Pues sí.. el día llegó. Volver a trabajar después de la maternidad.
Cuando me dieron la baja por riesgo allá para marzo, contaba los días en dar a luz (también os diré que pensaba que si se retrasaba el nacimiento eran más “vacaciones”, y quien no habrá pensado eso!), y tras el parto veía muy lejano el día de volver a trabajar, “tengo casi 6 meses por delante, es una maravilla”
Se han acabado los días de 24h con la beba, y ya he vuelto a trabajar.
Ha sido duro dejar en casa a la bebita con su cara de angelito dormida, pero no ha sido tan dura la reincorporación como me esperaba, ni la separación, ni el madrugar, ni el volver a concentrarme… Ya llevábamos preparándonos para esta separación un par de semanas, hablando en tema alimenticio, con bibes de leche materna y purés de frutas.
Estoy contenta porque creo que de momento ella no lo nota mucho. Se despierta a su ritmo en casa, juega con papi hasta que vienen los abuelos/canguros (esto solo en diciembre, en enero irá a la guardería), y papi a trabajar, y ella entretenida. Eso sí, el primer día bien tema biberón y puré… pero hoy ha vuelto a jugárnosla: cuando dice que no al bibe es que no. Menos mal que el puré de frutas le entra bien, le gustan las galletas, y mordisquear cualquier cosa.
Tengo la suerte de tener un horario de mañanas, por lo que he pasado estos dos días la tarde completa pegada a ella, la verdad que la cojo con muchas ganas, y de momento no estoy muy cansada (supongo que será porque son los primeros días). Aunque las noches siguen siendo igual y me gustaría dormir más.
Y por hoy nada más… voy a cenar un poco ahora que ya se ha dormido, y en breves momentos (lo sé no son ni las 22h) yo también me iré a dormir.
¡Espero que paséis buen día!