Revista Cultura y Ocio

"La zona muerta" de Stephen King (1979)

Publicado el 16 agosto 2014 por Tomas
Saludos. Hacía tiempo que el rey del terror, el gran Stephen King, no visitaba KindleGarten, y creo que ya es momento de ver otro libro suyo, así que me he decidido por el que considero uno de sus trabajos más logrados. Además la reseña será doble, pues hablaremos también de su adaptación al cine, afortunada a mi parecer. Vamos a ver ambas:
Título: La zona muerta (The Dead Zone)
Autor: Stephen King. Rey del terror que no necesita presentación. Es el autor más reseñado en KindleGarten y ostenta el récord Guinness al escritor con más obras llevadas al cine. Esta es una de ellas.
A qué género(s) y estilo(s) pertenece: Es principalmente una novela de género fantástico y sobrenatural, con un argumento de misterio y una atmósfera general de terror, con elementos de horror psicológico y momentos propios del subgénero slasher. De cierta manera es también un retrato de la sociedad estadounidense durante los años 70. 
Qué cuenta: John Smith sufre un fuerte golpe en la cabeza siendo niño, mientras patina. Desde entonces tiene corazonadas, pálpitos que suelen cumplirse. De adulto, un accidente de tráfico lo sume en un coma de casi cinco años. Al despertar, ha perdido a su pareja y su trabajo, y ha ganado el don de tener visiones de acontecimientos pasados y futuros al tocar a las personas. Intenta rehacer su vida afrontando los problemas que su poder le supone, incluso ayudando a la Policía a capturar a un asesino en serie. Cuando descubre que Greg Stillson, un ambicioso político local en campaña para el senado, es un loco peligroso que puede comprometer el futuro de la Humanidad, decide hacer todo lo posible por detenerle.

El clan King en Halloween, con Joe Hill como monstruode la laguna negra y Owen de vampiro. Tabitha pensando"Señor, dame paciencia con este hombre"


