Revista Cultura y Ocio

“La zona envenenada”, de Arthur Conan Doyle (Ilustraciones de Enrique Flores)

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

Para jóvenes a partir de 14 años.
Tres novelas protagonizadas por el famoso profesor Challenger.

Cubierta de: La zona envenenada

Cubierta de: La zona envenenada

Del mismo modo que para la creación del genial detective Sherlock Holmes, Conan Doyle se inspiró -tanto en el aspecto como en el carácter- en su profesor de la universidad de Edimburgo Joseph Bell, otro profesor, el fisiólogo William Rutherford, sirvió de modelo para el no menos singular profesor Challenger -el cerebro de un genio en el cuerpo de un hombre de las cavernas-, según confesión de su autor.
Este volumen presenta tres relatos protagonizados por el excéntrico personaje del profesor George Edward Challenger, que era su nombre completo. La zona envenenada (1913), Cuando la tierra lanzó alaridos (1928) y La máquina desintegradora (1929). Faltarían para completar la serie El Mundo Perdido (1912) –novela que se puede considerar fundacional del “género de dinosaurios”– y El país de la bruma (1926) que es una mera excusa de Conan Doyle para hacer propaganda del espiritismo –al que era muy aficionado–.

Cubierta de la primera edición de La zona envenenada

Cubierta de la primera edición de La zona envenenada

Un año después de la publicación de El mundo perdido, Doyle decidió retomar las aventuras del profesor Challenger y sus compañeros. En esta ocasión, en La zona envenenada, el relato que da nombre al libro, los enfrentará a unas extraordinarias circunstancias que recuerdan lo delicada que puede ser la vida en la Tierra, comparada con todos los peligros que se esconden en el Universo y que apenas estamos empezando a vislumbrar hoy en día. Con esta historia, el autor penetra en la ciencia ficción, y lo hace también en los dos relatos que completan este volumen: Cuando la Tierra lanzó alaridos y La máquina desintegradora, donde se tratan teorías barajadas por los científicos actuales y que, sin duda, harán pensar y reflexionar a los lectores. 

     En La zona envenenada, el profesor Challenger envía a sus compañeros de expedición de El mundo perdido (Malone, el profesor Summerlee y lord John) una invitación para visitarle en su casa; ellos piensan que es para celebrar el tercer aniversario de su aventura, aunque les extraña que les solicite que lleven bombonas de oxígeno. Una vez en la casa del profesor, este les informa de que en breve la Tierra pasará por una zona del universo cuyo éter será mortal para la vida del planeta. Las dudas sobre esta afirmación son despejadas al recibir noticias de distintos medios sobre la enfermedad que parece propagarse por todo el mundo que lleva a la gente a comportamientos erráticos, discusiones, excitación nerviosa… para terminar en coma y muerte súbita.

Profesor Challenger (sentado), en una ilustración de Harry Rountree en

Profesor Challenger (sentado), en una ilustración de Harry Rountree en “La zona envenenada”

Challenger ha ideado un método para poder alargar su tiempo de vida, gracias al oxígeno y a haber preparado una cámara semiestanca en el tocador de su esposa. Pronto los personajes serán testigos de las muertes de varios hombres y mujeres que pasaban cerca de la casa, así como de los estragos que produce el deceso de toda la humanidad (incendios, accidentes de trenes que habían comenzado su marcha antes del proceso, etc.). Cuando parece que el fin del grupo de amigos está cerca, se dan cuenta de que la «nube venenosa» parece haber pasado y deciden ir a explorar al Londres cercano, para averiguar si hay alguien más con vida, y encontrarán a una anciana que por su enfermedad necesitaba usar oxígeno y que se ha librado de la suerte del resto de la humanidad.
Sin mayor fortuna en su expedición, deciden volver a casa de Challenger para pensar en sus nuevas acciones. Poco después descubren con asombro que la gente y los animales vuelven a la vida; parece que solo habían pasado por un estado catatónico y no fueron conscientes de nada de lo que había sucedido.

     En el siguiente relato, Cuando la Tierra lanzó alaridos, Jones, un ingeniero especializado en pozos artesianos y amigo del periodista Malone, recibe una carta para reunirse con el profesor Challenger; este le contrata para una labor importantísima en su última investigación. El profesor considera que la Tierra es un ser vivo que posee bajo la capa superficial en la que la vida habita, toda una red de órganos similares a los nuestros; este ser no sabe que estamos sobre él, y Challenger pretende comunicarle nuestra presencia «pinchándole» en esa parte sensible. Para ello se ha construido un pozo que baja a una gran profundidad y donde Jones deberá clavar una barrena. Este cometido lo llevará a cabo junto a Malone. Ambos serán testigos, junto a todos los invitados al experimento en la superficie, de los latidos de la Tierra y de cómo se protege de la agresión.
Lo que de seguro nadie se esperaba, como tampoco Challenger, era que la Tierra gritara y que su voz se escuchara en todo el planeta.

