El mundial de futbol de Sudafrica 2010 me enseñó una palabra nueva: Vuvuzela. Nunca la había escuchado hasta después del primer partido cuando, luego de preguntarme qué hacía ese ruido tan fuerte que se escuchaba a través de la televisión, empecé a leer por todas partes acerca de esta especie de trompeta de plástico.
El ruido de la vuvuzela -ese ruido seco, duro, ensordecedor- fue percibido no sólo por quienes se encontraban en Sudáfrica sino por todo el que presenciaba los partidos por cualquier medio y no tardó en ser objeto de gran polémica. Algunos en tono de broma (como este video) otros más en serio, los detractores de la trompetita argumentaban que arruinaba el espectaculo al opacar otras manifestaciones de aliento, atentaba contra la concentración de los jugadores, impedía escuchar absolutamente nada, dañaba la capacidad auditiva de quienes se encontraban cerca y, en suma, que arruinaba el Mundial y debía ser prohibida por la FIFA. Todo ésto, en la primera semana de iniciado el juego.Aquellos que la adoran dicen que, si bien su sonido puede parecer horrible desde afuera del estadio, estando allí la sensación es diferente: que aumenta la adrenalina, es parte integral de ver ir a la cancha, y que contribuye a crear un clima futbolístico exitante. La fascinación que genera se extendió tanto que hasta algunos videos de youtube tienen ahora un "botón vuvuzela" (una pelota de futbol en la barra inferior derecha. Aqui pueden ver uno, por ejemplo)que las hace sonar por encima del audio del video de turno, e hinchas de todas las selecciones parecen haber adquirido alguna con el correr de los días.La FIFA, en tanto, se negó a prohibirla, argumentando que era parte integrante de la cultura local sudafricana, que formaba parte del sabor -por decirlo de alguna manera-de presenciar un Mundial de Futbol en ese país y que no había que intentar europeizar un mundial africano. Un periodista de la BBC fue incluso más lejos, recordando a quienes expresaban quejas que, como huespedes en Africa, quienes presencian el Mundial allí deben respetar las costumbres locales, y la vuvuzela es un instrumento querido por los Sudafricanos. En una entrevista a Charles Barron, miembro del Freedom Party de Canada y ex miembro de las Panteras Negras, éste tildó los intentos de prohibición directamente de racistas.El debate acerca de qué constituye una cultura y del multiculturalismo ha sido tratado por muchísimos autores (como Will Kymlicka) desde hace muchos años. Despues de todo: ¿Qué elementos de una cultura determinada pueden considerarse característicos de ella? ¿Hay que respetar todas las expresiones culturales ajenas, aún cuando no estemos de acuerdo con ellas? ¿Es válido pretender que otros modifiquen aquellas costumbres que nos desagradan? ¿Hay un límite al respeto por las manifestaciones culturales ajenas? El mundial de futbol ¿es una especie de fiesta internacional, donde todas las culturas tienen el mismo peso o es una oportunidad para gente de distintos paises de experimentar desde adentro, como local, cómo se vive el futbol en ese lugar? Estas semanas en que me he dedicado a seguir la controversia generada por esta pequeña trompetita de plástico, entre divertida y consternada, he tenido la sensación que las quejas son más parte de un gran shock cultural que de otra cosa. Una cultura, dicen los que saben, es un conjunto de tradiciones, creencias, valores y practicas institucionalizadas, enlazadas por el hilo común del lenguaje compartido. La misma lengua es lo que nos une y nos brinda la sensación de pertenencia; pero cuando digo "lengua" no me refiero sólo a la lengua hablada, sino tambien al modo de dar la mano, la forma particular de saludar, los códigos de vestimenta, la forma de dirigirse a jefes y mayores, la forma de comer, de comportarse en público. Pertenecemos a una cultura cuando instintivamente sabemos qué se espera de nosotros en estas situaciones y sentimos estos códigos no escritos como propios. Cuando viajamos y estamos insertos en una cultura diferente y esos códigos cambian, nos sentimos perdidos, sin red: Si no sabemos qué se espera de nosotros, si lo que se espera que hagamos es diferente de aquello que instintivamente haríamos ¿cómo habremos de insertarnos, de sobrevivir? Paradójicamente, la reacción más frecuente ante este miedo y un síntoma claro de shock cultural es el rechazo de la cultura ajena, y su desvalorización por comparación con la propia. El sonido de la vuvuzela, así, no merecería lugar en el espectaculo del futbol, pero sí los canticos de las hinchadas, sí los papelitos, sí los bombos, simplemente porque estamos acostumbrados a ellos, porque son parte de nuestra cultura. Esto es normal, es un estadío más del shock cultural. Pero me parece importante identificarlo como tal para así poder dimensionar aquello que se piensa, se dice, se pretende. La vuvuzela no es parte de nuestra cultura, pero es parte de una cultura ajena, y una que, según cuentan, se remonta a sus tradiciones más antiguas, ya que emula al cuerno que llamaba a los pobladores a la asamblea del pueblo. Es parte de una cultura ajena que durante décadas fue menospreciada en su propia tierra y que está reconstituyéndose en libertad e independencia desde hace apenas veinte años. En ese marco, pretender su prohibición ¿no suena aún más violento todavía?Hace unas semanas, una amiga publicó en su muro de facebook un texto de un sabio hindú que me pareció interesante para este tema. El decía que: "En esencia somos uno, pero en sinsentido, somos muchos. Necesitamos esencia y sinsentido. La vida es para que haya diversión, de lo contrario Dios nos habría creado a todos iguales, con los mismos pensamientos. Todo es la voluntad de Dios.Nada ocurre fuera de su voluntad. El permite este caos. ¿Por qué? El debe haber pensado que sólo a través de esta situación caotica tendríamos verdadera sed de paz, y así, cuando nos la diera, sabríamos apreciarla"
Me gusta pensar en la diversidad como desafío, como camino hacia una paz más duradera. Abrácemosla y respetémosla, somos todos uno.¡Qué tengan una linda semana!PD: Aquí les dejo una publicidad de T&C Sports para el mundial, para Argentina. Y les pregunto: ¿Que aspectos de su cultura sienten que los definen como pertenecientes a la misma?