Revista Cultura y Ocio

"Laberintos de la noche" (Detective William Monk 21) de Anne Perry

Publicado el 07 diciembre 2024 por Juancarlos53
Cuando en el mes de julio de 2017 reseñé Los crímenes de Cater Street, su autora, Anne Perry, a sus 79 años gozaba de una salud excelente. Cuando ahora, finalizando ya 2024, vuelvo a reencontrarme con ella leo que Juliet Hulme, verdadero nombre de la escritora, falleció en abril de 2023 en Los Ángeles (USA) a los 84 años de edad. Vuelvo a recordar por ello la azarosa vida de esta londinense nacida en 1938 que pasó cinco años en la cárcel por haber cometido a los quince junto a su amiga Pauline Parker el asesinato de la madre de esta última. Fue al salir de la cárcel en 1959 que cambió de nombre y, tras una serie de distintos trabajos entre los que destaca el de azafata de vuelo, literariamente se dio a conocer en 1979 con la novela que hace siete años leí con agrado. 
Como habrá comprobado quien se haya detenido a leer la reseña que hice de Los crímenes de Cater Street esa novela inaugura la serie de 30 entregas protagonizadas por el inspector Pitt. La otra serie importante dentro de los más de 70 títulos que la escritora produjo en vida es la de detective amnésico William Monk a la que se adscribe la novela que acabo de leer. Dentro de las pertenecientes al universo Monk, Laberintos de la noche ocupa el lugar 21 de las 23 que forman dicha serie novelesca. 
Una de las cosas que menos me agrada de las narraciones que forman parte de una serie de títulos es la conveniencia, si no la necesidad, de leer las distintas entregas siguiendo el orden de aparición. Es cierto que los autores, sabedores de los cientos de lectores que no van a hacerlo así, introducen en unos y otros títulos referencias y/o pertinentes aclaraciones a sucesos o personajes que tuvieron importancia en publicaciones anteriores a fin de evitar que el lector poco fiel se pierda o se confunda. Es lo que en algún momento me ha ocurrido a mí cuando leyendo este relato he topado con personajes ahora en otro estadio de su vida a los que Monk o alguien de su entorno se refiere con inquina, afecto o lo que sea. Afortunadamente, como digo, Anne Perry antes o después aporta una información pertinente para situar debidamente a cada cual en su lugar. 
 Centrándome ya en Laberintos de la noche diré que en esta ocasión el inspector William Monk, estando presente, ocupa un lugar secundario, dado que es su esposa, la enfermera Hester Monk, quien soporta el peso principal de la trama. La vemos de enfermera sustituta en un hospital al este de Greenwich («Hester trabajaba de enfermera en el hospital, todavía a la espera de que Jenny Solway se reincorporase»). El director del mismo, el doctor Magnus Rand le pide que se ocupe de un paciente especial muy adinerado, Bryson Radnor, enfermo de leucemia. Ella ve que algo extraño sucede en ese hospital al descubrir lo que les sucede a unos niños que hay en él. Por culpa de su interés por esas criaturas verá comprometida su libertad e incluso su vida. 
La novela está claramente organizada en dos partes. En la primera se produce el acto delictivo y en la segunda los abogados Ardal Juster y sir Oliver Rathbone pugnan en los tribunales por hacer que Hamilton Rand, un químico investigador hematólogo, sea castigado por realizar sus experimentos sin consentimiento de los donantes. En la novela todos los personajes valoran la importancia de sus investigaciones sobre la sangre, pero se deplora la comisión de delitos por muy loable que sea la finalidad de las mismas.   

Cruz Roja, Convención de Ginebra

https://es.wikipedia.org/wiki/
Archivo:Florence_Nightingale_
(H_Hering_NPG_x82368).jpg

Al igual que en la serie Charlotte y Thomas Pitt, de la que como he dicho leí hará cosa de siete años el primero de la misma, la acción se sitúa en la Inglaterra victoriana del siglo XIX. Concretamente en Laberintos de la noche se cita con reiteración la guerra de Crimea en la que Hester Monk ha participado como enfermera de guerra. Sus conocimientos sobre pérdidas de sangre, amputación de miembros y trato con seres moribundos son los que la hacen competente a ojos de los hermanos Rand para participar en sus trabajos médicos. Enfermería, sangre y siglo XIX sirven para ensalzar la figura de la real enfermera británica Florence Nightingale a la que Anne Perry homenajea en esta novela al hacer que la protagonista Hester Monk coincida con ella en la guerra de Crimea. Florence Nightingale es considerada la precursora de la enfermería profesional; asimismo sus trabajos en la asistencia a heridos durante la guerra e Crimea sirvieron de inspiración  a Henri Dunant en la fundación de la Cruz Roja y en sus propuestas humanitarias adoptadas por la Convención de Ginebra.
Anne Perry en la primera parte de la narración muestra en contrapunto la actividad de cada uno de los miembros del matrimonio Monk: Hester, dedicada a la enfermería en el hospital de Magnus Rand; el comisario de la policía fluvial William Monk con sus trabajos policiales luchando concretamente contra el contrabando de armas. En un momento dado William y sus compañeros de comisaría (Hooper, Laker, Orme...) a los que se unirá Scuff, el hijo adoptivo de la pareja Monk, investigarán la desaparición de Hester Monk y los niños del hospital. Es aquí donde confluyen ambas líneas narrativas. Tras su resolución se inicia el juicio contra el antagonista, el químico Hamilton Rand
En esta parte, diríamos, judicial, la novela me ha hecho recordar los relatos de John Grisham que con tanto agrado he leído siempre (algunos títulos suyos reseñados por mí en este blog son: Un abogado rebelde, El estafador, El soborno, Los guardianes...). Sin llegar a la profundidad jurídica de los del novelista norteamericano, en la preparación del juicio por Ardal Juster nos enteramos de pormenores en la vida de sir Oliver Rathbone al que vemos ahora apartado del foro por culpa de insidias anteriores protagonizadas, seguramente en entregas anteriores de la serie, por el juez Ingram York, en esta novela ingresado ahora en una clínica para perturbados mentales. Rathbone se siente atraído por Beata York, esposa de Ingram. Como se ve, sería necesario haber pasado por momentos novelescos anteriores para tener toda la información, aunque la que aquí se da es suficiente, aunque sea escasa
«Ingram York solo era importante porque existía, y mientras estuviera vivo, Rathbone no podría pedir a Beata que se casara con él. Tenía muy claro que lo haría en cuanto ella fuese libre. Tal vez era mejor que no fuese tan pronto... y, sin embargo, ¡cuánto lo ansiaba!»
Una novela detectivesca como ésta no consiente dar mayores explicaciones. Baste pues con lo dicho hasta aquí. 
Novela detectivesca inglesa, Mujeres escritoras de novela negraPara cerrar, sólo añadiré que Anne Perry presenta en Laberintos de la noche a mujeres valerosas que luchan por un puesto en la sociedad victoriana con decisión. Frente al arrojo de Hester Monk, Florence Nightingale y otras, la autora denuncia el apartamiento que el género femenino sufría en la clasista Inglaterra de la segunda mitad del siglo XIX
  • «Cómo voy a demostrar que me quedé porque no podía dejar a los niños solos allí? ¿Quizás algún miembro del jurado lo habría hecho? ¡Todos serán hombres! Los jurados siempre eran hombres.»
  • «Las mujeres no cumplían los requisitos legales y no se consideraban aptas intelectual o emocionalmente para aquella tarea.»
__________________Con Laberintos de la noche de Anne Perry cumplimento la letra P del reto Autores de la A a la Z  

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