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La Voz del Mesozoico (VI): Prensa confesional, monárquica y militar

Publicado el 14 junio 2022 por Koprofago
La Voz del Mesozoico (VI):  Prensa confesional, monárquica y militarGwangi, camino del confesionario
En la entrada que dedicamos al Diploducus de Carnegie, ya hicimos referencia a algunos diarios católicos históricos españoles, como los catalanes La Hormiga de Oro, La Cruz o El Restaurador. Pero la prensa confesional ha estado activa a lo largo de toda nuestra historia periodística. Y a veces, se han ocupado de los dinosaurios. Por supuesto, siempre dentro de una óptica creacionista.
Comenzaremos ésta con el diario El Alicantino (1888), órgano oficial del Círculo Católico de Obreros, que el 2 de abril de 1893 publicó “Microcosmos”, en torno a los foraminíferos, que confirman la sentencia bíblica de que “Los últimos serán los primeros” en tanto su pequeñez supondría un reto frente a grandes especies como el ictiosaurio o el plesiosaurio, que el autor, Juan B. López, considera una metáfora de los grandes errores de la soberbia...
Seguiremos con un par de periódicos católicos carlistas madrileños: El Correo Español (1888-1921) y El Siglo Futuro (1875-1936). En el primero apareció, el 3 de marzo de 1897, “¿Cubrió el diluvio toda la Tierra?”, en el que Ramiro T. Valbuena trata de hacer comulgar el Genesis con la paleontología.
Mesozoico (VI): Prensa confesional, monárquica militar "Tyraunosaurus" y "Tyradosaurus" (Vincent Lynch, 1915)
En El Siglo Futuro hemos encontrado un par de artículos: el 12 de marzo de 1916, una breve “Crónica científica” dedicada a “El mayor animal carnívoro que ha existido: ‘Tyraunosaurus’ (sic)”, y el 25 de agosto de 1924 podemos leer en la revista “¿Habéis oído describir aquellos primeros días de la creación, en que los monstruos reinaban a sus anchas en la naturaleza? ¿Habéis oído hablar del ictiosauro, el plesiosauro, el megaterio, el mastodonte, que necesitaban el mundo entero para ellos solos? Así en la vida social volveríamos al reinado de los grandes tiranos que la historia del paganismo nos ha pintado con colores tan sombríos”.
El Monte Carmelo (1900) publicó el 15 de julio de 1910 “La virgen del Carmen en Londres”, paseo turístico que se detiene en el Museo de Historia Natural para disfrutar de sus fósiles. Y la orden de San Agustín publicó la revista quincenal España y América (1903-1927, Madrid), donde apareció en 1911 “Cuádruple versión del Génesis”, en cuya segunda disertación (“La Revelación y la Ciencia”) Pedro Ciruelo describe el Mesozoico siguiendo a Lapparent.
Editorial Católica (1912) comenzó sus actividades periodísticas adquiriendo la cabecera El Debate (1910-1936), fundada por Diego de Rivas y desde 1911 dirigida por Ángel Herrera Oria, cofundador de la Asociación Católica de Propagandistas (1909). Conservadora y antirrepublicana, durante la Gran Guerra mantuvo una posición claramente germanófila. Más tarde, Editorial Católica impulsaría el panfleto propagandístico fascista Gracia y Justicia (1931-1936) o el diario Ya (1935-1996), que acabó sustituyendo a El Debate.
La Voz del Mesozoico (VI):  Prensa confesional, monárquica y militar El Diplodocus de París
El martes 9 de junio de 1914, El Debate incluía en una columna de portada el artículo “Monstruos de cuarenta metros”, en el que Echauri narra su visita al Museo de Paleontología de París cuatro días antes. El Diplodocus, la estrella local, es tan grande que se montó con la cola plegada “para que no molestara a los vecinos de la inmesa galería”. Pero la nueva adquisición, procedente de Madagascar [1], “que todavía no ha recibido nombre, no tendría para desayunar con el dinosaurio regalado por Carnegie. Para evitar conflictos monstruosos, el director del Museo ha alojado al recién venido en los sótanos, en un local lo menos confortable que se puede pedir, y evidentemente malsano para un pensionista de seis mil o siete mil años”. Esta datación nos puede orientar sobre la adscripción creacionista del diario, que concluye con un chascarrillo que suena casi a amenaza: “Si los paleontólogos se dan a desenterrar y meter en habitaciones modernas a todos los monstruos de la época terciaria, la gente de París tendrá que ir a vivir a las cavernas”. Este artículo fue reeditado el día 30 en el también católico La Gaceta de Tenerife (1910-1938).
