En Nicaragua la lactancia materna como práctica para la nutrición infantil es un fenómeno que decrece vertiginosamente y ha sido sustituida por la leche de fórmula .
En 1999 la tendencia de la lactancia materna en el país era de un 39 por ciento; en el 2001 de 31.3 por ciento; en el 2006 de 30.6 y para el 2008 del 32 por ciento, según datos del Ministerio de Salud (Minsa), Encuesta Nicaragüense de Demografía y Salud (Endesa) y la Unicef.
Estas cifras son más preocupantes porque el porcentaje de mujeres que amamantan solo lo hacen hasta los tres primeros meses de vida del bebé, según informa la nutricionsita de Soynica, María Gabriela Martínez.
“Toda mujer debe saber que la leche materna es el mejor y más nutritivo alimento para su hijo, ya que contiene nutrientes necesarios para su desarrollo y genera el vínculo emocional madre-hijo, pero además brinda el beneficio de ser un alimento ecológico, amigable con el medioambiente”, precisa la nutricionista de Soynica.
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Ley que apoya el amamantamiento
- En Nicaragua la comercialización de las fórmulas está regulada por la Ley 295 (Ley de Promoción y Mantenimiento de la Lactancia Materna y Regulación de la Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna)
Dicha ley regula la comercialización y el uso adecuado de sucedáneos de la leche materna, cuando estos fueran necesarios.
Además incluye la regulación de biberones, chupetas y consoladoras.
La ley prohíbe que los profesionales y agentes de salud hagan demostraciones, charlas, consejos y prácticas sobre la alimentación infantil en los servicios de salud que vayan en detrimento de la lactancia materna.
Esta ley de la República está vigente desde el 17 de junio 1999 bajo la presidencia de Arnoldo Alemán.
Explica que la leche materna no solo es un alimento renovable, un recurso natural que no se termina y que no tiene ningún costo para las familias . “Debería ser el alimento por excelencia para los niños hasta los dos años y exclusivo hasta los 6 meses”, precisa la nutricionista.
Alimento ecológico
A criterio de la nutricionista la leche materna también contribuye al medioambiente en estos momentos en que el calentamiento global presenta sus consecuencias en desastres naturales.
Explica que las fórmulas tienen un efecto negativo sobre los recursos naturales del planeta. Son elaboradas a base de leche de vaca, por lo que las industrias productoras de leche en fórmula tienen que usar una gran cantidad de energía para su producción.
Otra relación con el medioambiente es que el ganado necesita más pasto para consumir y por ende se da una degradación del medioambiente.
Se suma el hecho de que la madre tiene que hacer uso de pacha o biberón, lo que significa que tiene que consumir un litro de agua diariamente para diluir la leche, y dos litros más de agua para lavar y hervir las pachas. “La madre tiene que usar más agua y no hay agua, y además incurrre en más gastos por el alto costo que tienen las fórmulas”.
Agrega: “Cuando estos biberones van a la basura se queman y producen dióxido y si se entierran también contamina la tierra, porque necesitan muchos años para degradarse. Por lo que solo estamos heredando más problemas a las futuras generaciones”, comenta la nutricionista.
La mala manipulación de la limpieza de las pachas y la misma preparación de las fórmulas lácteas también pueden desencadenar enfermedades diarreicas, desnutrición y hasta la muerte.
La nutricionista recuerda a las madres que le están dando a los niños leche que no es recomendable para ellos. “Por eso vienen las diarreas y trastornos digestivos, vómitos y más”.
Leche para ternero
Para la nutricionista, el hecho de que en Nicaragua haya tanta resistencia a la lactancia materna se debe a que las transnacionales han hecho creer a la mujer que su leche no sustenta al bebé . “Pero lo que sucede es que la leche de fórmula es leche de vaca, ideal para terneros y al niño le cuesta más tiempo digerirla. A diferencia de la leche materna que está diseñada para él, entonces es de fácil digestión”.
La especialista en alimentación asegura que un niño criado con leche de fórmula será un adulto con problemas de salud, obesos, hipertensos, alérgicos, diabéticos, problemas de cáncer, entre otras.
“Cada especie tiene que tomar la leche de su especie, pero nosotros los humanos tomamos la leche de vaca, otro animal que no tiene que ver nada con su especie”.
Cultura del amamantamiento
La doctora Petronila Terán, pediatra con maestría en nutrición y seguridad alimentaria, señala que no es culpa de las madres que no estén amamantando a sus hijos, pues en Nicaragua al igual que otros países hubo una destrucción de la cultura del amamantamiento.
Reseña que en los años 50 y 60 a nivel mundial los hospitales fueron construidos con salas cunas separadas de sus madres y en ese momento empezaron a introducir el biberón y la fórmulas. “Las compañías utilizaron ese medio para hacer publicidad. Lo que hacían era entregar las cajas de leche a los hospitales para que cuando las madres salían les entregaban la marca de leche que le darían a sus hijos. “Eso yo lo vi y lo viví en el hospital El Retiro, donde hacía mi internado. Les explicaban que para que el niño no se amañara solo en la noche le daría pecho y en el día la pacha. A consecuencia la leche de la madre se secaba y tenía que recurrir a las fórmulas”.
Estas grandes empresas iniciaron grandes campañas de publicidad. “De esa manera las madres olvidaron amamantar y los niños aprendieron a tomar en biberón. Esas madres ahora ya son abuelas y es lo que han ido transmitiendo a las otras generaciones de mujeres”.
Asegura que las abuelas actuales criaron con pacha y que no tienen confianza en sí misma. Por eso en la actualidad las madres salen del hospital y ya llevan el nombre de la fórmula que le darán al bebé y son recomendadas por los pediatras.
La doctora Terán explica que a raíz de ese fenómeno aparecieron en la sociedad muchos tabúes, incluido el que asegura que dar de mamar hace que los senos se caigan. “Les puedo garantizar que los senos se caerán con el paso del tiempo, den o no de mamar, porque los tejidos se van aflojando”.
Otros de los tabúes es que a las mujeres les podía dar tuberculosis y que el niño se podía desnutrir.
“Todo estaba en contra del amamantamiento que se miraba como algo contranatural y lo natural o normal era dar pacha. Se olvidaron que los seres humanos somos mamíferos y nos convertimos en los únicos mamíferos que damos pacha”.
Según Terán, en Nicaragua se debería transformar el sistema de salud, empezando por la formación de las nuevas generaciones de médicos.
“Las últimas generaciones de médicos ya ni reciben cursos sobre la lactancia materna. Las compañías han aprovechado los últimos 16 años de neoliberalismo para hacer presencia en los hospitales, a comprar a los médicos con regalías. En el año 2009 una compañía productora de estas leches se llevó a 24 pediatras nicaragüenses a un crucero con todos los gastos pagados. Eso es indudablemente un compromiso”.
Via. LaprensaNicaragua