Revista Cultura y Ocio

“La viuda”, de Fiona Barton

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

«Hay secretos que cambian tu vida. ¿Callar o mentir? Tú eliges»

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Cubierta de: La viuda

La viuda es la primera novela de la veterana periodista Fiona Barton de la prensa sensacionalista británica, precisamente esa prensa que apoyó el brexit británico, aunque Fiona Barton no lo comparte en absoluto. “El país está sumido en el caos”, afirma y creemos que sólo es el principio de un país donde sus ciudadanos han demostrado su inmadurez política. Fiona se ha fajado en los casos más sensacionalistas de su país como el célebre de Madeleine McCann, todavía sin resolver. “Yo entrevisté a la familia y publiqué numerosos artículos sobre ella”, recuerda la escritora en la entrevista que mantuvimos en un hotel madrileño.
“Antes de ponerme a escribir, dejé el periodismo, lo hice en el año 2008, luego estuve dando clase de periodismo por todo el mundo hasta que me establecí en el sur de Francia y allí fue cuando empecé a escribir La viuda. Es muy diferente ser periodista que escritora. Cuando comencé a escribir la novela sentía mucho miedo, como periodista te juzgan casi al instante, como novelista es como si te mostrases desnuda ante los lectores”, expresa en un correcto inglés muy británico.

“La viuda es una bomba de relojería porque empiezas a pasar las páginas y nunca sabes cómo va a continuar, si va a seguir la lógica que utilizan todas las novelas de este tipo, si la autora será capaz de mantener la tensión y el misterio tanto tiempo o si en un descuido a mitad de la trama desvelará toda la verdad…La viuda es tan impredecible como un gato y tan fascinante como un caramelo en donde el envoltorio no pone de que sabor es y tú lo debes de averiguar.” Esta frase es de mi amiga María Cabal, y cuando la leí, me encantó.

Hay una fecha, una hora que lo cambió todo: a las 15:38 sonó el teléfono de emergencias. Era lunes, 6 de octubre de 2006. Una voz de mujer joven, afligida, repetía:

Se la han llevado.”

Se han llevado a Belle a Belle Elliot, una niña de dos años a la que su madre perdió de vista unos minutos. Mientras ella iba a la cocina, la niña jugaba en el jardín delantero de su casa en Southapmton. Un descuido fugaz que gran parte de la opinión pública, espoleada por la prensa sensacionalista, no le perdonará. La misma prensa a la que esta madre sin recursos, que vive de prestaciones sociales, acudirá para incentivar y continuar la campaña en busca de su hija.
Pero hay otros personajes y hay otros hechos tanto o más imperdonables. Otros linchamientos y alianzas que salen de lo doméstico, cruzan raudos el territorio de la justicia y se convierten en mediáticos.
El inspector de policía encargado de la investigación hará un fino y minucioso (y apasionante, narrativamente hablando) trabajo de investigación, hasta dar con el posible secuestrador de esta niña de la que, años después seguirá sin saberse nada.
Una investigación que le conduce a otra más compleja, profunda y turbadora. Como en Perdida (Gillian Flynn) y en La chica del tren (Paula Hawkins), el principal, o los principales sospechosos pueden ser las personas más cercanas. El engaño sostenido, el crimen imperdonable; el daño o la perversión pueden cocinarse en la habitación de al lado.

La principal fuente para esta investigación es quien más conoce —quien se supone que más conoce…— al presunto culpable: su esposa. En verdad, esa inocente muchacha llamada Jean Yaylor, una joven no muy buena en los estudios y que encuentra su lugar en la peluquería en la que trabaja a diario, será un inmenso, un interminable pozo ciego en el que policías, periodistas y opinión pública caerán sin remedio.
Desde que su marido Glen es identificado como principal sospechoso, Jean Taylor es acosada por la prensa. Pero ella se mantiene aferrada a una única respuesta:

“—No es ese tipo de hombre.
—¿Y que tipo de hombre es, señora Taylor? ¿Como lo describiría?
—Por el amor de Dios, ¿que tipo de pregunta es esa? Supongo que alguien normal. Normal. Un marido bueno y trabajador…”

El terreno pantanoso al que nos conduce este thriller psicológico nos lleva más lejos aún y está sembrado de preguntas: ¿Conocemos a quien creemos conocer? ¿Es posible que quien alguna vez fue el hombre (o la mujer) soñado, amado, con quien compartimos la vida, pueda devenir bajo nuestra mirada cotidiana como otro ser distinto, sin que lo advirtamos siquiera? ¿O quizás es que nos acercamos a la verdad tanto como queremos permitirnos, sólo cuanto podemos soportar?
Tal vez fue cuando, en aquella comida familiar, los padres de Jean no se mostraron del todo amables en un comentario sobre Glen. O en aquella ocasión en la que Glen dijo palabras que nunca antes había dicho. O cuando se enfadó exageradamente porque Jean no limpiaba bien la mesa. O aquella tarde en la que Glen sugirió que ese fin de semana era mejor que no vinieran sus suegros y que no hubiese comida familiar. O el ligero e inquietante matiz de voz al llamarla Jeanie

Cierta o no su versión sobre su esposo, un error judicial durante la investigación hará que cuatro años después Glen Taylor no haya entrado en la carcel.

“—¡¿Que ha hecho, señor Taylor?!, le gritó uno.
—¡Tiene las manos manchadas de sangre, pervertido!, exclamó el periodista del The Sun cuando Glen salió a la calle para sacar la basura.”

Cuatro años después, no hay rastro de la pequeña y de repente aquella esposa se convierte en viuda. La muerte accidental de su marido hace de ella la única persona capaz de revelar —por fin— qué sucedió. Pero Jean es una voz narradora de doble filo. Una gran voz que nos descubre, nos sugiere y nos oculta. A medida que ella habla, el lector se encuentra con la chica inocente deslumbrada por aquel joven ambicioso y correcto, una aprendiz de peluquera cuyo mayor sueño era casarse y formar una familia, una mujer sumisa pero también alerta; una madre frustrada, una esposa no tan incondicional…
¿Cuanto cinismo y cuánta inocencia pueden caber en la misma persona?

Jean, Jeanie en la intimidad, cuece una intriga perfecta entre los fogones y las tareas del hogar. Una trama en la que ni el policía más avezado, ni la periodista más astuta pueden avanzar sin tropezar a cada rato.

Lee las primeras páginas.

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Fiona Barton

La autora:
Fiona Barton cuenta con una dilatada carrera en el mundo del periodismo, Daily Mail, el Mail on Sunday, y ex redactora de sucesos del Daily Telegraphy y ha trabajado en muchos juicios, incluyendo la desaparición de Madeline McCann. Fue galardonada con el prestigioso Premio Nacional de la Prensa británica. Desde 2008 trabaja formando a periodistas exiliados y amenazados en todo el mundo. Nacida en Cambridge, Inglaterra, Barton reside actualmente en el sur de Francia con su marido.

El libro:
La viuda (título original: The Widow, 2016) ha sido publicado por Editorial Planeta en su Colección Planeta Internacional. Traducción de Aleix Montoto, 2016. Encuadernado en tapa dura con sobrecubierta, tiene 515 páginas.

Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.

Como complemento pongo el booktrailer de la editorial.

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