El 1 de junio de 1924, El Debate dio cuenta de un ictiosaurio hallado en una cantera de Sainte Colombe, noticia casi telegráfica, que ya vimos en la tercera entrega de la serie, y de la que se burla el 14 de junio El Día de Palencia: “Estamos en presencia de los restos del ‘tragatetas vulgaris’, que vivió en los primeros tiempos de la época terciaria. Medía 6,27 metros de altura, se alimentaba de arbustos en escabeche y era de temperamento melancólico. Sus huesos revelan bien a las claras que era muy sensible a las variaciones atmosféricas y algo sordo del oído izquierdo. Se envía al esqueleto a un museo científico, se le reconoce detenidamente, se suscitan algunas dudas, se entra en averiguaciones y viene a resultar que en vez de ser del tragatetas, el esqueleto es de una vaca holandesa, sin circunstancias modificativas. Y a los seres vulgares nos dan ganas de mandar al descubridor a freír ictiosaurios”.
K-Hito publicó numerosos chistes gráficos para El Debate, incluidos un par con dinosaurios el 12 de octubre de 1924 y 20 de abril de 1928. El 7 de enero de 1925 informa telegráficamente: “En Groenlandia se ha encontrado un esqueleto de dinosaurio”, sin más información. El 10 y el 12 de febrero de 1928, informa sobre un “Plesiosauro con tres ojos” –en realidad, el tercero era la cavidad pineal- descubierto en una cantera de Harbury (Warwickshire), del que ya habían dado noticia algunos días antes La Voz y el Diario Palentino, y al que también dedicará algunas La Correspondencia de Valencia el 7 de marzo.
La Voz del Mesozoico (VI):  Prensa confesional, monárquica y militar Tenemos que dar la razón a Herrero-García: En esta foto de la cordillera del Jura, nosotros tampoco vemos ningún Diplodocus
El 4 de abril, M. Herrero-García publica en El Debate el artículo “La patria del diplodocus”, en torno al Monte Jura. Aunque en el Museo de Historia Natural los haya, nos dice el autor: “He recorrido el macizo central montañoso correspondiente al Franco-Condado, y no he visto ni un diplodocus siquiera”. El 17 de abril informa –al tiempo que El Día Gráfico y, dos días después, El Luchador- de una nueva salida de Andrews hacia el Gobi y el 17 de julio da cuenta de “Un animal mezcla de caballo y toro” descubierto en San Salvador, que se pensó podría ser un ictiosaurio, lo que ha desmentido el paleontólogo Gaylord Simpson; esta noticia fue reeditada en El Día de Palencia dos días después y en El Heraldo de Madrid el 25 de julio.
El 1 de septiembre, José Pérez de Barradas publica la columna “Los monstruos antediluvianos. Los descubrimientos paleontológicos en Mongolia”. El 18 de octubre, el diario informa que “Va a ser ampliado el Museo de Ciencias” ya que hay muchos ejemplares sin exponer por falta de espacio; p. ej., “En los sótanos se amontonan multitud de restos fósiles de reptiles gigantes, huesos de dinosaurios, dientes y aún mandíbulas enteras de mastodonte, hallados todos ellos en terrenos españoles excavados al azar”.
La Voz del Mesozoico (VI):  Prensa confesional, monárquica y militar El 7 de enero de 1934, El Debate publica un amplio reportaje, profusamente ilustrado, que titula “Más de cien testigos aseguran que existe un monstruo marino en el lago Ness, en Escocia”. El 2 de octubre, en “¡Bonito viaje he hecho!” (más que de relato corto, habría que calificarlo de breve anécdota) podemos leer “Y el trabajo se publica como se publicaría por extraordinaria y casi increíble la noticia de que en la Puerta del Sol había acampado una tribu de caníbales que para hacer el viaje tuvo que alquilar un veloz dinosaurio”. Y como Diario Universal o Pensamiento Alavés, el 25 de febrero de 1933 El Debate se hizo eco de la comparación de Cordero Bell sobre “el ministro de la Gobernación, que tiene la epidermis política de un dinosaurio antediluviano”.