Si algo resulta significativo en "La zona muerta", si algo la hace especial, es la profundidad que King logra en sus personajes, lo elaborados que éstos se encuentran, hasta parecer vivos. No es solo una historia de terror y fantástico; también es un retrato humano y social. 
Para lograr esta profundidad, Mr. King comienza su narración mucho antes de los hechos principales, tomando una serie de escenas aparentemente inconexas, pero que terminarán teniendo un peso crucial en la novela. Asistimos a la presentación del protagonista, John Smith, cuando es apenas un niño y sufre el fuerte golpe en la cabeza que provoca sus primeras visiones, aún muy primarias. Conocemos igualmente a Greg Stillson, el villano, cuando no es más que un buscavidas que vende biblias a domicilio por las granjas del medio oeste, y vamos descubriendo su naturaleza de bad ass. Y una tercera historia, casi una anécdota, en la que un vendedor de pararrayos intenta venderle uno, sin éxito, al dueño de un bar de carretera.
Retrospectivas aparte, la trama se extiende durante casi diez años, comenzando en 1970 y terminando en 1979. Esto permite a King hacer una radiografía de la sociedad de su país y de los grandes hechos históricos que lo convulsionaron: Vietnam, Richard Nixon y el escándalo WaterGate... de igual modo retrata diferentes tipos sociales: desde las bandas de motoristas hasta los prósperos industriales textiles de Nueva Inglaterra. Porque "La zona muerta" transcurre en el escenario preferido del autor, New England, entre los dos estados hermanos, Maine y New Hampshire.
El protagonista de "La zona muerta" es John Smith, sin middle name (el autor se permite bromas y comentarios sobre la cotidianidad del nombre), un profesor de literatura inglesa que al comienzo del libro tiene 22 años, y está prometido con Sarah, profesora también en el mismo colegio que él. Como presentación de los personajes, el primer pasaje transcurre en una feria, de noche, en la víspera de Halloween. Una de las barracas es una ruleta, en la que Johnny, guiándose por una corazonada inexplicable, gana más de 500 dólares, apostando repetidamente al número 19 (que a los lectores de La Torre Oscura les sonará de algo ^^). Quedaos con el dato de la ruleta porque tendrá importancia después. Sarah se indispone por causa de una salchicha en mal estado; John la acompaña a su casa, y tras asegurarse que está bien, toma un taxi para irse a la suya.
Dicho taxi choca contra un vehículo que participa en una carrera ilegal, y el golpe en la cabeza recibido en el brutal accidente sumirá a John en un coma de cuatro años y medio de duración. Al despertar, Johnny se encontrará en un mundo nuevo, desconocido, rodeado de cambios sociales y avances tecnológicos que lo desconciertan. Este trance servirá a King para reflexionar sobre la naturaleza humana y su capacidad de respuesta a la tragedia, de modo que Sarah, su prometida, se casa con otro hombre (un abogado que desea hacer carrera política) y es madre de un niño llamado Denny. Mientras, su madre Vera, persona de creencias religiosas fervorosas, acaba enloqueciendo, cayendo en el fanatismo y la credulidad más absolutas, siendo incluso presa de sectas milenaristas y dando pábulo a las supercherías más absurdas, mientras su padre Herb, un humilde carpintero, intenta mantener la entereza y conservar la salud de su esposa. 
Y con el despertar de Johnny llegamos al meollo del libro: tras el coma, ha adquirido poderes precognitivos, teniendo visiones premonitorias que se producen al contacto con las personas. Tras las primeras manifestaciones de su don (o maldición) llama la atención de la prensa, y su celebridad provoca un aluvión de correspondencia de personas de todo el país que solicitan su auxilio para todo tipo de peticiones. Nuestro protagonista intentará huir de la vida pública recluyéndose en casa de su padre, en el campo.
La misma notoriedad nos lleva a una subtrama de gran interés, que aporta a la novela su principal dosis de terror: El sheriff de Castle Rock, Maine, ruega a Johnny que le ayude a capturar a un asesino en serie, que escoge como víctimas a mujeres jóvenes y a niñas. Tras unas dudas iniciales, Johnny se decide a colaborar, y a través de los asesinatos y de la captura del psicópata asistimos a los momentos más escalofriantes de esta obra, que son también los más sangrientos, llegando como ya comenté más arriba a tener pasajes que lo acercan al slasher. El asesino de Castle Rock encarna una idea recurrente en la literatura de Stephen King: el terror está alrededor de nosotros, en nuestro mundo cotidiano, latente, esperando a surgir en cualquier momento. No se necesitan orígenes sobrenaturales, místicos ni arcanos. Descontextualizando a Sartre, con perdón, "el infierno son los otros". 
Tras este subargumento, que desemboca a su vez en que a John se le revoque la plaza de profesor que había obtenido, por considerar el centro que su don afectaría a su labor docente, éste ejercerá diversos trabajos, siendo el más destacado el de preceptor privado para Chuck Chatsworth, el joven hijo de Roger Chatsworth, un magnate de la industria textil (muy próspera en la Nueva Inglaterra de la época). Chuck es inteligente y despierto, pero tiene problemas de lectoescritura, que John le ayudará a superar, estableciéndose una estrecha relación de amistad entre ambos. ¿Recordáis al vendedor de pararrayos? Bien. Para celebrar la fiesta de graduación de Chuck, se alquila el "Cathy's", el local cuyo propietario no quiso proteger con un pararrayos años antes. Pero la precognición de nuestro héroe anticipa una desgracia de dimensiones trágicas. Y no os cuento más.
A partir de este punto, la salud de John se deteriora a pasos agigantados, por una causa que tampoco os voy a revelar, pero que está relacionada con su cerebro, y por ello con su don precognitivo. Tras estrechar la mano de Jimmy Carter y anticipar con acierto que será presidente de los Estados Unidos, desarrolla un cierto interés por la política, y en especial por Greg Stillson, del que hablaremos a continuación. El descubrimiento, visión mediante, de que Stillson es un demente, un hombre mentalmente desequilibrado y megalómano, y que su ascendente carrera política pone en peligro el futuro de toda la Humanidad, insufla en John la necesidad de eliminarlo, no sin una considerable lucha interior de carácter moral, que lo humaniza y le otorga verismo. 
Porque aquí Stephen King anticipa una idea que ya le rondaba por la cabeza entonces, pero que no plasmaría hasta 32 años más tarde, en su monumental "22/11/63": cambiar el futuro mediante el asesinato de un mandatario. En el caso de "La zona muerta", John preguntará a diversas personas, entre ellas el doctor Weizak, su neurólogo (polaco de nacimiento y damnificado por la II Guerra Mundial), si matarían a Hitler en caso de tener la oportunidad, antes de que provocase la mayor guerra de la historia de la humanidad y los millones de muertes derivadas de la misma. 

Christopher Walken como John Smith en la película de la que hablaremos


Y es que ya toca hablar de Greg Stillson, sin duda uno de los mejores villanos que han salido de la máquina de escribir de Stephen King. Stillson en un hombre ambicioso, decidido y que no se detiene ante nada ni nadie para lograr sus objetivos. Nuestra primera imagen de él es la de un vendedor ambulante que recorre el medio oeste americano en un desvencijado Mercury, yendo de granja en granja vendiendo biblias a domicilio a "paletos" que odia y desprecia. La frialdad con la que mata a un perro a patadas nos estremece, y que golpee salvajemente a una joven con la que acaba de hacer el amor, por un comentario desafortunado de la misma, nos indigna e indica que es una persona que pierde los nervios fácilmente y tiene un serio problema de agresividad. Stillson es un hijo de mala madre, un cabrón sin entrañas ni escrúpulos. A lo largo de los años llega a alcalde y se postula a senador por el estado de New Hampshire. Extorsiona, chantajea, soborna, amenaza y coacciona a quien pone en peligro sus intereses. Recluta como guardia personal a una banda de violentos motoristas liderada por Sonny Elliman, un maleante que se convierte en su adlátere. Y todo ello con un barniz de populismo y extravagancia que le granjea la admiración y la confianza de la clase trabajadora, pues ante el público muestra una cara muy distinta a su forma de ser en privado. 

