La vitamina C es uno de los antioxidantes más potentes

La Vitamina C es quizás la más famosa de las vitaminas. Su poder como antioxidante ayuda a neutralizar los radicales libres, responsables del envejecimiento, y todo el mundo sabe que se encuentra en las naranjas. Conoce el papel regulador que tiene en tu salud.

También llamada ácido ascórbico, la vitamina C forma parte, junto a la vitamina E y al betacaroteno (por-vitamina A), del trío de los grandes antioxidantes que pone a nuestra disposición la naturaleza para neutralizar la acción de los radicales libres. Como el resto de las vitaminas, la C es esencial para mantener una buena salud. No puede ser sintetizada por nuestro organismo, lo que significa que debe ser ingerida a través de los alimentos.

La doctora Mónica de la Fuente del Rey, catedrática de Fisiología de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Complutense de Madrid, que estudia

los efectos de los antioxidantes en el envejecimiento y en el sistema inmunitario, nos habla de la importancia de la vitamina C.

¿Para qué sirve?

La vitamina C es esencial para la formación y mantenimiento del colágeno, por lo que interviene en la conservación de huesos, dientes y vasos sanguíneos y es importante para la piel y el caballo.

• Influye en una rápida recuperación de quemaduras y heridas.
• Contribuye a la absorción del hierro.
• Participa en muchas reacciones químicas, entre ellas:

1. La hidroxilación y biosíntesis de catecolaminas, unas hormonas que intervienen en el sistema nervios simpático.
2. La síntesis de carnitina, necesaria para metabolizar los ácidos grasos.

Como antioxidante, ejerce una acción homeostática, es decir, equilibradora, lo que se parecía de forma clara en la función del sistema inmunitario. Si una actividad de este sistema está baja, la estimula; si una función está muy elevada, la disminuye. Por ello, puede tener un efecto positivo tanto en las alergia, que son un exceso de activación del sistema inmunitario (los consumidores de vegetales y frutas ricos en vitamina C son menos proclives a ellas) como en procesos cancerosos, en los que el sistema inmunitario suele estar deprimido. En algunos estudios se ha visto que la vitamina C –en determinadas circunstancias- ha podido controlar esos procesos cancerosos, ya que células de nuestro sistema inmunitario que se dedican más específicamente a neutralizar a las células tumorales se activan más gracias a los antioxidantes.