     Para terminar, en La máquina desintegradora, Malone va a pedir ayuda a Challenger para conocer su opinión y poder entender el invento que un tal Nemor asegura haber fabricado. Una máquina capaz de desintegrar cualquier materia hasta su estado molecular y volver a formarla a su voluntad. Cuando los dos amigos llegan a casa del inventor, descubren que ha vendido su invento a una potencia extranjera. Tras asistir a una demostración del prodigio en sus propias carnes, el profesor engaña a Nemor y lo desintegra. Considera que es su deber evitar que semejante artilugio caiga en manos peligrosas.

Como habrá lectores curiosos voy a contar un poco sobre la vida de George Edward Challenger. Nació en Largs, N.B., 1863. Estudió en la Academia de Largs y en la Universidad de Edimburgo. Ayudante del British Museum en 1892. Ayudante conservador del departamento de Antropología Comparada en 1893. Dimitió el mismo año después de un cruce de correspondencia agresiva. Medalla de Crayton por investigaciones zoológicas. Miembro extranjero correspondiente de la Société Belge, American Academy of Sciences, La Plata, etc., etc. Ex presidente de la Sociedad Paleontológica, Sección II de la British Asociation, etc. Publicaciones: Observaciones sobre una serie de cráneos de calmucos. Esbozo de la evolución vertebrada, y numerosos ensayos, entre los que se incluye La falacia básica del weissmanismo, que motivó una acalorada discusión en el Congreso Zoológico de Viena. Sus distracciones: paseos, alpinismo. Dirección: Enmore Park, Kensington W.

Además, el libro incluye una introducción con la biografía del autor y un apéndice literario, ambos de Vicente Muñoz Puelles.

Arthur Conan Doyle

Arthur Conan Doyle

El autor:
Arthur Ignatius Conan Doyle nació en Edimburgo en 1859, en una familia donde casi todos destacaban en alguna actividad artística. En su ciudad natal se educó en una escuela pública y posteriormente pasó a un colegio de jesuitas, donde conoció bien a los prosistas latinos y a los clásicos ingleses, principalmente a Shakespeare. Posteriormente, estudió Medicina en la Universidad de Edimburgo hasta 1881. En 1886 termina de escribir Estudio en escarlata, donde se definía el personaje de Sherlock Holmes, quien protagonizaría muchas de sus historias hasta 1926 (El signo de los cuatro, El sabueso de los Baskerville, Las aventuras de Sherlock Holmes…). No obstante, Conan Doyle también creó otros personajes singulares, como el profesor Challenger (protagonista de varias novelas, entre ellas El mundo perdido), y escribió novela histórica, que según confesó era su máxima aspiración literaria. En 1902 recibió del gobierno el título de Sir, y falleció en 1930 en Crowborough (Inglaterra) de un ataque al corazón.

Enrique Flores

Enrique Flores

El ilustrador:
Enrique Flores nació en Badajoz en 1967. Estudió Bellas Artes en la Universidad Complutense y Diseño Gráfico en St. Martins, Londres. Después de unos años trabajando en publicidad, pasó a la ilustración como actividad profesional. Algunos de sus últimos libros son El conde de Montecristo, Libro de Pares y BeBop. En Anaya ha ilustrado los títulos de la colección Tus Libros Selección, entre otros.

El libro:
La zona envenenada (título original: The Poison Belt, 1913; When the World Screamed, 1928; The Disintegration Machine, 1929) ha sido publicado por la Editorial Anaya en su Colección Tus libros selección. Traducido del inglés por Nuria Hernández de Lorenzo. Presentación y apéndice Vicente Muñoz Puelles. Ilustraciones de Enrique Flores. Encuadernado en rústica, tiene 208 páginas.

Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.

Como complemento pongo un vídeo en inglés realizado por Oxford Digital Media sobre Arthur Conan Doyle.

Para saber más:

http://www.arthurconandoyle.com/   (Web oficial de Arthur Conan Doyle en inglés)

Arthur Conan Doyle

Arthur Conan Doyle


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