Martin Sheen encarna al demente candidato a senador Greg Stillson



Se puede afirmar que "La zona muerta", dentro de ese retrato humano que comenté algo más arriba, dedica una especial atención a la locura en sus diferentes formas, centrándose en el aspecto más psicológico del terror. Por una parte está la demencia y los delirios de grandeza de Greg Stillson. Por otra, la pura psicopatía del asesino de Castle Rock, derivada de un trauma infantil provocado por una madre castrante (un tema muy Freudiano), de un modo muy parecido a Norman Bates en "Psycho". Tenemos también el trastorno disociativo de la realidad de la mentada señora, con su monomanía con el sexo. Y por otra parte, la obsesión compulsiva, en concreto con la religión, con componentes de esquizofrenia, vista a través de Vera, la madre de John, con la que King insiste en la línea abierta por la madre de Carrie en la novela homónima.
Un último dato es el sentido del título. Dentro del don premonitorio de John, y de los daños sufridos por su cerebro en el accidente y el coma posterior, se halla una dificultad para producir la imagen mental de determinados conceptos, como si hubiese una zona de su mente a la que no puede acceder, una zona muerta. Dentro de esta zona muerta se encuentran los números, resultando que en sus visiones no puede concretar direcciones exactas. Como ya dije por allá arriba, el tema de la ruleta iba a tener importancia a lo largo de la trama, y los números de la misma, en especial el 0 ("la banca gana") aparecen varias veces como símbolo de incertidumbre.  

La secuencia del asesino de Castle Rock, la más espeluznante de la película


Y en lo que corresponde a las cuestiones literarias, poco hay que decir que no hayamos dicho de Stephen King en otras ocasiones, o que no se sepa a estas alturas. Que tiene un dominio absoluto del tempo narrativo, y que las páginas van pasando sin que te des cuenta. Que juega con diversas líneas argumentales paralelas que acaban uniéndose sin provocar confusión, y que le gusta, como siempre, ir dejando pistas y anticipando detalles de la trama aquí y allá, creando intriga y manteniendo al lector en vilo en todo momento. Que realiza su ejercicio de costumbrismo irrenunciable, y que la trama va ganando en intensidad a medida que la salud de John empeora y el desenlace se va haciendo más y más inevitable, transmitiéndonos la sensación de "huída hacia adelante". Doy por supuesto que el final desagradará a muchos, aunque yo pienso que es el correcto para esta historia. 
Resumiendo, una novela muy completa, que va mucho más allá de ser un simple thriller de misterio, para convertirse en una reflexión sobre la naturaleza humana, sobre la moral, sobre la locura y sobre el coste de tomar decisiones y ser uno mismo. Todo ello, por supuesto, narrado al modo cautivador de una historia de género fantástico y terror psicológico, de ese con el que disfrutamos estremeciéndonos, pasándolo mal y recordando  que solo es un libro.  

El túnel de la película está en las cataratas del Niágara y tiene su propia leyenda
[Fuente: Expediente Copérnicus]


Más datos de interés: En las habituales referencias cruzadas que King hace en sus obras, los hechos luctuosos de "La zona muerta" se citan en su posterior "It" (Eso), durante la cena-reunión del club de los perdedores:
"¡No puede ser! – exclamó Beverly-. ¡Habría salido en los periódicos… en la televisión! Cuando ese policía loco mató a tantas mujeres en Castle Rocke, Maine… y todos esos niños que asesinaron en Atlanta…"

Beverly Marsh, Beverly Marsh.... ¿por dónde iba? ¡Ah, si! King también  se permite que su primera novela aparezca citada:
"–¡Él tiene la culpa! ¡Él lo hizo! Él lo incendió con la mente, como en ese libro "Carrie". ¡Asesino! ¡Asesino!..."

