Al austriaco Edoardo Winspeare la región de la Puglia le debería hacer un momumento en reconocimiento a la promoción de esta tierra porque La vita in comune vuelve a estar rodada en ubicaciones de esta región de la península apenina. Cuando se le interrogó en la presentación de su filme en la sala 9 de los RenoirPrincesa en la quinta sesión del Festival de Cine Italiano de Madrid no supo dar una razón concreta. "Tal vez porque es más facil, más barato" pero el director austríaco es un enamorado del Salento, una pasión que se refleja en toda su filmografía (Sangue Vivo, In grazia di Dio)
Winspeare narra en La vita in comune una utopía en un lugar imaginario llamado Disperata, un pequeño pueblo del sur de Italia olvidado por Dios, en la que su alcalde Filippo Pisanelli se siente terriblemente inadecuado para su encargo. Solo el amor por la poesía y la pasión por sus clases de literatura a los detenidos iluminan un poco su depresión general. Porque en La vita in comune" Winspeare apoyado en su amigo el coproductor y protagonista del filme Gustavo Caputo trata de transmitir la belleza de las cosas comunes y la vida de gente sencilla pero inteligente.
Pequeña producción realizada con los actores del propio pueblo, y utilizando hasta el último recurso disponible para transmitir simplemente que en lo común de la vida está la belleza de las cosas.
Previo al largometraje se pudo ver el cortometraje Piove de Ciro d' Emilio y la divertida propuesta de Katia Bernardi Funne le ragazze che sognavano il documental un documental que narra la odisea de un grupo de octogenarias que no dudarán en hacer tartas, posar para un calendario para hacer realidad su sueño un viaje a Croacia coincidiendo con la festividad de la Virgen de las Nieves.