Alrededor del mundo, todos anhelamos un lugar que podamos llamar “hogar”. Más que una casa, un “hogar” es un refugio seguro y estable donde nuestros hijos puedan desarrollarse, y una base sólida sobre la cual una familia pueda construir una vida mejor. El compartir nuestros hogares con familiares y amigos es una cálida tradición tan antigua como los asentamientos humanos. Los hogares sólidos y estables ayudan a construir comunidades sólidas y estables.
En Habitat para la Humanidad, reconocemos que un hogar brinda solidez, estabilidad e independencia a las personas en nuestro país. Aunque los hogares varían en apariencia en todo el mundo, la necesidad de un hogar es universal.
La vivienda debe ser un elemento clave en la llamada “Nueva Agenda Urbana”, una declaración de compromiso político global patrocinada por las Naciones Unidas que está siendo desarrollada por participantes en todo el mundo y que se enfoca en el desarrollo sostenible de pueblos, ciudades y otros asentamientos humanos. Esta agenda, que evoluciona tras una serie de reuniones conocida como Hábitat III, establecerá una nueva estrategia global alrededor de la urbanización por las siguientes dos décadas. Aunque en esencia la agenda promueve principios sólidos, hacemos un llamado a los líderes globales para garantizar que se incluyan cuatro principios clave. La Nueva Agenda Urbana debe:
1) Centrarse en la vivienda adecuada y asequible; 2) Priorizar la tenencia segura;3) Promover el desarrollo dirigido por la comunidad; y4) Establecer medidas de éxito específicas y medibles.
Independientemente de la forma que un hogar tenga, también ocupa suelo; un hogar requiere espacio. A medida que nuestra población global crece, el suministro de suelo y espacio disponible es cada vez más escaso. Para el 2030, ONU-HABITAT estima que 3 mil millones de personas, cerca de un 40% de la población mundial, requerirán acceso a la vivienda. Esto significa una demanda diaria de más de 96.000 viviendas asequibles.
Esta necesidad de vivienda es más aguda en las áreas urbanas. En la actualidad, América Latina y el Caribe es la región más urbanizada del planeta, donde al menos el 80 por ciento de sus ciudadanos vive en ciudades. La rápida urbanización también ocurre en África y Asia/Pacífico, donde 120.000 personas se trasladan a las ciudades de esta última región cada día.
Para el 2050, se proyecta que el 70 por ciento de la población mundial vivirá en áreas urbanas. Con base en las estimaciones actuales, eso se traduce en 6,7 mil millones de personas (casi la población global en el 2010) que vivirán en ciudades. Conforme se dispara la demanda de vivienda, también se elevan los costos y diariamente tener un “hogar” se torna cada vez menos asequible para muchas familias. Si no se toman acciones, la rápida urbanización traerá consigo un crecimiento desbocado de asentamientos informales y otros asentamientos no planificados en todo el mundo a medida que las personas buscan algún, cualquier, lugar donde vivir.
Si nos cruzamos de brazos, a miles de millones de personas se les negará una vivienda adecuada durante nuestras vidas.
Afortunadamente, existe una solución, si actuamos ahora. El documento final de la Nueva Agenda Urbana que emergerá de la conferencia Hábitat III en Ecuador este mes de octubre deberá confrontar las difíciles realidades de la rápida urbanización en todo el globo. Si se redacta apropiadamente, la Nueva Agenda Urbana servirá de guía para los esfuerzos globales hacia desarrollos humanos sostenibles y planificados que puedan asegurar que todas las personas vivan con dignidad en este mundo de rápidos cambios y urbanización.
El primer borrador de la Nueva Agenda Urbana promueve en diferentes grados los cuatro principios que defendemos, pero debemos trabajar fervientemente para que se incluyan en la versión final. Esta agenda moldeará los siguientes 20 años de desarrollo global y representa nuestra mejor oportunidad de hacer que nuestras voces se escuchen. No nos equivoquemos: un enfoque basado en principios hacia el desarrollo es la única manera de asegurar que estamos construyendo comunidades saludables y sostenibles, no simplemente creando nuevos asentamientos.
A tal fin, la Nueva Agenda Urbana debe:
- Reconocer que “la expansión de viviendas adecuadas y asequibles es esencial para lograr ciudades seguras, resistentes y sostenibles”. Debemos hacer un llamado para que la vivienda “sea elevada como una de las prioridades más altas para los gobiernos nacionales y reafirmar el derecho a la vivienda adecuada para todos”. Este texto se toma del primer borrador de la Nueva Agenda Urbana y exhortamos a los líderes a conservarlo conforme surjan nuevos borradores.
- Priorizar derechos de tenencia segura, especialmente para las mujeres. Esta prioridad debe alcanzar todos los niveles de gobierno, creando instituciones de gestión territorial fuertes a nivel nacional y local. Estas instituciones deben regular el registro de propiedades y la gobernanza para hacer énfasis en la justicia y la equidad. Las metas deben reducir los desalojos injustos y los pagos por extorsión y apoyar los documentos reconocidos legalmente para garantizar los derechos de tenencia.
- Crear entornos de políticas que cuenten con y mejoren la participación pública, privada y de la sociedad civil. Las comunidades nacen de la participación y los principios de inclusión social; sin estos valores, el desarrollo es algo que se hace para las personas y no por las personas.
- Asegurar que los esfuerzos para proporcionar asentamientos saludables y sostenibles estén funcionando y exigir transparencia. Vivimos en una era basada en datos donde no es suficiente recibir reportes de progreso periódicos que no miden impactos específicos. Solo recolectando y compartiendo datos podemos aprender de nuestros éxitos y fallos cooperativos y unir fuerzas por un mundo mejor.
Nuestra tarea está definida. El mundo debe continuar teniendo mayor acceso a la vivienda asequible y comunidades sostenibles hasta que todos contemos con la oportunidad de tener una vivienda adecuada. La Nueva Agenda Urbana nos lleva por buen camino, pero debemos hacer un llamado a nuestros líderes para asegurarnos que la versión final alcance los objetivos últimos de un mundo donde todos tengamos un lugar adecuado donde vivir.