La Vuelta ciclista a España vuelve a Euskadi 33 años después.
Como muchas veces ocurre en este país, lo que debería ser un acontecimiento deportivo, se ha convertido, por mor de unos y otros en una cuestión política.
Mientras unos han querido hacer un ejercicio de unionismo, los otros aprovechan el viaje para reafirmar su independentismo.
Y entre unos y otros están los que les gusta el ciclismo y les apetece ver el final de una etapa en directo y los que están preocupados por los cortes de carretera que supone un acontecimiento de estas características.
Ya lo dije en un post anterior, no es bueno mezclar lo político con lo deportivo y me mantengo en mi posición.
Mezclar deporte y política es el camino más corto a la contradicción.
Hinchas independentistas del Athletic y Real suspirando porque sus equipos sigan en la primera división de la liga española; republicanos convencidos (como yo) suspirando porque esos equipos ganen la copa del rey; unionistas de tomo y lomo animando como locos a Euskaltel-Euskadi. En fin...
Afortunadamente, lo que antaño fueron chinchetas, clavos y amenazas de bomba al paso de los ciclistas, hoy son manifestaciones pacíficas en contra de la "imposición", algo hemos ganado.