Existen muchos otros detalles, como que Sarah viva durante un tiempo en la calle Flagg (Randall Flagg es el archivillano del universo King), que se mencione Jerusalem's Lot o que el Sheriff George Bannerman vuelva a aparecer en "Cujo". [Más (muchísimo más) en la Wikipedia]
Como detalle, la edición que leí está traducida al castellano por el argentino naturalizado español Eduardo Goligorsky, traductor, periodista y escritor de Ciencia-Ficción, cuyo "A la sombra de los bárbaros" lleva un tiempo en mi lista de pendientes.
En cuanto a adaptaciones, en 1983 se estrenó su versión cinematográfica, obra del artesano David Cronemberg, con Christopher Walken como John Smith, Brooke Adams como Sarah y Martin Sheen como Greg Stillson. Está producida por el legendario Dino de Laurentiis y la música corre por cuenta de otro titán: Michael Kamen. El filme simplifica bastante el argumento, eliminando tanto el incidente infantil de John como toda la secuencia de la ruleta de la fortuna, atribuyendo al accidente de auto toda la responsabilidad en el desarrollo de la presciencia del protagonista. Por cierto, en la película conduce él, y choca contra el remolque de un camión cuyo conductor se duerme al volante.
Se realizan otros cambios significativos, como reemplazar el asunto del "Cathy's" durante la fiesta de graduación por un funesto partido de hockey sobre hielo, o toda la subtrama relativa al asesino de Castle Rock. Aún así la película es fiel en gran medida al espíritu del libro, y aporta sus propios momentos para el recuerdo. Las secuencias de Castle Rock son tal vez las más espeluznantes de la película, particularmente las que transcurren en la casa del asesino, con una iluminación verdosa y fantasmagórica, planos angostos y una escena realmente grimosa y muy impactante.
Otros cambios considerables es la trayectoria de Greg Stillson, que sufre una elipsis importante, pues sólo lo conocemos a partir de su campaña electoral, y se le vincula con Roger Stuart (en la novela Roger Chatsworth), el padre de Chuck (aquí llamado Chris) de una manera muy distinta a la del libro. De ese modo, el personaje pierde bastante complejidad, pero la interpretación de Martin Sheen salva los muebles, aprovechando al máximo sus dotes para el histrionismo.

La escena del túnel se convirtió en la más icónica del filme


Chuck Chatsworth (aquí Chris Stuart, como ya comenté) rebaja su edad a la pre-adolescencia y su relación (y la de su padre, Roger Stuart) con John varía también, de hecho concluye de una manera diametralmente opuesta a la del libro.
También se pierde bastante la perspectiva de la religiosidad de Vera, la madre de John, que se muestra como una persona de fe vehemente, pero lejos de la mujer desequilibrada y fanática que es en la novela. Por otra parte, la escena en la que sufre el infarto no es la mejor interpretación de la veterana actriz, resultando un momento lastimero, como de opereta.
En el apartado propiamente cinematográfico, Cronenberg realiza un trabajo técnico intachable, con un manejo de la cámara apropiado a cada secuencia, y jugando mucho con los contrapicados y otros planos angulosos e inusuales para dar tensión a determinadas escenas. Me gustó la iluminación, que logra una atmósfera mortecina, con colores fríos apagados, perfecta para un filme de esta temática.

Ah, aquellos lejanos años del videoclub...


Con unos 105 minutos de duración, proporciona un visionado muy entretenido y tiene un ritmo vivo, pero no demasiado rápido, digamos de medio tiempo. Simplemente  es imposible condensar todo el libro en ese metraje, y el resultado es que la historia arranca poco antes del accidente de Johnny, y como ya comenté nos perdemos todos los antecedentes de los personajes, que por ello no tienen la profundidad lograda en la novela. 
Puede resumirse como una buena película de género fantástico, dirigida con dedicación y profesionalidad por David Cronenberg, que cuenta con una factura técnica más que correcta, una banda sonora que se ajusta como un guante a las escenas que acompaña y, por supuesto, con la complicidad de unos actores implicados en sus respectivos papeles, por lo que el resultado final, sin ser una obra maestra, alcanza el notable. 
Contó también con una adaptación televisiva, en forma de serie, de producción estadounidense. Estrenada en el 2002, gozó de seis temporadas y fue cancelada en el 2007. Anthony Michael Hall interpreta a Johnny Smith, y fue rodada en Canadá, las primeras cinco temporadas en Vancouver y la sexta en Montreal. 
Introduce cambios bastante sustanciales, con una manifestación diferente de los poderes del protagonista, nuevos personajes y una deriva hacia la Ciencia-Ficción que incluye un futuro apocalíptico paralelo, que podría producirse si Stillson no es detenido por Johnny. 
Debo decir que no visioné ni un capítulo, por lo que no puedo opinar sobre ella. Pese a todo, seis temporadas en el encarnizado y saturado panorama televisivo estadounidense (es España fue emitida también, por el canal SciFi, hoy SyFy) son todo un mérito.
Y creo que esto es todo por ahora. Si queréis aportar algún dato más, bienvenido sea. Espero que hayáis disfrutado del regreso del rey a KindleGarten. Nos leemos!
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