Me adentro en el laberinto del minotauro
descifrando tormentas
deshojando flores del mal
que habitan en los bosques desangrados del alma;
escucho susurros de duendes que juegan
con semillas de fuego y aire
decidme ¿dónde se oculta la fuente de la verdad?
No debes beber de su agua
si no quieres morir reventada.
De Filoversando en Nod, ediciones Evohé 20013