Labios y dientes sanos y bonitos

Has de tener en cuenta a la hora de cuidar los labios, que su escasez de glándulas sebáceas, de folículos pilosos y de melanina, les hacen proclives a la sequedad, a la que colaboran los agentes externos  y los efectos de los rayos ultravioleta.

Utilizar siempre un labial de cacao, o de brillo no es algo sin sentido, sino una protección necesaria.

 Sigue estos consejos para “enseñar los dientes”

-Cepíllatelos al menos dos veces al día y máxime si utilizas aparatos dentales

-Utiliza una crema dental con flúor, porque ayuda a eliminar la placa (una de las principales causas de la caries y de enfermedades de las encías.

Cuando no se elimina diariamente, puede endurecerse y convertirse en sarro (una sustancia amarillenta y dura).

-Usa hilo dental para limpiar a fondo los espacios entre ellos y los de debajo   de la encía.

-No consumas azúcar ni alimentos pegajosos, máxime por la noche cuando te  vas a dormir.

-Acude al dentista cada seis meses para llevar a cabo revisiones y limpiezas profesionales

Decisiones inteligentes

Muchas veces hay que tomar decisiones que molestan a corto plazo, pero que ofrecen grandes beneficios de futuro. Ten paciencia y no te preocupes si debes hacerlo porque la recompensa posterior merece la pena.

Por ejemplo

-Ortodoncia:

Sirve para corregir los dientes apiñados, montados y torcidos que son más difíciles de limpiar, pero más fáciles de estropearse y de provocar tensión adicional en los músculos de la masticación.

El especialista, determinará el tipo de tratamiento adecuado.

-Protectores bucales:

Su utilización es especialmente recomendable si practicas deportes.

Son unos dispositivos que cubren los dientes superiores y evitan además de su fractura, los cortes en los labios y otros daños.

Se vuelven especialmente útiles cuando se usan aparatos dentales.

–Nutrición correcta

Juega un papel clave en la salud bucal.

Los azúcares y almidones de muchos alimentos y bebidas destruyen el esmalte dental atacado por sus ácidos.

-¡No al tabaco!

Además de otros problemas de salud, el tabaco mancha los dientes, las encías y produce mal aliento.