Dicen que los libros de no-ficción han ganado terreno
a los de ficción, al menos en número de ventas.Parece ser que los viejos lectores de novelas se hantransformado poco a poco en lectores de crónicas,ensayo, biografía, etc. Creemos que a este cambio hacontribuido grandemente la obra de Marina, y de lacual tomamos como modelo El misterio de la voluntadperdida, uno de sus más logrados trabajos dedivulgación y precisamente en un terreno dondeMarina tiene mucho qué decir, la psicología.
Una de las categorías favoritas de la posmodernidades el sujeto débil. La decosntrucción de la cosapensante cartesiana, aquel ser capaz de por si sólofundamentar el conocimiento del mundo, ya no sirveno ontológica ni epistemológicamente para nada,porque ya desde Hume la razón y su voz, el sujetopensante, han sido sistemáticamente descuartizadoshasta no quedar nada aprovechable. Si a estesaludable ejercicio crítico añadimos lo que elcapitalismo tardío ha conseguido implantar (elhedonismo en la vida social e individual), entonces seexplica la desaparición de la disciplinada voluntad delhombre moderno.
La solución que aporta a los problemas de la voluntadno es asequible; ni se ajusta a los cánones de laautoayuda, ni se queda en los límites de laposmodernidad. Hay que recuperar la voluntad, pordifícil que parezca, aunque sea para preservar unalibertad minimalista, una fuerza comparable alconnatus spinoziano, una resistencia a dejarseabsorber por el magma hedonista y nihilista que nos envuelve.