¿Qué es lagom?
Lagom es una palabra que podría traducirse literalmente como "la cantidad justa", se refiere al equilibrio en los diferentes aspectos de la vida. No abraza ningún extremo, pero tampoco los niega porque su objetivo es mantenerse en una armonía mesurada.
Desde el punto de vista etimológico, la palabra lagom proviene de una antigua costumbre que se denominaba "laget om" y significaba sentarse en equipo. Se refería a los tiempos en que los vikingos se reunían alrededor del fuego después de un duro día de trabajo y se pasaban cuernos llenos de aguamiel. Se esperaba que todos bebieran solo una parte justa para que los otros también pudieran beber. Por tanto, lagom es un principio que encierra la moderación, en el que nada es demasiado ni muy poco, simplemente adecuado.
Llevado al día a día, el lagom nos anima a disfrutar de una vida más sencilla encontrando el equilibrio entre la simplicidad y los excesos en un punto medio que nos permita concentrarnos en lo que es realmente importante para nosotros y nos hace felices.
¿Cómo aplicar el lagom sin frustrarse?
Para algunas personas, esa moderación es sinónimo de frustración o férreo autocontrol que nos separa de la autenticidad y la espontaneidad. Piensan que mantenernos en equilibrio exige una enorme fuerza de voluntad que termina desgastándonos. En realidad no es así.
Para que el concepto de lagom realmente implique un cambio importante en nuestra vida, debemos desarrollar un trabajo interior en dos etapas:
- Desaprender gran parte de lo que hemos aprendido, que implica dejar de desear lo que desean los demás.
- Encontrar lo que deseamos realmente, aquello que nos hace felices.
Entonces podemos ser conscientes de lo que realmente necesitamos, identificando además todas las cosas o actividades intrascendentes de las que podemos prescindir. Se trata de aprender a ser felices con menos cosas, pero sin sentirnos cohibidos, porque ello implicaría una sensación de frustración. Se trata de aprender a amar más lo que tenemos y encontrar satisfacción en ello, en vez de desear con intensidad lo que no tenemos.
El lagom también se trata de gestionar asertivamente nuestras emociones, para que estas no tomen el mando y nos hagan tomar decisiones de las que después nos arrepintamos. Eso no significa reprimir las emociones sino encauzarlas de manera asertiva.
Cuando se produce ese cambio interior, el lagom no es una cuerda que te ata a la moderación sino una luz que nos guía hacia la serenidad y la alegría, alejándonos de un estilo de vida estresante. Se trata de no hacer lo innecesario o superfluo, de enfocarse en lo esencial y de saber cuándo parar.
También debemos tener en cuenta que cada persona tiene su propio estado de lagom. Mi estado de lagom no es el mismo que el tuyo, pero desde el equilibrio y la moderación podemos acceder a espacios de reconocimiento mutuos que nos permitan conectar desde nuestra esencia.
El lagom nos conduce a un espacio de satisfacción individual mientras creamos armonía en los grupos sociales en los que nos insertemos. Abrazar este concepto nos ayuda a reducir nuestras necesidades, simplificar nuestras vidas y desterrar el estrés para sentirnos más satisfechos, felices y equilibrados.
Recordemos la frase sueca: Lagom är bäst, que significa: " lo suficiente es tan bueno como un banquete". Que sería muy parecida a un consejo que nos dio Epicuro hace siglos: " Sé moderado para saborear las alegrías de la vida en abundancia".
Fuente: Åkerström, L. A. (2017) The swedish Word that's displacing hygge. En: BBC
Tomado de https://rinconpsicologia.com/lagom-concepto-sueco-equilibrio/