La decimotercera enmienda comienza con la decisión de Lincoln de prohibir la esclavitud, y con esto liberar a las personas de raza negra, algo que no le resultaría nada fácil porque la mayoría de los representantes de cada Estado se negaba a aceptar esta enmienda y abolir la esclavitud aun siendo del mismo partido republicano. El argumento era que si Dios nos había hecho diferentes en color no debíamos de ser iguales ante la ley. El tema de la esclavitud tiene mucho trasfondo, no significa simplemente liberar a esclavos, esta liberación trae una serie de consecuencias para el pensamiento y el modo de vida de la época, consecuencias como el derecho al voto o la mano de obra gratis.
Para Lincoln lo más importante era salvar la Unión, un término que el asume como una forma de autoridad nacional y que se consigue mediante la Constitución. Para llegar a esto, Lincoln concibe como indispensable la abolición de la esclavitud, ya que si ello no fuera necesario para salvar la Unión, él mismo desistiría de eliminar la esclavitud (Domingo Faustino Sarmiento, 2009, p132).
El Presidente Lincoln firmó en Enero de 1863 un decreto ejecutivo denominado Emancipation Proclamation, por el que se pretendía liberar a todos los esclavos en los estados controlados por la Confederación. El decreto, de dudosa legalidad, pues no está claro que el Presidente tuviera potestad para dictar un decreto de tales características que era claramente contario a una resolución vigente del Tribunal Supremo, y que, además, no tenía valor efectivo alguno dado la imposibilidad de poder ejecutarlo. El principal objetivo era el de ofrecer a las potencias extranjeras, en particular a Gran Bretaña y a Francia, la imagen de un gobierno federal a favor de los derechos humanos y de una Confederación opuesta a ellos, y conseguir así que dichas potencias extranjeras no se adhiriesen a la causa secesionista. Cierto es que, en base a este Decreto, las tropas federales fueron liberando a los esclavos según avanzaban en territorio confederado (Luis Grau, 2011, p153).
Tanto el Presidente Lincoln como su sucesor, Andrew Johnson, entendían que, para que el país pudiera salir de la calamitosa situación en que se encontraba al finalizar la guerra civil, era necesario aplicar un plan de “reconstrucción” que devolviera el orden político y el bienestar económico a todo el país y especialmente a los estados del sur. Tal “reconstrucción” tuvo un aspecto material, pues hubo que reconstruir las ciudades destruidas y toda la estructura económica, pero también otro político y social para que los estados secesionistas retornaran a la Unión y su sociedad esclavista se convirtiera en una abolicionista. Durante dicho periodo se aprobaron y ratificaron las denominadas “Enmiendas de la Reconstrucción”, las decimotercera, decimocuarta y decimoquinta Enmiendas a la Constitución, que respectivamente, abolieron la esclavitud (en 1865), extendieron la ciudadanía y sus derechos constitucionales a todas las personas nacidas o naturalizadas en los Estados Unidos y sujetas a su jurisdicción, prohibiendo a los estados que limitaran sus “privilegios e inmunidades” (1868), y prohibieron que se denegara el derecho al voto “ en razón de su raza, color o anterior condición de servidumbre( 1870), respectivamente(Luis Grau, 2011, p153).
La presencia de esclavos africanos en los que luego serían los Estados Unidos estuvo relacionada originalmente con la prosperidad que experimentó en la época en que todavía formaba parte de la colonia inglesa la bahía de Chesapeake. El cultivo de tabaco se convirtió en un magnífico negocio que exigía una mano de obra abundante. En el último cuarto del siglo XVII, en que se hizo excesivamente caro contar con trabajadores ingleses, los colonos asentados en aquellas zonas comenzaron a importar esclavos africanos que, en muy poco tiempo, pasaron a ser la mano de obra predominante en el Sur ( César Vidal, 2010, p3).
