Uno de los temas que tenía pendiente de tratar desde hace bastante tiempo es el de por qué continuar con la lactancia más allá de los dos años. Lo tenía un poco olvidado, hasta que me he tropezado esta semana con este post de Vivian, así que lo he recordado y aquí va:
Porque mamá y niño quieren continuar...
Supongo que la primera razón para continuar con la lactancia, sea cual sea la edad del niño es porque éste quiere seguir mamando y porque su mamá desea continuar amamantándolo. Comento esto, porque en alguna ocasión he leído y escuchado a personas hablando de "prolongar la lactancia" y preguntando "¿cómo la madre puede hacerle eso al niño?", o diciendo que "le va a causar un trauma [psicológico] el haber continuado con la lactancia estando tan mayor".
Sobre este punto quiero hacer un par de aclaratorias, en primer lugar: el término "prolongar" o "prolongada" aplicada a la lactancia materna, me desagrada. Mi incomodidad se debe, como he comentado en anteriores artículos, a que al usarla, da la sensación de que hemos estirado la lactancia materna más allá de su plazo "normal". ¿Y cuál es el plazo normal de la lactancia materna? Según diversos estudios antropológicos, las estadísticas apuntan a que la edad normal de destete espontáneo en el ser humano se encuentra en algún punto entre los 2 años y medio y los 7 años de edad. Dicho esto, si quisiéramos hablar de lactancia prolongada, tendríamos que hacerlo exclusivamente para referirnos a niños mayores de 7 años que continúan siendo amamantados, ¿cierto?
En segundo lugar, no existe ningún estudio que demuestre que la lactancia a demanda cause ningún tipo de daño a los niños, ni psicológico, ni de ninguna otra índole. Los estudios sólo han demostrado beneficios, tanto para la madre, como para el bebé, en todos los sentidos. Lo que sí ha demostrado hacer daño, es la falta de lactancia materna, aumentando la propensión del niño a sufrir de alergias, obesidad, problemas respiratorios, digestivos, por nombrar unos pocos.
Porque la madre decide respetar los ritmos y seguir colmando esa necesidad de su hijo...
Por otra parte, las personas que suelen hablar de que es la madre quien prolonga la lactancia, incluso algunas veces acusándola de egoísta, probablemente no saben que no hay manera de hacer tomar el pecho a un niño en contra de su voluntad. Cuando un bebé pequeño se coloca al pecho, suele actuar el reflejo de succión que lo lleva a cogerse al pecho materno. Una vez desaparecido este reflejo, como ocurre en los niños durante su segundo semestre de vida, el niño continúa mamando porque lo necesita, y porque así lo desea. Una breve conversación con cualquier madre lactante, aclarará que no hay manera de hacer mamar a un niño si no quiere, por ende, los binomios madre-niño que continúan con la relación de lactancia, sea cual sea la edad del niño, lo hacen porque la madre ha decidido respetar el ritmo del bebé, y continuar llenando esta necesidad que él está manifestando.
¿Para qué darles el mínimo?
La OMS, entre otras autoridades sanitarias serias a nivel mundial recomiendan que los niños sean amamantados de forma exclusiva hasta los 6 meses, y que se complemente la lactancia materna con otros alimentos hasta que el niño tenga un minimo de 2 años. ¿Y para qué darle a nuestros hijos lo mínimo? ¿Acaso en todo lo demás no intentamos darles lo máximo? No me malinterpreten, no insinúo que todos los niños deban ser amamantados hasta los 7 años de edad. Sólo que siempre que podamos, es conveniente respetarlos, y permitirles, siempre que sea posible, destetarse cuando ellos se sienten preparados para hacerlo, les dará una sensación de logro por haber tomado ellos mismos la decisión.
Porque les sigue alimentando y nutriendo en todos los sentidos...
Por otra parte, la leche materna, como tejido vivo que es, se adapta a las necesidades y requerimientos exactos del niño en cada etapa, por lo cual sigue siendo una buena fuente de vitaminas, minerales, proteínas, grasas y como bien es sabido, cumpliendo su ireemplazable papel en el desarrollo del sistema inmunológico del niño. La leche materna continua adaptándose a las necesidades nutritivas del niño en crecimiento. Contrario al mito de que a partir del año la leche responde sólo a una necesidad psicológica y no nutritiva, en esta etapa la leche materna aumenta significativamente su contenido graso así como su aporte calórico.
Porque cuando enferma, puede ser el único alimento que pida y acepte de buena gana...
Todos sabemos que los niños pequeños corren el riesgo de deshidratarse cuando presentan diarreas y/o vómitos. Además, cuando se enferman, suelen perder el apetito por cualquier otro alimento y regresar a la lactancia exclusiva o casi-exclusiva hasta sentirse un poco mejor. Si en esta etapa continúan siendo lactantes, podemos estar tranquilas de que corren menor riesgo de deshidratación (en cuyo caso la madre deberá aumentar su ingesta de líquido, si el niño sólo acepta el pecho), y tiene buena parte de sus necesidades tanto nutritivas como afectivas cubiertas, minimizando su malestar y nuestra preocupación.
Porque ya ha pasado lo duro, y ahora es cuesta abajo :)
Y ahora les hago otra pregunta: Si ya hemos pasado por tantos altibajos durante la lactancia y hemos superado posibles complicaciones y crisis, entre las cuales grietas, mastitis, malas posiciones, mordeduras, confusión del pezón, etc. y finalmente hemos llegado a una meseta, un punto estable en el que el niño mama correctamente y nos sentimos ambos a gusto ¿para qué dejarlo ahora? Ahora que lo seguimos disfrutando tanto como antes, ahora que hemos superado los obstáculos, ahora que nos beneficia a ambos tanto como al principio, ahora que el niño lo puede pedir verbalmente, que nos puede decir lo importante que es para él la lactancia, ¿para qué quitársela ahora?
¿Y tú, por qué continúas con la lactancia a demanda? ¿Qué edad tienen tus hijos? Si ya se han destetado, cuéntanos cómo, cuándo y por qué...
© Sandra Steh/cultura/Corbis