Esto es un extracto de algo que escribí cuando mi Chiquinini tenía tres meses:
(…)En relación con el sueño, al hacer los tres meses parece que va a “peor”, para atrás como los cangrejos, porque a veces se despierta a menudo y vuelve a hacer dos tomas por la noche. Bueno, en la segunda toma yo creo que realmente no tiene mucha hambre, pero le doy el pecho para que se duerma porque estoy cansada….(…)Cuanta ignorancia contenida en sólo dos frases. Casi suena a disculpa por estar “cediendo”. ¿ Y si necesitaba mimos? ¿Y si tenía más hambre por cualquier razón? ¿Y si tenía sed por estar en pleno mes de julio? ¿Y si, y si, y si…? No, no…cada mes el niño tenía que mejorar, dormir mejor, hacer menos tomas, y no usar la teta como chupete. Y no sé muy bien quien me metió esos pensamientos en la cabeza, supongo que sin darrme cuenta me había ido empapando de ellos a lo largo del tiempo; o quizá fuese cosa mía, que soy un poco cuadriculada y tengo que tenerlo todo siempre bien controladito y organizado. Menos mal que mi madre ponía algo de sentido común con sus consejos, diciéndome que el niño era aún muy chiquitín, que llevaba nueve meses en la barriga y que ahora necesitaba mucho cariño.Revista Diario
Durante el primer año del Chiquinini llevé un diario ( que después imprimí y encuaderné a modo de libro).Me doy cuenta ahora de que es increíble la ignorancia con la que me enfrenté a los primeros meses. Si hubiese leído más sobre parto y lactancia y menos sobre cochecitos y otras chorradas…