces abuela?

Publicado el 26 febrero 2016 por Patrick Bateman @CinefiliasO
La visita, ¿qué haces abuela?Tras su incursión en el mundo del blockbuster con Airbender (2010) y After Earth (2013), la poca recaudación en taquilla, sumada a la falta de apoyo de la crítica y del público, ha sido el mayor traspiés en su carrera, por encima de la denostada El incidente. Esto ha hecho que M. Night Shyamalan -el director de El sexto sentido- se replantee su carrera y vuelva al género que le aportó el reconocimiento y la fama, el suspense.
Una madre deja a sus dos hijos durante una semana en la remota granja de sus abuelos, en Pennsylvania. Los niños descubrirán que la anciana pareja está implicada en algo profundamente inquietante.
Shyamalan ha sido un director vanagloriado en exceso por unos y condenado injustamente duramente por otros. Mientras unos lo consideran -o consideraban- el maestro del suspense moderno. Otros lo han tachado de fraude y apodado como ‘director cebolla’, por la cantidad de capas en sus películas sic.
Ni un extremo ni el otro. Nunca me ha parecido el genio que algunos dicen que es, pero tampoco el fraude que otros vomitan al hablar de él o su cine. Sus películas son propicias a un solo visionado, no lo pongo en duda.
De hecho, lo más destacable de sus películas, es el tramposo giro final. Un ‘leitmotiv’ que ya es de marca registrada en su filmografía. Juega a favor en los primeros visionados, pero resta algún punto y frescura en el segundo o posteriores.
Sin embargo, entre El sexto sentido y El incidente (ambas incluidas), el cineasta -para mí- ha mantenido unos mínimos de calidad donde las menos ‘agraciadas’ me siguen pareciendo bastante correctas.
La visita, ¿qué haces abuela?
Pero como nunca llueve a gusto de todos, los hay que dejaron de considerarlo un director solvente mucho antes de El incidente (2008), película con la que dividió al público de forma masiva y mucho más marcada que en anteriores trabajos.
La visita, su más reciente trabajo, ha sido rodada a modo de found footage (metraje encontrado), algo que le da un enfoque distinto a una película que se encuentra más cercana al suspense, que al terror, género apadrinado por el found footage, y aquí se presenta únicamente en su tramo final, y de manera leve.
La visita, ¿qué haces abuela?
Becca y Tyler, hermanos en el film, interpretados por unos jóvenes bastante desconocidos, Olivia DeJonge y Ed Oxenbould, son una pareja sencilla con una interpretación que no tiene nada de especial y no desprenden mucha química, pero es correcta en el contexto, calidad y argumento que nos presenta el film.
De todas formas, lo dudo, pero veremos si algún día se convierten en las nuevas estrellas del cine, a Tom Hanks o Leonardo DiCaprio me remito. Éstos tienen un pasado, y vaya pasado...
Aunque, la mayor parte se documenta ‘cámara en mano’ por la propia pareja de niños protagonistas, la película combina las clásicas formas del lenguaje cinematográfico en alguna secuencia con plano estático y bastante bien encuadrado.
Pero como en cualquier film de estas características de ‘cámara en mano’, hay secuencias que sufren falta de credibilidad. Las aceptamos como licencias porque forman parte del propio género, y sin ellas ya no sería lo mismo. Pero cuesta creer que los protagonistas graben ciertas escenas o que la cámara caiga justo al lado.
La visita, ¿qué haces abuela?
El film tiene carencias técnicas y argumentales, eso es algo innegable. Pero a su favor juega que La visita es la película de Shyamalan más modesta hasta la fecha. Un film de extrema sencillez y con muy pocas pretensiones. Comparada con cualquiera de sus anteriores trabajos es tan pequeña como un hobbit en su agujero bajo la tierra.
Su presupuesto es realmente bajo, apenas 5 millones de dólares. Esto tiene un lado positivo y otro negativo. El lado bueno es que no hay presiones de una gran productora detrás esperando ver un mega-producto con un gran acabado y deja el espacio necesario al realizador hindú, al que se le nota muy cómodo dirigiendo un producto tan ‘casero’ para una extraña mezcla de género; drama, comedia, suspense y terror.
La visita, ¿qué haces abuela?
El lado negativo, es que el presupuesto afecta negativamente en aspectos técnicos como la fotografía, la puesta en escena o las interpretaciones, en las que parecen resonar las campanas de Antena 3 en alguna que otra secuencia.
En el campo interpretativo, la película se sostiene gracias al papel de la abuela, interpretado por Deanna Dunagan (Prison Break), que luce con una caracterización tan natural como inquietante. Sin élla y sus aberrantes escenas nocturnas que generan momentos de tensión casi inexplicable, la película carecería del interés que suscita.
La visita, ¿qué haces abuela?
El guión escrito por Shyamalan es más simple que el mecanismo de una puerta. Y ahí ya no estamos, ni tenemos ‘excusas’ económicas ante una cuestión de presupuesto, y más, teniendo en cuenta que no hay que pagar al guionista.
A la simplicidad de la historia, hemos de sumar que el punto de partida está muy poco elaborado, y su base es tan poco sólida que no hay lugar donde esconder el tramposo giro sorpresa.
La visita, ¿qué haces abuela?No contento con ello, Shyamalan deja pistas demasiado obvias en nuestras narices a lo largo de la película, que en el primer tercio del film ya se desvela con cierta claridad lo que sucede, anulando cualquier golpe de efecto o sorpresa en nuestra persona.
Como decía Eames en Inception, necesitamos la versión más simplificada de la idea. Y Shyamalan parece seguir el consejo al pie de la letra.
La idea es tan simple que la acerca a la ‘idiotez’ en el buen sentido de la palabra. No está mal pensada, pero hubiese sido efectiva con un tratamiento algo más sólido, entre las pistas y su simpleza, se pierde toda la intensidad en su desenlace.
Sin llegar a una total seguridad, nuestras sospechas son tan certeras como una flecha de Legolas. Es tan obvia que el algún momento la descartamos, con la esperanza de encontrarnos un final retorcido. Pero la idea sigue latente hasta el final, que se cumple en mayúsculas, en negrita y subrayada.
A pesar de todo, la película funciona medianamente bien, y lo más curioso es que entretiene. Sin embargo, nuestras sospechas son mucho más certeras de lo que hubiéramos querido en cualquier momento.
Así que después de todo, se agradece este retorno de Shyamalan al suspense, lástima que no ha gozado del mismo tramposo ingenio de otras ocasiones. Desde el punto de vista sorprendente, ésta defrauda.
 La visita, ¿qué haces abuela? 

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