Libro: Lágrimas mágicas.
Autor: Ana Joyanes Romo
Ediciones Idea
ISBN: 978-84-8382-373-6
172 páginas
13,47 € (Agapea)
Te debo una disculpa “lágrimas”, perdona. Ahora me doy cuenta de que me he perdido un libro sorprendente. No es un libro para niños, aunque sí que lo es. Tampoco es para adultos, aunque sí que lo es también. Elfos, duendes, hadas, trolls, un gato montés y parlante, y un valiente dragón, se dan cita para contarnos que viven en paralelo con los humanos, que se libran batallas en su mundo igual que en el nuestro, y que amistad, honor y compromiso son las claves para triunfar. Pemp, un joven duende, rescata a una niña llamada Paula y la lleva hasta el bosque con la ayuda de unas hadas y Wacco, un enorme gato montés. Una vez allí, convence a sus habitantes para que juntos la protejan y la aleccionen hasta convertirla en la joven Stella, una valiente guerrera. A un tiempo, María, la madre de la niña, sigue un rastro, el de unas piedras preciosas recogidas en el bosque que al acercarlas a su corazón despiertan en ella un sentimiento difícil de descifrar. Ambas historias avanzan en paralelo hasta cruzarse en un final lleno de sentido que no pienso desvelar. Todo esto nos lo cuenta la escritora en un estilo tan sencillo como auténtico. Dice Ana Joyanes, su autora, que es un libro enfocado a lectores con espíritu joven, independientemente de su edad, y lleva mucha razón. A mi, que ya peino canas, me ha cautivado y enganchado desde las primeras páginas. Yo leí hace ya unos meses Sangre y Fuego, de la misma autora, un registro distinto pero que tiene muchos paralelismos con éste por el lenguaje directo, no exento de elaboración sino cargado de sentido, que conecta con el lector para engancharlo a la trama y no dejarlo escapar fácilmente. Así resumo el estilo Joyanes. Pendiente estoy del próximo, que me ha dicho una duende de ojos vivos y sonrisa afable que anda cerca, muy cerca, dentro de un mes. También un libro fantástico. Quizás le robe el sitio a Juego de Tronos, y sea éste el que duerma un año en la biblioteca reclamando mi atención. Quién sabe, quizás la venganza de "lágrimas" esté servida. Les seguiré contando.