Revista Ciencia

La vocación científica y el vínculo con el aprendizaje

Por Carlos Carlos L, Marco Ortega @carlosmarco22

El conocimiento científico se construye durante toda la vida, desde las primeras edades y no sólo desde la formación académica, sino también desde los saberes populares. Es un proceso permanente y en constante crecimiento que juega un papel relevante para la vida.

Si bien actualmente se reconoce que la ciencia y la tecnología son factores decisivos para la transformación económica y social, cabe destacar que es posible identificar la existencia de grupos de jóvenes que son o serán excluidos, por lo que se mantendrán las desigualdades sociales y de repartición de riqueza. Esta situación apela a instalar Políticas Públicas para la producción de conocimiento en la población. La Ciencia debería ser de todos.

Los avances de la ciencia deben ser analizados y comprendidos en cada contexto en que se desarrollan. La cultura científica no se reduce a la transmisión de conceptos acabados y aislados de su relevancia para la sociedad y el medio ambiente sino, por el contrario, son necesarios para asegurar la realización plena y la mejor calidad de vida de las personas.

Una amplia gama de factores influye en las posibilidades de desarrollar el interés por la ciencia. Destacamos los siguientes, con el propósito de dejar en evidencia la complejidad del tema y evitar soluciones simplistas que, lejos de ser tales, pueden ser perjudiciales para los procesos de mejora que sean llevados adelante.

* Las nuevas vivencias y realidades del campo social, político y cultural influyen en el campo educativo. Los individuos de hoy no buscan algo sólido y duradero, porque ven todo de manera efímera; el conocimiento se ajusta al uso instantáneo y se concibe para que se utilice sólo una vez; es visto como algo que rápidamente deja de tener valor.

* E l proceso de los atajos, la modernidad líquida que menciona Bauman (2005), el síndrome de la impaciencia donde la "demora" se ha transformado en un estigma de inferioridad, atentan contra el compromiso necesario de comprometerse con algo sólido.

* Escasa atracción por el estudio.

* Los conceptos que sobre la ciencia se tiene y se divulga; en especial los que se maneja en los medios de comunicación y que, de alguna manera, tanto influyen en la escuela.

* La figura del docente no cuenta con el respeto y reconocimiento social.

* Las ciencias generan temor en los estudiantes y también en los docentes quienes, escudados en la expresión : "no sé", priorizan otras enseñanzas y pierden la oportunidad de intentar abordarlas.

* El docente que dice "no sé" expresa el agotamiento de un modo de ser docente o de un modo de encarar la enseñanza.

* El saber aprendido y experimentado en la historia de la escolarización se torna ineficaz; frente a la perplejidad producida por los cambios, pensamos que no se trata de un mero "no saber", sino de un saber que no dialoga con lo real.

* La vocación científica se ve influida por el medio, la familia, sus historias y valores, así como las situaciones particulares de cada persona.

* El entorno familiar determina la orientación educativa y las preferencias académicas de los alumnos, situación que se evidencia en su desempeño en las materias que estudian actualmente en las escuelas. Sienten inseguridad de lo que pueda ocurrir en los años siguientes y prefieren carreras más cortas y de inmediata salida laboral.

La institución educativa está llamada a superar la ruptura que se dio en la modernidad entre la razón y el sujeto; ha de incluir la complejidad y la incertidumbre. Es imprescindible dejar atrás las prácticas tradicionales, las simulaciones, los dobles discursos, las rutinas de repetir y memorizar siempre lo mismo.

Tenemos el enorme reto de mirar nuestros entornos mediatos e inmediatos, para iniciar un diálogo transformador que haga posible la solución duradera a los problemas de la sobrevivencia. Es necesario modificar las estrategias pedagógicas desvalorizadas, tener en cuenta la forma de ver el mundo de las actuales generaciones, construir nuevos vínculos de comunicación, de confianza, de interés por la búsqueda del conocimiento.

Compete, a todos los actores sociales y de las instituciones, iniciar un proceso de cambio de miradas, de reconstrucción de una nueva profesionalidad, con el fin de legitimar, crear confianza y posicionar al docente en su rol.

Se necesita trabajar desde la Educación Inicial, Primaria y Secundaria para encaminar a niños y jóvenes hacia las ciencias, desarrollar sus competencias y talentos, acompañar y estimular el descubrimiento de sus propias fortalezas, desarrollar la creatividad, lograr que los alumnos se involucren con sus aprendizajes. Es necesario poner en movimiento la voluntad del alumno para aprender lo que desee. Transformar las aulas en espacios de comunicación, acción, investigación, producción de conocimiento.

Fuente: Zózima González Martino. Uruguay. IBECIENCIA. Comunidad de Educadores para la Cultura Científica. Este trabajo plantea la necesidad de estimular las vocaciones científicas desde la Primera Infancia. La Ciencia es propia y connatural de la especie humana y no una actividad exclusiva de sectores y mentes privilegiadas. Los escenarios actuales, tan cambiantes como adversos, requieren estrategias pedagógicas innovadoras que respondan a los intereses de los estudiantes y promuevan la búsqueda del conocimiento.

C. Marco


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