Revista Psicología
Antes que nada debo comenzar pidiendo perdón, y es que voy a dedicar este artículo de hoy a hablar de Sociología Divertida, pues en estas fechas se cumplen dos años desde que comencé con este trabajo personal, intransferible y, sobre todo voluntario, pues nadie me obligó a meterme en este berenjenal. Espero no caer en el autobombo ni en la autocomplacencia pues es fácil rebasar esas líneas traicioneras y, en todo caso, para eso precisamente está esta solicitud de perdón por adelantado dirigida a vuestra paciencia y comprensión.
En estos dos años han pasado muchas cosas, tantas y tan poco buenas que, tanto la sociedad española como yo mismo, hemos perdido mucha de la poca inocencia que ya teníamos. Hemos perdido tanta confianza en nuestras instituciones, en nuestros políticos, en nuestro sistema de vida que nos hemos vuelto más cínicos y más viejos, mucho más de lo que suelen desgastar dos años normales, y esto les ha pasado incluso a los más jóvenes, sobre todo – por desgracia – a los más jóvenes.
Piénsese, que hemos pasado de tener un presidente muy impopular que se plegó ante las exigencias de Bruselas y Berlín a otro que no ha mejorado ni un ápice en esto, en realidad no ha mejorado en nada, más al contrario, ha despilfarrado su mayoría absoluta en empeorar en todos los sectores y, encima, está cercado por una corrupción galopante en el seno de su propio partido.
E internacionalmente la situación no es mucho mejor, este segundo período de la presidencia de Obama está mostrando el poder que los Estados Unidos tienen en la sombra, menos sombra ahora de lo que nunca ha sido y mientras, en nuestra cada vez más pequeña Europa, Alemania juega a ser el “Reich” que siempre ha aspirado ser. Al tiempo que China sigue emergiendo como gigante con pies de barro, el mundo Árabe lucha entre la modernidad y el integrismo islámico, y América Latina – no todo tiene que ser necesariamente malo - parece que quiere autoafirmarse. El mundo se globaliza y se convierte en una aldea cada vez más pequeña en el que encontrar un agujero en dónde pasar desapercibido es cada vez más difícil. Un mundo en el que el poder y las relaciones de dominación son, debido a que la información fluye más que nunca, cada vez más patentes y claras para los dominados y, en consonancia con esta situación, los dominados estamos muy cabreados. Y es lógico que ese cabreo se deje traslucir en Sociología Divertida.
Mi primera intención era construir un blog para la divulgación de la sociología y otras ciencias sociales afines. Y la mejor manera me parecía que era hacer unas entradas cortas y amenas. Durante los años que estudié la carrera me dediqué, entre otras muchas cosas claro está, a hacer conexiones entre conceptos - es casi un pasatiempo - así cuando vi el teorema de Thomas por primera vez me acordé de Mary Poppins y cuando estudié en psicología social el secuestro de aquel tren por los Moluqueños del Sur me acordé del episodio del Principito y el Zorro. De forma natural, casi cada vez que aprendía algo nuevo lo conectaba con algo que ya conocía anteriormente. En realidad todo está interconectado sólo hay que encontrar la conexión. Me dí cuenta de que es una forma personal de entender los conceptos que podía ser muy eficaz para explicarlos. Creía que de esta manera se podían hacer atractivos, comprensibles y amenos los problemas, las soluciones, las teorías, las definiciones o los planteamientos de las ciencias sociales.
Y creo que estaba en lo cierto. No es que mi blog sea una obra maestra, no soy persona que saque los pies del tiesto fácilmente, ni hay riesgo de que me crea un catedrático virtual cuya palabra dicte sentencia y siente jurisprudencia, pero he tenido comunicaciones procedentes de distintos países con profesores de distintos niveles educativos y me han llegado referencias de que mis escritos se entienden bien y que incluso algunos los usan para ilustrar explicaciones. También me han llegado comentarios de estudiantes que los usan como lecturas complementarias para entender mejor aquello que debían estudiar.
