Como es bien sabido por todos, en casos de emergencia, bien sea por desastres naturales o problemas políticos, suele haber una situación de insalubridad, inseguridad, falta de recursos, heridos, enfermos, etc. Cuando las zonas afectadas quedan incomunicadas, ya sea por vía terrestre u otras, puede llegar a haber desabastecimiento de alimentos, insumos hospitalarios y recursos en general. A menudo, ante tales situaciones, las ONGs inician acciones de recaudación y ayuda humanitaria a fin de poder auxiliar a las poblaciones afectadas y muchas personas piensan en los bebés y niños, y en cómo ayudarlos.
Por una mezcla de desconocimiento y generosidad, se deciden a hacer donaciones de fórmulas lácteas. Mucha gente puede pensar que la lactancia materna es algo estresante y que al proporcionar leche artificial a la madre, le están "aliviando" de ese "peso". Otros creen que el estrés hará que no tenga suficiente leche, que la leche no será de buena calidad, o que el hecho de que la madre no pueda alimentarse bien, disminuirá la cantidad de leche que pueda producir. La naturaleza es tan sabia que la mujer gasta unas 500 calorías para producir leche materna, pero sólo necesita una alimentación sana normal, sin aumentar su ingesta para tener un buen suplido.
Aunado a las donaciones de particulares, muchas empresas de leche artificial aprovechan la ocasión para hacer grandes donaciones que en principio son percibidas erróneamente como un acto de generosidad, pero que al fin y al cabo les están generando más compradores a futuro a la vez que violan el Código Internacional para la Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna.
En casos de emergencia y desastres, la lactancia materna salva vidas.
Miremos un poco más de cerca las implicaciones de pasar de la lactancia materna a la artificial:
- Se vuelven indispensables una serie de insumos: aparte de la leche, el biberón, las tetinas, cepillos, chupetes, agua potable, además de jabón, electricidad, y/o gas para poder llevar a cabo una higienización adecuada de los mismos.
- Se genera una nueva necesidad a una familia que está pasando por un momento de inestabilidad* en todos los sentidos; luego de las donaciones iniciales aparentemente inocuas, tendrán que reemplazar periódicamente las latas de fórmula cuando se agoten, y las tetinas y teteros, cepillos y demás cuando se desgasten.
- La madre tendrá que encontrar agua potable para preparar la fórmula, mezclando el polvo con ella. En muchas situaciones de emergencia, ya sea inundación, huracán, tornado, tsunami u otros, falta el agua potable, o al menos escasea. Por esta razón, mueren miles y miles de niños al año, al ser alimentados con fórmulas lácteas preparadas con aguas contaminadas, lo cual deriva muchas veces en diarrea y deshidratación. Y de allí que sea la primera causa de mortalidad infantil en el mundo.
- En estas situaciones será muy difícil que la madre tenga condiciones de higienizar adecuadamente los biberones y tetinas, lo cual también afectará negativamente la salud de los lactantes.
- El sistema inmunológico del niño se verá perjudicado al dejar de recibir leche materna, lo cual puede derivar en mayor gravedad al contraer enfermedades infecciosas, y mayor propensión a sufrir otras enfermedades, a tener reacciones alérgicas, etc. Recordemos que estamos en una situación en la que pueden faltar médicos y medicamentos.
- Muchas veces, las personas afectadas se encuentran en condiciones de extrema pobreza, por lo que alteran las proporciones indicadas en los envases de leche artificial, usando más agua y menos polvo para hacer durar más cada envase. El resultado de esto es que el niño caerá en estado de desnutrición, agravando la situación de la familia.
- Si los afectados viven en pobreza crítica y dan leche artificial a sus pequeños mientras esta sea donada, ¿qué pasará con esos niños luego de que pase el estado de emergencia y cesen las donaciones? ¿Podrán seguir comprando leche?
- Y esa madre que ya no está estresada porque la emergencia ya pasó se habrá quedado sin leche, al haber sustituido muchas tomas de leche materna por biberones.
- Las condiciones de insalubridad dejan de afectar la alimentación del niño, y ya no tenemos que preocuparnos por la necesidad de higienizar biberones, tetinas, chupetes, porque la leche materna siempre está en condiciones óptimas de higiene.
- No tenemos la necesidad de reponer esa indumentaria, (biberones, tetinas, etc.), lo cual representa un beneficio económico también.
- En caso de no tener electricidad ni gas, podemos esta tranquilos de que la leche del bebé estará a una temperatura adecuada, la corporal, concretamente del cuerpo de su madre, o en su defeto de una nodriza.
- Ya no tenemos que pensar en comprar fórmulas cuando acabe el desastre y cesen las donaciones.
- Nos aseguramos de que el sistema inmunitario del niño se desarrolle adecuadamente, protegiéndole frente a infecciones posibles, reduciendo la necesidad de atención médica, que probablemente escasea.
- Durante el amamantamiento, se segrega oxitocina, lo cual favorece no sólo el vínculo entre mamá y bebé, sino que proporciona sensación de bienestar y placer, y también favorece el sueño de ambos.
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* Obviamente, la madre que reciba la donación, no estará en una cocina como la de la foto para preparar la leche artificial con calma, a la medida adecuada, lavar los biberones, las tetinas, chupetes, etc. con agua caliente, jabón, cepillito, dejarlos secar al aire, o usar una toalla limpia para secarlos...
Foto © Pauline St. Denis/Corbis