Revista Medio Ambiente

Lagarto verdinegro, primer registro personal

Por Felixyloslobos
Desviarse de las rutas de bicheo habituales puede deparar grandes sorpresas. Soy hombre de costumbres, y como tal frecuento casi siempre los mismos lugares en mis jornadas de campo. Y aunque a menudo salgo con la intención de cambiar de aires, la mayor parte de las ocasiones acabo visitando las tres o cuatro zonas en las que tengo garantizadas buenas observaciones.
Este miércoles fue uno de esos días en los que decidí variar mi recorrido. En realidad quería cambiar de sitio mi cámara de fototrampeo... El nuevo emplazamiento elegido para colocarla fue una pequeña parcela rodeada de aliso, eucalipto y acacia negra. Un estrecho regato encauzado por un amasijo de tierra y piedras delimitaba perfectamente el perímetro del terreno, que ofrecía un hábitat adecuado para multitud de insectos, arañas y otros invertebrados. No tardé en localizar inquilinos más grandes, animales que encuentran refugio entre los huecos y grietas del muro: los lagartos.
Enseguida me di cuenta de que se trataba de lagartos verdinegros (Lacerta schreiberi), especie que nunca había visto antes. Al menos viva. El registro anterior de un ejemplar atropellado en Salcidos (A Guarda) es toda mi experiencia con estos reptiles.
La azulada y brillante cabeza de uno de ellos se destacaba sobre la verde hierba. Los machos así engalanados intentan captar la atención de las hembras en época de celo. Una primera observación que me dejó impresionado... No me podía imaginar que presentaran un color tan intenso, tan llamativo. La hembra, algo más discreta, luce tonos más apagados.

Lagarto verdinegro, primer registro personal

Macho de lagarto verdinegro en celo.  // El Naturalista Cojo


Asustados por mi presencia, se ocultaron rápidamente entre las paredes de su hogar. Lo que menos me interesaba en ese momento era intimidarlos, por lo que fotografiarlos desde mi silla de ruedas me parecía la mejor opción. Pero enseguida me di cuenta de que no sería tarea fácil. Todas las imágenes salían borrosas y desenfocadas. Decidí entonces bajarme y aproximarme de rodillas, procurando no realizar movimientos bruscos que pudieran ahuyentarlos. Pero todos mis esfuerzos fueron en vano. Los lagartos no me quitaban los ojos de encima... No tuve más remedio que subirme de nuevo a la silla y esperar a que alguno de ellos se aventurara fuera de su escondite.
Para mi sorpresa, el envalentonado macho se encaramó a lo más alto del muro, quizá para "vigilarme" de cerca. Poco más de medio metro nos separaba... Pero mis pretensiones no era malas, y tenía la esperanza de que el animal lo entendiera de algún modo. Y así fue, o eso quiero pensar, ya que en los diez minutos que siguieron se dejó fotografiar a placer.
Pero no estaban solos los adultos... Al menos dos crías se soleaban bajo la atenta mirada de sus padres. Eran preciosas. Tenían varias bandas longitudinales de color amarillo orlados de negro en los costados, que sin duda les ayudaba a pasar desapercibidas en el claroscuro del bosque. Un prodigio de la naturaleza.Y aunque en un principio se mostraban reticentes, después se "portaron" muy bien.

Lagarto verdinegro, primer registro personal

Cría de lagarto verdinegro. // El Naturalista Cojo


El último reto consistió en retratar juntos a ambos consortes, objetivo que sólo logré a medias... La calidad de las imágenes deja mucho que desear, como podéis ver pinchando en este link.
A pesar de todo, estaba contento. Había conseguido sortear todos los obstáculos y obtener buen material de uno de los lacértidos más espectaculares ―y también más escasos― del Baixo Miño.
El lagarto verdinegro o lagarto das silvas (Lacerta schreiberi) sufre un importante declive en la comarca. La alteración de las riberas de los ríos y riachuelos que ocupa (plantación de eucaliptos, incendios forestales, creación de grandes embalses, etc.) y la contaminación son sus mayores amenazadas.
Es una especie endémica de la Península Ibérica. No se encuentra en ninguna otra parte del mundo. Sin embargo, la simple contemplación de uno de los animales más bonitos de nuestra fauna debe ser motivo suficiente para garantizar su futuro a largo plazo. Ojalá estas líneas contribuyan a su conocimiento y conservación.

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