Acabo la novela y no tengo muy clara la opinión. Es un buen narrador, el libro se lee con avidez, pero no sé si es más como Vázquez Montalbán o como Ken Follet. Las historias que se van desgranando me parecen un poco manidas, y los personajes son todos tan rematadamente infelices que no entra ni una brisa en el libro: el que no está como una chota debe de mazarse a paroxetina para poder levantarse de la cama, de tan mal que le ha ido la vida.
De Barcelona a A Coruña, pasando por Alemania, la dictadura argentina, la Costa da Morte, desaparecidos, asesinados, venganza policial....parece mucho contenido para el mismo libro.
Pero bueno, en este caso, como tengo Un millón de gotas también, le daré una segunda oportunidad...