No era un reto sencillo, pues dar vida a una de las mujeres más populares, glamurosas y revolucionarias del siglo XX, y con una controvertida vida personal, suponía enfrentarse a un trabajo cinematográfico que sin duda estará en boca de todos, críticos incluidos. Aun así, interpretara la que fue la esposa del hijo de Isabel II, el príncipe Carlos, y revivir los momentos cumbres de su vida es un caramelo que ninguna rechazaría.
La afortunada, y curiosamente un nombre que no estaba en las quinielas, ha sido la australiana Naomi Watts. «Su arsenal interpretativo le permitirá abarcar el calor, la humanidad y la empatía de un icono mundial como fue la princesa Diana», aseguró ayer Oliver Hirschbiegel, el director del futuro «biopic», conocido por trabajos como «El hundimiento».
