El Sr. Cuevas, senador del PP, ha regresado a Almansa para realizar un gesto innecesario: añadir con sus palabras más -y poderosas- razones para acudir masivamente el domingo a la manifestación y unir nuestras voces en contra de la privatización del Hospital. El Sr. Cuevas ha dicho que los miles y miles de ciudadanos que nos oponemos a contemplar impasibles el progresivo desmantelamiento de nuestro Hospital y de nuestra Sanidad Pública a manos de los intereses privados respaldados y amparados por la Sra. Cospedal, el Sr Núñez y sus respectivos gobiernos regional y local, somos unos terroristas (psicológicos, pero terroristas). Que el Sr. Cuevas venga a nuestra ciudad a insultarnos gravemente y que a su lado se siente un concejal de este Ayuntamiento, el Sr. Gil, para reírle la gracia, es un claro síntoma de la degradación ideológica, moral y social en la que se encuentra el PP de Almansa, cada día más alejado de los almanseños y las almanseñas. Ni les importa el Hospital, ni les importan sus vecinos, sólo atienden ciegamente a los intereses de su partido y a su propia promoción personal.
Afortunadamente, el verbo del Sr. Cuevas ya es conocido entre la ciudadanía y, por ello, su discurso carece del más mínimo valor (más allá del que tenga como material de estudio en las facultades de psicología). El Sr. Cuevas es el mismo que escribió: "Las bodas de lesbianas tendrán que incluir diversas variedades de tortillas, y de postre, bollitos con nata", el mismo que afirmó "Si se casan dos mariquitas y uno es muy, pero que muy mariquita, igual no pone pegas a colocarse las ligas, pero puede que acabe haciendo strip-tease por las escaleras", el mismo que aseguró que "La propuesta de paridad democrática [...] me parece, más que una paridad, una parida [...] Si ha de haber paridad para las mujeres, que la haya para los altos y los bajos, los listos y los tontos, los depresivos y los optimistas". Se le olvidó incluir el deseo de paridad entre los sinvergüenzas y los respetuosos. Homófobo, machista y misógino, el Sr. Cuevas es un digno representante del verdadero Partido Popular.
En la andanada de declaraciones que, a última hora, ha puesto en marcha el PP para intentar callar la voz de su propio pueblo, el Sr. Núñez, alcalde del PPIA (Partido Popular Independiente de Almansa), ha realizado lo que él ha denominado una "declaración institucional", pero que, por los términos y el tono empleados, se ha parecido más a una arenga mitinera de bajo nivel. Con banderas de fondo y al estilo "me llena de orgullo y satisfacción", el resumen de las palabras del Sr. Núñez podría ser: los almanseños son bobos si se creen los argumentos de los "aguerridos" sindicalistas y socialistas que "utilizan la salud como arma política" (los entrecomillados son textuales). Una vez más, en el intento de desprecio se esconde la falta de respeto por las ideas de los demás y la bajísima consideración que este alcalde tiene por aquellos a los que dice representar, creyendo que los almanseños y almanseñas son tan manipulables como a él, realmente, le gustaría que fueran.
Por último, el concejal lector del ¡Hola!, el Sr. Sánchez Roselló, ha vuelto a los micrófonos radiofónicos que le catapultaron a la fama para insistir en los errores y las mentiras contenidas en el argumentario que les han repartido. "Una de las cosas más viles que se pueden hacer es utilizar a la ciudadanía para conseguir réditos políticos", ha sentenciado. Y yo, desde mi infinita ignorancia, me pregunto: ¿El Sr. Sánchez Roselló cree que usar la mentira y el engaño para lograr objetivos políticos es una vileza? ¿Qué es más vil e indigno, ocultar las verdaderas intenciones con el Hospital y descubrirlas tras unas elecciones o dejar abandonados a aquellos que les han dado su confianza? ¿Quién es más vil, el que decide estar al lado de su gente o el que se pone en contra de sus vecinos porque, de otra forma, perjudicaría su propia carrera política? Ha recordado el concejal que "el Hospital se consiguió gracias a la lucha de todos los ciudadanos de Almansa". Pero se ha equivocado, todos no. Ayer, como hoy, el PP ni quiso ni quiere estar con su pueblo. Ayer, como hoy, si por ellos fuera, lo que el Sr. López (el líder de la facción independiente del PPIA) calificó como un "hospitalillo sin médicos" no existiría. Ni el PP ni los Independientes han querido nunca nuestro Hospital. A nadie ha de extrañar, por tanto, que hoy asistamos a este vergonzoso espectáculo en el que los intereses partidistas, económicos y privados se intentan colocar por delante de los generales, sociales y públicos.
Todo esto no hace más que probar el miedo que PP e Independientes tienen al pueblo, a la voz de su pueblo. A ninguno de ellos les gustó, nunca, la pluralidad de ideas. La misma pluralidad que conforma la Coordinadora. Por eso, el domingo, esa voz, la voz de los "terroristas", debe ser más alta que nunca.