Cuando las antiguas colonias inglesas se convirtieron en una nación independiente, la esclavitud recibió escasa consideración. Algunos grupos, como los cuáqueros, la contemplaban como un fenómeno totalmente inicuo y excomulgaban a los miembros que poseían esclavos pero, sin ningún género de dudas, se trataban de una excepción. De hecho, en general, la población estimaba que los negros eran inferiores a los blancos y, por lo tanto, nada de extraño tenía que se vieran reducidos a la esclavitud. Incluso, en un ejercicio de autojustificación, se alegaba que el haberlos arrancado de la barbarie en que vivían en sus países y traído a la civilización había significado para ellos un beneficio (César Vidal, 2010, p4)
El propósito de la décimo tercera Enmienda fue elevar al grado de ley suprema los decretos dictados por el Presidente Lincoln para la abolición de la esclavitud. La emancipación de los esclavos se había intentado inicialmente como un castigo a los estados secesionistas mediante la mencionada Emancipation Proclamation de 1863. Al finalizar la guerra civil, y a pesar de la Proclamation, la esclavitud seguía presente en gran parte de los Estados Unidos. Incluso en algunos estados del norte, como Delaware o Kentucky, estaba legalmente admitida y en New Jersey, por ejemplo, que en teoría había abolido la esclavitud en 1846, aún quedaban algunos esclavos. Por otra parte, el tercer párrafo dela sección 2ª del Artículo IV de la Constitución y la resolución Dred Scott v. Sandford seguían siendo parte de la constitucionalidad vigente. Y ésta no la podían cambiar ni las leyes del Congreso ni los decretos del Presidente, sino que sólo otra resolución del tribunal Supremo revocando la de Dred Scott o una Enmienda a la Constitución podían hacerlo. Por ello en enero de 1864, aún todavía en plena guerra civil, se propuso en el Congreso una Enmienda para abolir constitucionalmente la esclavitud; pero la propuesta no recibió el apoyo necesario para que pudiera ser presentada a los estados. Finalmente, el 31 de enero de 1865 el Congreso aprobó, con el apoyo político del propio Presidente Lincoln, el texto actual de la enmienda. Ese mismo día se envió a los estados, alcanzándose las suficientes ratificaciones para su adopción el 6 de diciembre de ese mismo año (Luis Grau, 2011, p154).
Además de emancipar a todos los esclavos, la decimotercera enmienda modificó el cálculo del reparto de representantes en el Congreso y de los impuestos directos que debía pagar cada uno de los estados, así como el trato que habían de recibir los esclavos prófugos negros. Es de notar, sin embargo, que hasta la resolución Slaughter-House Cases, de 1873, la enmienda no se interpretó como de igual aplicación a otras situaciones de servidumbre, como el peonaje mejicano o la de los inmigrantes chinos empleados en la construcción del ferrocarril (Luis Grau, 2011, p154).
Esta enmienda ha sido invocada por el Tribunal Supremo sólo en raras ocasiones, y cuando lo ha hecho ha sido principalmente para anular aquella legislación estatal que crea condiciones de servidumbre de los obreros respecto a sus patronos. Inicialmente la posición del Tribunal fue limitar su alcance a las situaciones estrictamente laborales; pero a partir de 1968, ya en la segunda mitad del siglo XX, con la resolución Jonesv. Alfred H.Mayer Co., se ha interpretado que esta enmienda protege en general contra cualquier clase de discriminación racial (Luis Grau, 2011, p 155)
Por otra parte, el Tribunal Supremo entiende que la Enmienda no es aplicable a ciertas circunstancias laborales especiales, como al empleo en la marina mercante, en el que entiende que el marino que se embarca renuncia a cierto grado de su libertad personal, o a las obligaciones que un ayuntamiento puede imponer sus vecinos en situaciones de emergencia, con tampoco excusa de la obligación a cumplir el servicio militar o a participar como jurado (Luis Grau, 2011, p155).
Otra singularidad de esta enmienda es que no sólo prohíbe al gobierno (tanto federal como estatal) un determinado comportamiento, en este caso el reducir a esclavitud a una persona, sino también es de aplicación a los particulares. Así, una persona que sometiese a otra a prácticas esclavistas, no sólo sería acusado de violar las correspondientes leyes laborales o penales, sino también, y principalmente, de violar la propia Constitución (Luis Grau, 2011, p155)
Desafortunadamente la emancipación llevada a cabo por la XIII Enmienda no resolvió las situaciones de discriminación racial que sufrían los antiguos esclavos negros, sino que incluso las acentuó. Como reacción contra la Enmienda, los estados sudistas aprobaron Black Codes (códigos para negros) en los que, como en sus precedentes británicos o españoles, se limitaban los derechos y libertades de los negros. Por ejemplo, no se les permitía votar ni ser jurados en los juicios, se les impedía testificar en los juicios contra los blancos, o portar armas, o incluso defenderse si eran atacados por una persona blanca; también se les prohibía tener o alquilar propiedades, o trabajar en ocupaciones que no fueran la agricultura o el servicio doméstico (Luis Grau, 2011, p156).
Bibliografía
- El Constitucionalismo Americano: Luis Grau, Universidad Carlos III de Madrid, 2011.
- Vida de Abraham Lincoln: Domingo Faustino Sarmiento, 2009.
- Lincoln: César Vidal, 2013.