El número de 10 de agosto de 1935 de Gracia y Justicia incluyó un artículo de escarnio de políticos e intelectuales republicanos bajo el filtro deportivo titulado “Nuevos valores deportivos”, que al encarar el boxeo asegura que “Abundan los pesos pesados como Cid, y escasean los pesos diplodocus, como Ortega y ‘Gaché’ (el malo)”.
No sólo hubo prensa confesional católica, por supuesto. Los hermanos Alejandro y Luis López Rodríguez, ambos pastores protestantes, impulsaron en Figueras El Heraldo (1886-1936?), que en 1934 publicó una historia del planeta que hacía corresponder los periodos geológicos con los días de la creación: así, el Mesozoico sería el cuarto día, si bien los animales (incluidos el ictiosaurio, el plesiosaurio o el megalosaurio) aparecen el quinto día, esto es, en el Cenozoico.
La Voz del Mesozoico (VI):  Prensa confesional, monárquica y militar "El mayor dinosaurio conocido"
Fundada en 1891 por el monárquico Torcuato Luca de Tena, la revista ilustrada Blanco y Negro fue la cabecera estrella del grupo Prensa Española. En diciembre de 1913, Blanco y Negro publicó un artículo sobre “El Diplodoco”, al que siguió otro el 14 de mayo de 1916, de “Aemece”, sobre “El mayor dinosaurio conocido” (el tiranosaurio), y el 20 de noviembre de 1927, la revista nos presenta el Museo de la Plata (Argentina), que dirigía desde 1920 Luis María Torres, incluyendo la fotografía de un saurópodo de su sección de paleontología.
La Voz del Mesozoico (VI):  Prensa confesional, monárquica y militar El número que más nos interesa, por supuesto, es el del 13 de enero de 1924, que incluyó la pionera historieta con dinosaurios «La doma, a través de los tiempos», obra del ya citado Joaquín Xaudaró, que publicó con Francisco Navarrete los quince números del pionero tebeo regular español The Monigoty (1897) –en el que no hemos encontrado dinosaurios- y en 1899 rotuló algunos bocadillos pioneros de nuestro cómic.
Por lo que se refiere al conocido diario del grupo, ABC, decano de la prensa española, además de la ya comentada edición del 3 de diciembre de 1913, con la inauguración de la réplica del Diplodocus de Carnegie en el Museo de Ciencias Naturales, podríamos destacar que, el 17 de noviembre de 1927, un anuncio ilustrado daba cuenta de los descubrimientos de Roy Chapman Andrews en Mongolia... “pero más importante es conocer el antidoloroso moderno Veramon-Schering que calma dolores de muelas, de cabeza, de heridas, cicatrices, etc. sin atacar el corazón ni los riñones”.
La Voz del Mesozoico (VI):  Prensa confesional, monárquica y militar Donde esté el Veramon-Schering, que se quite el Triceratops horridus
La Nación (1925-1936) fue el principal instrumento de propaganda de la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), aunque fue un fracaso comercial. Entre sus colaboradores destacan José María Pemán, José Calvo Sotelo, José Permartín o Ramiro de Maeztu. El 12 de marzo de 1927, informa que “El Sr. Royo dio cuenta de sus últimos descubrimientos en Morella y Benagober de huesos fósiles de grandes reptiles del grupo de los dinosaurios, análogos al ‘Diplodean’ (sic), y dientes de megalosaurios”. Y el 29 de octubre de 1929 (el famoso “martes negro” en que se consumó el Crack de Wall Street), el diario daba cuenta del “Hallazgo de animales prehistóricos en Borneo.- Bajo la dirección del sabio norteamericano Mr. Hutt, se acaba de realizar una excursión científica por las regiones salvajes de Borneo; durante ella se han descubierto restos de especies animales antediluvianos. En nuestra fotografía aparece una de las señoras que forman parte de la expedición, encaramada en un gigantesco cráneo de ‘ceratosaurus nacicornis’ (clase de los dinosaurios)”.
La Voz del Mesozoico (VI):  Prensa confesional, monárquica y militar "En nuestra fotografía aparece una de las señoras que forman parte de la expedición, encaramada en un gigantesco cráneo de 'ceratosaurus nacicornis' (sic)"
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[1] Colonia francesa hasta 1960. No sabemos a qué saurópodo se refiere el artículo, pero sí que a principios de siglo Jean-Marie Colcanap extrajo numerosos fósiles en Ankinganivalaka, que Armand Thevenin asignó a Bothriospondylus y hoy se creen pertenecientes a un turiasáurido, lo que encajaría con las dimensiones que ofrece Echauri.

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