Dicen que muchas de las novelas que leemos son historias susurradas al oído de un afortunado que se encarga de materializarlas en palabras. Y, en este caso, todavía es más cierto si cabe. ¿Por qué digo esto? Pues por una razón muy sencilla, la dedicatoria. En ella Noelia Amarillo agradece a uno de sus personajes que le hablara de la historia de estos hermanos tan peculiares. Sencillamente, me ha parecido el broche perfecto para esta novela corta.
Escondidas en un claro entre montañas dos niñas, Marta hija de una humana y Laia, hija de una diosa se hacen una promesa.
Te casarás con mi primer descendiente varón.Seremos hermanas eternamente.
Años después, Efrén tiene un sueño: ser un gran bailarín, y una promesa que cumplir, aquella que su bisabuela Marta hizo hace mucho, mucho tiempo a una mujer que no existe… O tal vez sí.
Como bien nos anticipa su título, la historia transcurre entre susurros, comienza con el deseo de una diosa y se nos descubre con la promesa de dos niñas pequeñas que quieren estar siempre juntas. Una de las cosas más curiosas del libro es el tiempo que transcurre, lo que nos permite ser espectadores de distintas épocas. El libro trata temas como la amistad, el deseo, el amor...Todo gira entorno a estos tres núcleos, a los que habría que añadir el valor para superar distintas circunstancias que trastocan los planes del protagonista.
El ballet juega un papel importante en la trama. Es enternecedor comprobar la pasión de que siente por el baile Efrén, desde bien pequeño. Una de las partes más conmovedoras de la historia, en mi opinión, es cuando el narrador nos cuenta cierta escena que ocurre cuando él no es más que un niño pequeño que se viste de forma elegante e incómoda para ék y se va con Marta al Retiro. Tanta importancia tiene el ballet que podemos considerar que el libro en sí es una especie de pieza de este tipo de baile ya que, en lugar de dividirse en capítulos, se divide en actos.
—¿Qué amenaza? Yo jamás he amenazado a nadie—Laia le miró aturdida. ¿Por qué se pegaba tanto a ella?La paciencia es otro elemento importante que se entremezcla con la historia y que, en cierta forma, precipita el devenir de los acontecimientos. Me ha resultado llamativo el contraste, en algunas situaciones, de la impaciencia de Efrén frente a la paciencia de Laia. Y a todo esto hay que añadir la sobreprotección que los hermanos de la protagonista tienen hacia ella, pues son los culpables de dar pequeños toques muy divertidos a varias escenas de la novela.
—Me amenazaste con la promesa de seguirme eternamente si no aceptaba el trabajo—Efrén apoyó las manos en el cristal a la altura de los hombros femeninos, encerrándola entre sus brazos—. Desde que lo acepté no he vuelto a verte ni a escucharte. Bien, mañana mismo me despediré. Quiero que cumplas tu promesa.
—Creí que no querías verme pululando a tu alrededor—susurró ella posando las manos sobre el torso de Efrén y apoyando su angelical rostro contra las cicatrices que se marcaban en su mejilla lacerada.
La pluma de Noelia Amarillo es ligera, divertida y bastante adictiva, puesto que te invita a seguir leyendo página tras página sin que te resulte pesado hacerlo. Utiliza un lenguaje coloquial, es decir, emplea la forma de hablar que tenemos todos y cada uno de nosotros, por lo que nos acerca a la historia, a pesar de tener ciertos toques fantásticos.
En definitiva, si no tienes mucho tiempo, pero te apetece leer una historia romántica, si quieres evadirte y pasar un buen rato, te aconsejo que te hagas con este libro, puesto que merece mucho la pena.