Revista Viajes
Una de las sorpresas que se pueden apreciar en el Parque Natural del Alto Tajo es la Laguna de Taravilla, esta masa de agua estanca se encuentra asentada en las inmediaciones de las localidades de Peñalen y Taravilla en la provincia de Guadalajara. Se trata de una formación especial no muy común ya que se da la circunstancia de ser de origen kárstico y de montaña.
Se trata de una laguna permanente alimentada por aguas superficiales (lluvias y arroyos estacionales) así como subterráneas, que brotan de un manantial que a su vez recibe por filtraciones agua del río Tajo, cuyo fondo está provisto de una capa prácticamente impermeable de arcillas. Cuando el agua de la laguna llega a rebosar se dirige de nuevo hacia el río Tajo formando a su paso diferentes formaciones tobáceas debido a la precipitación de las sales que transporta esta agua procedente de la laguna. En su punto más profundo llega a los 11-13 metros de profundidad, lo que hace que la mayoría de la vegetación se asiente en sus orillas; dado su estado de conservación, aflora una gran variedad de vegetación muy sectorial, existiendo vegetación acuática sumergida, palustre y en sus inmediaciones; entre ellas destaca el anillo de gramíneas que la rodean formado en su mayoría por la masiega y el carrizo. Tal es su naturalidad que son numerosos los pequeños peces que se ven desde las orillas; en el carrizal herrerillos, ánades y anfibios como el sapo corredor tienen cobijo. Corzos y jabalís son los mamíferos más frecuentes en la zona. En los cerros que bordean la laguna aparece el bosque mixto típico de esta zona con pinos laricios, robles y pequeños arbustos típicos del alto tajo como espliego, boj y tomillo.
El color del agua, el entorno en el que se encuentra y su relativa conservación contribuyen a que este paraje sea espectacular. Ubicada próxima al curso alto del Tajo, rodeada de pinos y montañas, junto el color turquesa que aportan los numerosos manantiales existentes en la zona hacen de la laguna de la Parra o Taravilla un sitio singular para disfrutar de la naturaleza en su más profundo sentido. Resulta espectacular su vista desde un pequeño mirador que se encuentra subiendo por la pista central que se dirige hacia la carretera principal. Se trata de un lugar único para tomar un baño (está permitido), donde además en las inmediaciones parten diferentes senderos y pistas forestales que conectan con otros lugares de interés natural cercanos; visita obligada el salto de Poveda a 20 minutos de camino y todo su entorno con corrientes, cascadas, puentes, y roquedos: el alto Tajo en su máxima expresión.
Texto: José Ángel Macho Barragués. Ingeniero Agró[email protected] enviar cualquier consulta o curiosidad sobre paisajismo, naturaleza y jardinería.