Revista Diario

La vuelta al cole de los niños (y de mamá)

Por Sandra @sandraferrerv
La vuelta al cole de los niños (y de mamá)Veinticuatro horas después de haber escrito el post de ayer, el silencio y la calma vuelven al hogar. Entre medio hemos vivido momentos inolvidables. Mi pequeño gran hombre con sus bermudas y su americana de "Mini-yo" con esos zapatos de un número que se acerca peligrosamente al de mamá. Mi pequeña princesa que después de los días de verano en los que hemos vivido un tanto asalvajados ha aceptado peinarse como mandan los cánones. El despertador de nuevo en marcha. Maletas nuevas (maletones que ni en el aeropuerto pasarían sin obligar a pagar un plus por sobrepeso), uniformes nuevos, amigos nuevos, junto con alguna cosa del año pasado con alguna profesora con la que repetimos curso y el reencuentro con familias de años pasados.Corriendo otra vez al coche, al tren, al bus (sospechosamente hoy de huelga), besos a diestro y siniestro, emoción y orgullo por ver crecer a tus hijos. Y después del trabajo operación inversa esperando que a la salida del colegio te expliquen todo y todo cuando lo único que quieren, tras quedar catatónicos en el coche, es un bocata de chocolate y que no les calientes la cabeza con miles de preguntas. Terminada la jornada, mamá también ha empezado una nueva etapa en su vida. Como los niños, yo también me he apuntado a un extraescolar. Batuka y pilates. Ahí es "ná". Yo, que soy la reina de la asincronía, que el pato mareado a mi lado es un auténtico Nureyev, yo que siempre huí de los gimnasios cual si fueran salas de tortura de la (gracias al cielo) desaparecida Inquisición, me he lanzado a la piscina. Y oye, está mal alardear de uno mismo pero la cosa no ha sido tan desastrosa. Aunque aviso, quien se piense que el pilates es, ala, ahí me relajo y me quedo medio grogui, no, no van por ahí los tiros. Bromas aparte, me alegro de haber encontrado un pequeño espacio (una horita a la semana, no vayamos a hacerle la competencia a los expertos batukeros) para desestresarme y disfrutar de la compañía de unas amigas geniales. Por cierto Ana, mil gracias por arrastrarnos con tu buen ánimo a esta nueva aventura.Puede que en las próximas horas no me pueda ni mover pero como decía la esbelta Escarlata Ohara, de eso ya me preocuparé mañana.

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