Hoy nuestros amigos de Skyscanner nos transladan a Roma y con ellos recorremos las plazas más hermosas y representativas de la capital italiana. ¿Estás listo?
Hay tantas formas de aproximarse a Roma, como años de historia la contemplan. Pero basta uno de los cientos de vuelos baratos que existen para acercarse a ella. A continuación una interesante caminata para espíritus viajeros, por cuatro de sus espacios públicos de reunión más significativos.
Quizás convenga empezar por la más familiar de las plazas romanas. La plaza de España, llamada así en agradecimiento a su benefactor el rey Fernando el Católico, que decidió regalársela a la ciudad por los servicios prestados a la corona de Aragón. Es punto de encuentro de turistas y romanos, que sentados en la gran escalinata de la Trinità dei Monti, disfrutan de los vapores que destila la Fontana della Barcaccia, obra del genial Bernini. Bocanada de optimismo y bienestar es lo que siente el visitante cuando vislumbra por primera vez esos 135 escalones, decorados con terrazas-jardines repletas de adornos florales durante la primavera y el verano.Campo de’ Fiori o Campo de Flores, ¿suena bien, verdad? Debe su nombre a lo que hasta finales del siglo XV era justamente eso, un prado florido que el papa Calixto III hizo pavimentar, como parte de un proyecto para urbanizar la entonces, nueva Roma. El caso es que ya sea por su primer uso como mercado de caballos o posteriormente como patíbulo durante el siglo XVII, el lugar se envuelve de una atmósfera casi indómita que hoy por hoy disfrutan miles de jóvenes cada noche alrededor de sus terrazas y pubs.
Mucho se ha dicho y escrito acerca de piazza Navona, probablemente la plaza de mayor valor artístico, si atendemos a su gran cantidad de obras maestras. Como si de un “Stadium” del antiguo imperio se tratara, su forma recuerda que antaño fue solemne escenario de los agones “juegos deportivos”. Con el tiempo mutó el nombre de agone a navone. De nuevo Bernini aparece con su magia para liberar un torrente esplendoroso en la Fuente de los Cuatro Ríos, en representación de los cuatro grandes cauces de agua dulce que el mundo conocía entonces. El enclave describe como pocos la fuerza de una ciudad y su carácter vital. Especialmente indicado para los que puedan encontrarse en horas bajas y huérfanos de optimismo.
Para terminar, y dado que estamos en el punto al que llegan todos los caminos, unamos devoción y obligación peregrinando hasta la majestuosa plaza de San Pedro, que aunque dentro de los limites de Roma presume de tener estado propio y universo de gloria. Suelo sagrado para católicos de todo el mudo que con un ligero alzar la vista transitando por la Via della Conciliazione, impregnan para siempre una imagen difícil de olvidar. La Basílica de San Pedro al fondo, y sus 300 columnas a medio camino entre el sostén y la escolta al representante del dios cristiano en la tierra.
Y como en aquella “Marcia su Roma” de infausto recuerdo, bien merece marchar ahora con mente y corazón abierto, y buscar alguna de las ofertas de vuelos a Roma que parten de aeropuertos españoles.
Ci vediamo a Roma!