The Zone of Interest
Martin Amis
Traductor: Jesús Zulaika
Páginas: 312
Anagrama
Argumento:
Los problemas cotidianos de los jerarcas nazis mientras cometen uno de los mayores crímenes contra la Humanidad de todos los tiempos. Y una historia de encaprichamiento amoroso que articula la trama entre tanta pira y cámara de gas.
La última novela de Martin Amis venía con fama de polémica, pero a mí, francamente, no me ha parecido para nada escandalosa ni que diga nada que no se haya dicho antes en relación con el tema de los nazis y los campos de concentración. Es cierto que está contada con un tono bastante desenfadado en algunas partes, sin llegar a la comedia (y tampoco me atrevería a calificarla como "humor", como he leído por ahí en algunos sitios). Por supuesto, se trata de un tono buscado por el autor para ponerlo en contraste con el horror descrito en sus páginas. Quizás esta es la aportación más importante del autor, contar una historia humana típica (amor, celos, infidelidad, etc) poniendo de fondo el holocausto judío. Salvando las distancias y mucho, algo similar a la película de "La vida es bella", solo que con el punto de vista principal de los verdugos
Los protagonistas principales, las voces narradoras, son Golo Bormann, sobrino de Martin Bormann, jerarca del nazismo (joven frívolo y amante de las mujeres, incluidas asesinas como Ilse Gerde, conocida como la "bella Bestia"), uno de los "sonder" o judíos que se encargaban de tareas auxiliares en los campos (aciaga tarea que da al personaje para largas disquisiciones morales sobre su posición y diversos autoengaños para poder soportarlo) y el ridículo director del campo de concentración, Paul Doll (inspirado en el auténtico director de Auschwitz-Birkenau, cuyo nombre no se cita, y que no deja de quejarse de los problemas para eliminar a tanta gente, un asunto farragoso, además de sentirse devorado por los celos). El autor intercala la narración de unos y otros, casi sin separar o avisar de cuando cambia el punto de vista, lo cual, al principio, resulta un poco confuso con algunas de las voces. Sin embargo, adentrados ya en la narración, desaparece esa dificultad.
El texto es muy ágil, ya que hay abundancia de diálogos, y la prosa es limpia y directa, pero de una gran calidad, y surcada por trazos de ambigüedad moral, que hacen que se lea muy bien.
El oficio de Amis se nota en que empiezas a leer y te sientes transportada por esa prosa y esos diálogos tan "normales" y tan "cotidianos", y cuando llegas al final, te das cuenta de que, en realidad, la trama ha sido mínima. En efecto, la trama o anécdota argumental podría resumirse en el enamoramiento o encaprichamiento del playboy Golo hacia la esposa del director del campo de concentración, mientras se llevan a cabo los trabajos que ya sabemos que se realizaban en ese tipo de instituciones.
Martin Amis intercala de un modo muy inteligente, en diálogos y situaciones, varias facetas de la ideología nazi, para poner en evidencia su aspecto irracional y ridículo (como prácticamente todos los fanatismos), los mecanismos que logran convencer a los verdugos de que lo que hacen es algo normal y deseable (mediante la deshumanización y masificación de la víctima, en este caso los judíos). Los trabajos de eliminación están descritos de la manera más burocrática y convencional, como si se tratara de una gestión cualquiera que da problemas, aburre y fastidia (y para la cual se buscan soluciones), lo cual aumenta en el lector avisado, el horror ante el absurdo, ante esos nazis que mientras hacían arder en piras cuerpos de personas, pensaban en frivolidades como la infidelidad de sus esposas o en fiestas o en cualquiera otro asunto.
Amis juega mucho con los simbolismos y las metáforas, con esa nieve que primero es blanca, luego es gris por la ceniza, luego parda y finalmente, vuelve a ser blanca. También utiliza algunas de las creencias esotéricas más seudocientíficas de los nazis, como la teoría del hielo cósmico, para abordar hasta el último rincón de esta nefasta ideología, rayana con la locura, surgida el siglo XX, que logró levantar casi de la nada un imperio con nuevas reglas hasta entonces no conocidas, subvirtiendo todo orden moral aceptado, aplicando la eugenesia y la limpieza étnica con una efectividad y obcecación totalitaria y fanatizada que aun hoy en día desborda los límites de nuestro intelecto.
No podría decir que la novela sea una obra maestra, porque de estas hay pocas por siglo, pero está muy bien como recordatorio de lo que se ha dado en llamar la "banalidad del mal". Los personajes de la novela, en los capítulos finales, que suceden cuando termina la guerra, tratan de analizar motivos y razones sin encontrar ninguna explicación, proque el Mal no la tiene, ni el absurdo ni el fanatismo ni el seguir al líder y a sus consignas irrisorias. Nada tiene explicación porque el ser humano es irracional. Tal solo permanece el sentimiento entre tanto horror.
En resumen, me ha gustado bastante la obra y me ha parecido muy aleccionadora y brutal a su manera, sin regodeos en asuntos gore o escabrosos. Basta con el relato burocrático de unos individuos que gestionaban la muerte de otros como si de objetos se tratara ("piezas" los llegan a llamar) para que nos llegue al interior.
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