Sé que ya no nos acordamos, de cuando se acercaba el primer día de cole. Es normal, en mi caso ha pasado mucho tiempo.
No me olvido sin embargo de la gran suerte que he tenido con mi hijo, que jamás se quedó llorando en la guardería, cuando contaba con 5 meses y en los posteriores años en el colegio.
Cuando estuve trabajando en un colegio, de camarera del comedor, el primer día que los pequeños se presentaban, era realmente un valle de lágrimas. Por un lado teníamos a los más pequeños que nos cogían del uniforme y con esas caritas de ángeles, con los ojitos llenos de lagrimas nos decían "señora, llévame con mi mamá" y por otro la manera en que se contagiaba el llanto de unos a otros.
Se me hacia un nudo en la garganta, porque pensaba que mi hijo estaba pasando por lo mismo, y una extraña sensación de abandono se apoderaba de mi, hasta la hora de llegar a casa y estrecharle en mis brazos, a la espera de que me contara lo que había hecho en el cole.
Si nosotros que somos adultos y capaces de razonar la situación,lo pasamos francamente mal, imaginemos que pasará por esas cabecitas que aunque anteriormente hayamos querido dar miles de explicaciones para que vayan tranquilos al cole...de poco nos han servido porque a la hora de la verdad, fuera dejas, la libertad, el estar con quien quieres, tus juegos y autonomía, el dulce sueño que no te abandona hasta que tu decides y esas comidas que nos prepara mamá o la abuela en algunos casos. Dentro está la disciplina, el no poder hacer lo que nos gusta cuando queremos, el sueño sobretodo los primeros días y el pensar- porque no- que tu mamá o papá te abandonan porque ya no te quieren.
Pero no todo es negativo, no, a los papás se nos pasa el berrinche y comenzamos la actividad que venimos manteniendo durante todos los días y en algunos casos es un descanso el saber que los niños están en el cole y que no tienes a toda la familia de allá para acá para recogerlos, y más tarde ir a por ellos tu.
Para los peques el encuentro con los amiguitos o el comenzar a relacionarse con otros niños es en la gran mayoría una de las motivaciones, por la que se encuentran contentos, porque se verán con María Pérez Mate, ya sabemos que nuestros hijos se aprenden el nombre y los dos apellidos, luego cuando sean adultos, llamarán a sus compañeros de trabajo por el nombre o sobrenombre que este soporte.
Los padres con la vuelta al cole no solo soportan la presión del primer día, si no que además soportan la presión del presupuesto escolar.
Los peques además de soportar el mal trago del primer día, soportan el montón de actividades a los que los padres les someterán para que sean más "felices" y de paso cubran ese tiempo que se necesita para que estén bien hasta que nosotros lleguemos.
Esperemos que la vuelta al cole este año sea menos cruda para papás e hijos.