Esta violencia tan extrema de decenas de millares de yihadistas del Ejército Islámico (EI) en Irak y Siria que decapitan niños y los ponen al espeto como si fueran corderos para asar, que matan con crueldad extrema a quien sospechan que no reza a Alá igual que ellos, comienza a asustarnos porque proclaman insistentemente que harán igual durante su ya juramentada reconquista de Al-Andalus, España.