La X Asamblea de IU

Poco acostumbrado al marco federal y en proceso de descubrimiento de una Izquierda Unida más allá de las fronteras de nuestra provincia, quisiera exponer algunas reflexiones relacionadas con la X Asamblea que se ha celebrado los días 14,15 y 16 de diciembre en Madrid.

Me gustó el debate político que se suscitó en las comisiones de trabajo, en concreto en la Comisión B, de debate del documento político, aunque creo que el proceso se alargó en exceso por un ordenamiento de las enmiendas, que no se correspondía con el orden que tenían los cuadernos. En ocasiones es complicado, ante tantas enmiendas, tener una noción exacta de lo que se está discutiendo sino tenemos las enmiendas en el orden en que se van a debatir.

También considero que nos perdemos en la maraña de las pequeñas enmiendas que nos impiden ver el bosque. Por ejemplo, lo que de verdad importa es cuál tiene que ser la postura de Izquierda Unida respecto a la prostitución, (la abolicionista salió por mayoría). Una vez votada esta enmienda, el resto de propuestas menores tienen que depender del resultado de esta votación y vinculadas a la postura votada. No por discutir más enmiendas el contenido del documento cambia de forma más radical sino debatiendo aquellas enmiendas que generan mayor disenso en la organización. Probablemente, esto requeriría de más tiempo entre las Asambleas Regionales y la Asamblea Federal para hacer el proceso de organización de todo lo que viene de las distintas federaciones y prever las dependencias entre las enmiendas. (Unas 3000 entre todos los documentos).

Otra reflexión sería respecto al ritmo de trabajo de las comisiones, es inasumible que pretendamos estar todo el tiempo todo el mundo en las Comisiones de Trabajo sino partimos de un horario que se respete y que tenga descansos en condiciones. Los vicios adquiridos de empezar tarde generan defectos en el funcionamiento que habría que corregir. Junto con comisiones paralelas para la decisión de los nombres que habría que integrar en comisiones donde las corrientes y representaciones de las delegaciones estuvieran representadas. Se trataría de democratizar los procesos de elección de candidaturas y hacerlos más transparentes a los y las delegadas de la Asamblea. La otra posibilidad sería elegir primero las políticas como se hace en las Federaciones donde se debate sobre las enmiendas y posteriormente se debate sobre la dirección que va a llevar a término dicha política.

Coincido con la exposición de Manolo Monereo, que me pareció una de las más brillantes, tanto debate respecto a los estatutos en una organización política es, cuanto menos llamativo. El fruto de la Asamblea tienen que ser los Estatutos que se han discutido, pero también el documento político y económico que sale después de los debates de este fin de semana. Porque es interesante que conozcamos los cambios y nos comprometamos con que dichos papeles van a ser sagrados mientras otra Asamblea no considere obsoletos algunos de dichos planteamientos. En IU no puede ser que el papel aguante todo sino que la Asamblea es soberana y hay que estudiar las medidas de llevar a cabo lo decidido hacia dentro y hacia fuera.

Una última recomendación sería que ya que ha habido acuerdo en la representación del máximo órgano de representación entre Asambleas, en la lista del Consejo Político Federal figurara cuál es la Federación o la lista por la que entran a formar parte del mismo cada una de las personas que lo forman. Esto iría en aras a un proceso más transparente en el ámbito de la representatividad que cada corriente y Federación tienen dentro de Izquierda Unida.

En cualquier caso el resultado de los documentos de la Asamblea serán importantes para construir una Izquierda Unida diferente en una sociedad a transformar y para disminuir la distancia entre la militancia y la dirección. Para llevar la política más allá de las instituciones, a la calle, de potenciar de una manera respetuosa los movimientos sociales e intentar integrarlos dentro de nuestro funcionamiento como organización política, reforzando los lazos establecidos con aquellas personas que militan en lo social pero no quieren militar en una organización política. Caminemos de la mano de los y las militantes que construyen desde sus ámbitos un mundo nuevo y veamos la manera de compatibilizar las distintas militancias. El peso de la militancia se ve incrementado en unos documentos que van a reflejar la política interna, externa y la Economía que defendemos para el Estado Español y la Unión Europea.

Aparcar esos dos apartados en aras a decidir de manera más explícita en sendas Conferencia políticas dos temas fue un acierto y no habría que postergarlo demasiado, puesto que no tenemos demasiado tiempo:

• cuál es el verdadero modelo de estado que Izquierda Unida defiende para España e invitar a la Conferencia a aquellas opciones políticas que se presentan electoralmente con nosotros y nosotras para que participen en dicho proceso.
• cuál es el modelo de Unión Europea que podemos construir entre todos y todas. ¿Qué papel tiene que tener nuestro país y nuestra fuerza política en la misma? Cuál va a ser nuestra postura sobre el Euro, …

El debate surgido, la unidad planteada en la dirección política transmiten hacia el exterior una imagen que hace de Izquierda Unida una fuerza política que transmite positividad. Utilicemos dicha imagen para transformar, como decía el lema de nuestra Asamblea, organicémonos para conseguir ser más fuertes y poner el poder a disposición de los y las empobrecidas de esta estafa capitalista. Creemos redes de solidaridad, como decía el mensaje de Alexis Tsipras porque hay gente que lo está pasando muy mal y hay que ser coherentes entre lo que decimos y lo que hacemos. Seamos inteligentes y generosos en los planteamientos  políticos y electorales con otras fuerzas políticas de la izquierda social y política. Propugnemos un cambio de sistema que desemboque en el socialismo del siglo XXI.(Y hagamos otra conferencia para determinar cuáles tienen que ser las características del mismo)