La Yuxtaposición del Bocadillo – El clavo de Steve Niles, Nat Jones y Rob Zombie

La Yuxtaposición del Bocadillo…por César del Campo de Acuña

El Clavo de Steve Niles, Nat Jones y Rob Zombie

No se si les pasara a ustedes, pero por norma general lo que busco en un tebeo es más diversión y entretenimiento que otra cosa. No me entiendan mal, como en cualquier medio de expresión artística hay cabida para todo tipo de géneros, estilos e ideas, pero si me preguntan a mi no dudare en responder que el 80% del tiempo lo que me lleva a pagar gustosamente el precio de un cómic es la promesa de una buena historia, cargada de acción (descorazonadora o no), ritmo y agradecida de leer. Algo así le ocurre a la sensacional serie The Walking Dead del no menos genial Robert Kirkman. Digamos que la obra de Kirkman lo tiene todo: buenos personajes muy bien definidos, acción, suspense, terror y además son una sensacional lectura. Por otro lado tenemos las cafradas de Mark Millar, como Kick-Ass, Nemesis y Wanted, que son tebeos estupendos no solo por lo bien que están escritos, si no por combinar perfectamente acción y trama. Y finalmente tenemos las locuras de enfant terribles como Garth Ennis (un tipo que se siente realmente cómodo siendo definido así) que siempre da un giro de tuerca violento, mordaz y terriblemente divertido a todos sus trabajos (The Pro, Las aventuras de la brigada de fusileros…). Cómics por y para “flipaos” estos últimos (como dicen en algunos sitios más acreditados en la materia de las viñetas que cincodays.com) pero, que quieren que les diga….seré un “flipao” de libro por que me encantan este tipo de tebeos y lo digo sin ningún reparo.

Como me gustan tanto este tipo de historietas (violentas, oscuras y con mucha mala leche) y además soy un admirador reconocido de Rob Zombie (en gran medida por Los renegados del diablo) decidí adquirir el tebeo titulado El Clavo de Steve Niles, Nat Jones y el propio Zombie (y prologo de ese titán del cuadrilátero que fue Diamond Dallas Page…como hecho de menos el wrestling de final de los 90). El cómic reúne todas las filias de Rob Zombie en sus 112 páginas y estas son: la América profunda (y más garrula), el terror incomodo y violento de la década de los 70 (como el de todas esas rape and revenge movies o el visto en Las colinas tienen ojos de Wes Craven), las salpicaduras de sangre de los slashers más gore de los años 80, iconografía religiosa pervertida y un montón de referencias a la Serie B. Pero claro, que mezclar todo eso sin orden y concierto puede dar como resultado ese Rocky Horror Picture Show hasta las cejas de drogas varias que fue La casa de los 1000 cadáveres y es por eso que afortunadamente el mando de la narración lo tiene Steve Niles un guionista que sabe lo que hace. Lo mejor de todo es que Niles se implica en la historia (no es un encargo, ni un capricho del Señor Zombie, ya que ambos estaban juntos en la compañía Creep Company) y aunque no es uno de sus mejores trabajos cumple sobradamente con la premisa de entretener.

El Clavo en si es un tebeo muy simple (y muy bestia en algunos momentos…aunque palidecería de envidia ante salvajadas como Crossed o las locuras surgidas de la mente de Junji Ito) pero a su vez muy entretenido (aunque pierde un poco cada vez que vuelvo a leerlo) en el que la acción prima sobre la trama (aunque esta, a pesar de ser algo leve y parecer más una excusa para la carnicería que otra cosa, es bastante interesante) para llevarnos a toda pastilla (como la mayor parte de la música de Zombie) a un violento desenlace. La historia de Niles y Zombie nos invita a conocer a Rex, un luchador profesional de wrestling que viaja con su familia (mujer, hija y perro) y su manager de ciudad en ciudad para pelear en pequeños eventos independientes. Tras una de sus combates se ve hostigado por un grupo de moteros de siniestro aspecto que resultan ser miembros de un culto que pretende resucitar a un demonio tras sacrificar a 69 vírgenes. Sitiado en un lugar con el nombre de las Colinas del Diablo, Rex tendrá que vérselas con un ejercito de maníacos dispuestos a lo que sea con tan de capturar a la hija del veterano luchador.

Del apartado artístico se encarga Nat Jones (dibujo y color) al que pudimos ver en otra historia de Niles como es Gigante. Particularmente, su estilo nunca me ha vuelto loco (lo he visto mucho en Spawn), pero cumple sobradamente con el encargo y “clavó” (que ingenioso) los diseños de los personajes (por cierto, cuando un cómic incluye portadas alternativas, bocetos y demás siempre es un plus) y otorgo una violencia orgánica que chorrea pagina a pagina.

En general y para finalizar El Clavo es un cómic sobradamente entretenido, moderadamente terrorífico, aceptablemente violento y recomendable para todos aquellos que puedan decir de si mismos ser lectores de cómics sin complejos (ha llegado un punto en el que declarar que te gustan los Ennis, los Millar y los tebeos como del que hoy les hablo es prácticamente como afirmar que eres tonto del culo y no es en absoluto así). Si lo encuentran saldado y quieren una orgía de sangre, muerte y destrucción no lo duden, háganse con el, seguro, seguro que al menos les entretiene.