Así que a esa primera intención se fueron sumando otras características no previstas que surgieron poco a poco. Parecía que Sociología Divertida iba adquiriendo vida propia, como diría Marx, se fue reificando. Mi intención inicial de hacer entradas cortas y amenas sobre sociología – de hecho creé una carpeta en mi ordenador llamada “microartículos” – se fue trocando por mi propia e inconsciente evolución en una serie de artículos que de cortos no tienen nada, amenos si creo que son y de sociología siempre tienen algo, o bien el tema principal o bien de manera secundaria pero importante. Sociología aplicada tanto a los asuntos de siempre, como la estratificación social, la religión, la educación o la sociología electoral, como a temas menos explorados como el análisis de lo que hay detrás del mundo de “Star Trek” o la pequeña sociología de la jardinería en la Toscana.
Ampliando un poco el círculo, mis pacientes lectores y yo, hemos tratado asuntos relacionados con otras ciencias sociales, la ciencia política, la historia, la psicología, la antropología, las relaciones internacionales y algo de filosofía de andar por casa.
A pesar de esta relación íntima con las ciencias sociales aparecieron nuevos temas. La crisis – como ya he comentado – y mi militancia en contra de los ataques que recibimos los asalariados, que estamos rodeados por todas partes como aquellas caravanas cercadas por los indios en las viejas películas del Oeste; biografías, que tienen algo de ejemplares, de familiares que me antecedieron en esto de vivir; la burocracia y el funcionariado, el océano por el que navega mi vida laboral; y una visión social de las tecnologías de la información que, al fin y a la postre, es mi profesión de toda la vida.
Pero en lo que todos los artículos son iguales es que son muy personales, en ellos está plasmada mi ideología no como opción política sino como manera de ver el mundo, mi vida, mi familia, mis circunstancias. Sociología Divertida es la vuelta a mi mundo en 80 artículos, para ser más exactos en 85.
En las líneas de Sociología Divertida están ocultos los cientos de libros leídos, las miles de citas aprendidas, las centenares de películas disfrutadas, las millones de horas de televisión sufridas, la ciencia informática que estudié de joven y la sociología que estudié en la madurez, las experiencias vividas, las amistades benéficas que me procuré, el amor de la familia en la que nací y el amor de la familia que formé y que me aguanta. También están las desgracias padecidas pero de eso prefiero no hablar. Sociología Divertida es la escritura líquida obtenida de la destilación de mi vida.
Como decía en la presentación del blog hace dos años, parafraseando a un pintor que oí una vez en una conferencia refiriéndose al hecho de pintar, escribirlo es igual que telefonear, uno intenta comunicar y espera que haya alguien al otro lado que reciba la comunicación, que la entienda, que le sirva para algo y, si además, comparte parte de tus ideas pues mucho mejor. Dos años después sigo teniendo esta esperanza, no sé si Sociología Divertida sirve a los demás, confío en que sí porque este segundo año ha tenido más del doble de visitas que el primero, pero para mí es imprescindible.
Juan Carlos Barajas MartínezSociólogo
Mil millones de gracias a los amigos que me siguen, a los lectores que no me conocen y leen Sociología Divertida y les gusta, a los que no les gusta pero a pesar de todo leen este blog, e incluso, les doy las gracias a los que entran por equivocación, de rebote, porque – al fin y al cabo – incrementan las estadísticas.
Comentarios finales:
(1) Existe un índice por temas de todos los artículos de Sociología Divertida en el Índice Temático(2) En agosto no sé si publicaré, voy a descansar, no tengo nada planificado, pero como yo descanso leyendo y escribiendo, es posible que algo caiga. Lo avisaré por las vías habituales correo electrónico, Blogger, página de Sociología Divertida en Facebook, en Google+ y cuenta @SociologiaDiver de Twitter.