Revista Cultura y Ocio

Lágrimas en la lluvia, de Damián Campanario y Alessandro Valdrighi

Publicado el 25 noviembre 2011 por Goizeder Lamariano Martín
Lágrimas en la lluvia, de Damián Campanario y Alessandro ValdrighiTítulo: Lágrimas en la lluvia Autor: Damián Campanario y Alessandro Valdrighi Editorial: Planeta de Agostini Año de publicación: 2011Páginas: 193ISBN: 9788468475653
La primera semana de noviembre descubrí a través del Facebook de Rosa Montero que su última novela, Lágrimas en la lluvia, había sido adaptada en una novela gráfica. La noticia me sorprendió y me alegró. A mí no me gustan los cómics, pero a mi chico sí, y pensé que ese podría ser un buen regalo de navidades. Aunque él todavía no la ha leído, ya sabéis que esta novela me gustó muchísimo, es de lo mejor que he leído este año y estoy segura de que a él también le entusiasmarán la novela y el cómic, tanto o incluso más que a mí.
La sorpresa fue mayúscula cuando el pasado sábado 12 de noviembre quedamos para comer con nuestra grandísima amiga María, de De todo un poco, y nos regaló el cómic recién salido del horno. Se había puesto a la venta tan solo tres días antes, el miércoles 9 de noviembre y nosotros ya lo teníamos en nuestras manos, de manera inesperada, gracias a María. Así que lo dicho, millones de gracias por este regalazo y esta sorpresa que nos hizo muchísima ilusión y nos hizo sentirnos muy pero que muy afortunados.
Como ya he dicho, no me gustan los cómics, los mangas, las novelas gráficas ni nada por el estilo. Yo me quedé en el tebeo y aunque os parezca gracioso, lo último que había leído, hace ya muchísimos años, era Zipi y Zape. Vamos, que no hay color. Aun así, tenía muchísimas ganas de leer este cómic, la novela me fascinó y tenía mucha curiosidad por ver cómo la habían adaptado en una novela gráfica.
Al leerlo me sorprendió descubrir, a través de un pequeño artículo de la propia Rosa Montero titulado Aprendiendo a nadar sincronizadamente, que ella había pensado desde el principio adaptar la novela en un cómic. Era su forma de homenajear este género, al que es aficionada desde pequeña y que le ha regalado muchos y muy buenos momentos de lectura.
Por eso, una vez escrita la novela, entre ella y su equipo editorial se pusieron manos a la obra para encontrar un guionista y un ilustrador. Damián Campanario y Alessandro Valdrighi fueron los elegidos y entre ellos y la autora comenzaron un largo proceso de intercambio de ideas y trabajo en equipo que ha dado como resultado este cómic.
Empecé a leerlo el lunes 14 de noviembre en el autobús y en el metro, mientras volvía del trabajo. A pesar de conocer el argumento, al principio me costó muchísimo entrar en la historia, centrarme, compaginar los textos con los dibujos. No sabía a dónde mirar primero, qué orden seguir. En definitiva, no sabía cómo leer una novela gráfica. Imagino que será normal por ser la primera vez.
Aun así, seguí leyendo y al final la historia, el guión, los textos y las ilustraciones me sedujeron, me atraparon, me fascinaron y me obligaron a seguir leyendo y a devorar una página detrás de otra. Nada más llegar a casa comenzó a llover y mientras escuchaba el sonido de la lluvia me sorprendí a mí misma pasando la tarde del lunes en el sofá, envuelta en la manta, con Calcetines y Pablo a mi lado, el primero dormido acurrucado entre los dos y el segundo leyendo.
A pesar de conocer el argumento, de saber cómo acababa la historia, estaba totalmente absorta en la lectura y no paré hasta que lo terminé. Leer esta novela gráfica ha sido todo un descubrimiento para mí. Una sorpresa muy pero que muy agradable. He disfrutado muchísimo con su lectura, ha sido como volver a leer la novela y disfrutarla una vez más.
El guión adapta a la perfección la historia de la novela de Rosa Montero. No se deja nada, no se olvida de nada. Damián Campanario ha hecho un trabajo de condensación magnífico. Por su parte, los dibujos del ilustrador italiano Alessandro Valdrighi me resultaron al principio ajenos, extraños, lejanos. Yo no había imaginado así a Bruna Husky, a Paul Lizard, a Pablo Nopal, a Gándara, a Mirari, a Maio, a RoyRoy o a Yiannis mientras leía la novela. Pero al final, al igual que le pasó a Rosa Montero, sus magníficas perspectivas, sus complejas arquitecturas y la calidad de su trazo rompieron mis prejuicios y acabaron no solo enganchándome sino, sobre todo, hipnotizándome y fascinándome.
Me metí de tal forma en la historia que acabé olvidando que esta es la primera novela gráfica que leo, que ya había leído la novela y, lo más importante, que no me gustan los cómics. O eso pensaba. Hasta ahora. Con eso os digo todo.
Solo me queda darle las gracias una vez más a María, por ser como es, por estar siempre ahí desde el principio, por su risa, por su amistad, por su apoyo y, cómo no, por Lágrimas en la lluvia: la novela, el cómic y las tardes de paseos, cafés y sobremesas hablando de esta y de todas las obras de su admirada Rosa Montero.
Y hablando de dar las gracias, también tengo que dárselas a otra María, a la que todos conocemos como Matilda, de los blogs Matilda y Cuando Matilda se haga mayor, que ahora ha estrenado su página web, que os invito a visitar. Gracias a ella también por ser así, por su cercanía a pesar de estar muy lejos, por su amistad a pesar de no habernos visto nunca, por sus emails, por sus mensajes, por su ayuda y por su amor por la Literatura.
Lágrimas en la lluvia, de Damián Campanario y Alessandro Valdrighi
Y, por supuesto, gracias por la carta, la tarjeta y el marcapáginas que me envió. Un sobre que recibí un viernes a la noche, cuando volvía a casa después de un mal día, triste, agotada y enfadada con el mundo. Un sobre que me alegró el día y me hizo sentirme muy afortunada por poder compartir mi pasión por los libros con gente tan maravillosa como Matilda. Gracias, mil gracias y todo mi apoyo y mis mejores deseos. Porque te lo mereces más que nadie.

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