Últimamente se esta manejando el concepto de laicidad junto con un apellido, llamemosle laicidad “positiva”, “moderada” o cualesquier otro apellido tendente a disfrazar un concepto contundente en un concepto mas próximo a los intereses de quienes no tienen ningún aprecio por la laicidad. Incluso encontramos definiciones curiosas buscando una distancia de lo que realmente es la laicidad.
La laicidad es la separación total y completa del estado de las confesiones religiosas, siendo estas ultimas consideradas al mismo nivel legislativo y de consideración por parte del estado que cualquier otra institución, empresa, asociación o club acogido a las leyes del estado. De este modo el estado se abstiene de legislar teniendo en cuenta las particularidades pretendidas por las instituciones religiosas.
La laicidad impide, la financiación, legislación tendente a situar a las religiones con ventajas sociales que no disfrutan otras entidades, sumisión de los poderes públicos a los estamentos religiosos, etc.
Sin embargo, laicidad no es un concepto en contra de la religión. Todo lo contrario, las religiones en un estado laico pueden funcionar normalmente siempre que se adapten a la ley del país, en igualdad de condiciones con todas las demás instituciones legalmente establecidas.
Como indicaba antes, actualmente el peligro se encuentra en los conceptos de laicidad con apellidos, tendentes sobre todo a salvaguardar los intereses de la/las religión/es mayoritaria/s. Y aquí es donde tenemos que ser claros.
La laicidad moderada o positiva que proponen desde círculos religiosos, no protege la libertad religiosa, esta esta garantizada por el propio estado laico. Protege sus fuentes de financiación publica, en resumen, la oposición a la laicidad es un problema de DINERO.
Según el Ministerio de Hacienda la Conferencia Episcopal y la Iglesia perciben mucho más que algunas migajas:
150 millones de euros de la dotación de IRPF.
3.200 millones de euros en subvenciones a colegios concertados.
517 millones para sueldos de profesor de religión.
90 millones a organizaciones sociales.
60 millones a hospitales e instituciones de beneficencia.
30 millones a capellanías castrenses en cárceles y cuarteles.
200 millones para el patrimonio inmobiliario y artístico.
60 millones para otras actuaciones en el ámbito urbano.
A esto hay que añadir unos 750 millones de euros de ahorro por desembolsos fiscales no realizados.
Tenemos que la iglesia católica recibe anualmente una suma que ronda los 5000 millones de euros, ademas actuando en algunos casos al margen de la fiscalidad.
Fuente: Secretaría segunda del Parlamento.
Esta bromita equivale a 125 euros por españolito... si Vd, amigo lector, tiene pareja y digamos 3 hijos, de sus impuestos se irían aproximadamente 625 euros anuales a la iglesia católica... marque o no marque la X.
Podemos deducir, que la lucha por ponerle apellidos de moderada o positiva a la laicidad no es la lucha por la libertad, es la lucha por un montante económico a conservar.